Apenas al año del centenario de ese gran Maestro de la locución que es Antonio Víctor Pera Quintana (Santiago de Cuba, 22 de noviembre de 1923-La Habana, 25 de julio de 2004) comentarista deportivo, animador, actor, escritor, narrador y director de planta radial, aun continúa enseñándonos los secretos para el éxito profesional.
El 2 de febrero de 1939 debutó en la pequeña emisora santiaguera CMHR según Anette Jiménez Marata, 29 de enero de 2016 en www.envivo.icrt.cu; según EcuRed y Mayra Cué Sierra en “Antonio Pera, un maestro del micrófono”, 25 de mayo de 2007, era la CMCK 1400 Khz, que Gilberto Boanerges González García cita como CMKC el lunes 27 de julio de 2015
En el material consultado que se denomina; “Antonio Pera: para que su estela no se desvanezca”, en Colibrí Azul de Cuba. Fue locutor y comentarista deportivo de Onda Oriental, donde devino verdadero hombre orquesta: simultáneamente ponía discos y atendía llamadas telefónicas (al sonar el teléfono ponía un disco suficientemente largo para atender la llamada), operaba el trasmisor, el control y controlaba la cabina, y al terminar la trasmisión cerraba el local y entregaba la llave al dueño, que vivía al lado.
Luego transitó (entre otras) por la CMKC y la Cadena Oriental de Radio, que se inició teniendo como planta matriz a la CMKW; había comenzado con CMKC como planta matriz y devino cadena nacional que instaló repetidoras en diversas provincias, donde trabajó hasta finales de 1948 (según Henry Puente, hasta fines de 1952), incluso en La Habana, y finalmente lo realizaba a la inversa, esto es: desde La Habana. Comenzó como comentarista deportivo en el Noticiero Onda Oriental; confesaría que no entendía el deporte, pero con los recortes de periódicos sus comentarios eran de experto.
A fines de 1948 la Cadena Oriental de Radio fundó en Santiago de Cuba una pequeña emisora (800 Khz) llamada Reloj del Aire y le proponen dirigirla, con informaciones y la hora minuto a minuto en bloques de una hora difundiendo comerciales y noticias que generalmente redactaban sus propios periodistas, similar al canal de noticias que se denomina hoy Radio Reloj, que ya tenía un año en La Habana, lo que mantuvo durante dos años entre las 6 de la mañana y las 12 de la noche, planta que introdujo adaptaciones técnicas como el metrónomo electrónico.
Allí dirigió la gestión de la emisora, actuó, narró y escribió con periodistas, actores, actrices y locutores que provenían de Cadena Oriental: ocasionalmente Yolanda y su hermana Carmen Pujols que se formó allí como locutora por azar, pues era recortadora de noticias; Juan Carlos Romero (El Juanca, se afamaría en Alegrías de Sobremesa de Radio Progreso, entonces director del cuadro dramático), Salvador Wood y Rafael Linares, futuro padre de Annia Linares; y los escritores Eduardo Riera y Gabriel Coderch. Entre sus secciones más célebres tenía la crítica “El pendulazo”, donde la audiencia denunciaba problemáticas sociales publicadas en la prensa.
Durante varios años, animó un destacado programa musical santiaguero como director de la orquesta Chepin Choven; el pianista acompañante era Luis Mariano Carbonell, quien décadas más tarde sería “El Acuarelista de la Poesía Antillana”, gran declamador y Premio Nacional de Humorismo y Música 2003. Acudían otros artistas, incluso desde la capital y otros contratados.
La vasta y fecunda gestión de Pera incluye desde los años 50 la narración de famosas aventuras y radionovelas, como en 1954 cuando llegó con el elenco de Cadena Oriental de Radio a su emisora matriz en La Habana, a competir con una treintena de emisoras, lideradas por CMQ, y simultaneó su labor en el Circuito Nacional Cubano (hoy Radio Rebelde), como narrador de radionovelas, entre ellas en 1954 La Virgen de las Lomas (Puente la cita como telenovela 1958), y Taguarí, Rey Blanco del Amazonas, de Francisco Pazos, protagonizada por Rogelio Leyva (uno de los originales Villalobos), serie que durante varios años compitió con Leonardo Moncada (escrita por Enrique Núñez Rodríguez, Premio Nacional de Radio 2002), de larga data en la historia de las aventuras radiales cubanas. En octubre de 1955, según la prensa, era “buen animador, voz, dicción, sentido comercial, ha ganado calidad como locutor. No es el animador más popular de La Habana, porque no ha hablado por CMQ sino que lo hace por Cadena Oriental de Radio”, o sea: no solo sus oyentes en radionovelas que competían como Los tres Villalobos o Leonardo Moncada, sino que personal calificado lo tenía en cuenta para lanzar sus productos radiales.
En marzo de 1958, devino fundador del Canal 12 habanero, Telecolor S.A. En televisión narró aventuras, y junto a Eddy Martín (Premio Nacional de Televisión 2003) con quien trabajó, fue designado locutor del Frente Independiente de Emisoras Libres (FIEL), que tenía su planta matriz en el Canal 2 Telemundo y realizaban noticieros televisivos como el de la Revista Informativa; inició como presentador y animó el estelar musical semanal televisivo Desfile de la Alegría de Rosita Fornés, donde en 1966 presentó a la cantante Pilar Moráguez, entre las grandes estrellas cubanas y de otros países que presentaba. Puente (en “Antonio Pera”, 23 de diciembre de 2’021 en Nostalgia Cuba), lo describe “…apuesto (…) gran gallardía (…) enorme prestancia (…) excelsa presencia”), y junto a Manolo Ortega y otros, estuvo entre los fundadores del Noticiero Nacional de Televisión, donde durante décadas derrochó profesionalismo y talento, mientras presentaba significativos eventos políticos desde cualquier lugar de Cuba que le valieron el Premio Nacional de Televisión en 2004.
Con tanta experiencia, fue profesor de varias generaciones de locutores, animadores y conductores en la radio y la televisión, no solo en la sede central de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) sino en cualesquiera de sus foros de perfeccionamiento escénico y otros, en todo curso, taller y conferencia en otras provincias, e integró Comisiones de evaluación, tutoró proyectos docentes y fue jurado en festivales de Radio y de Televisión, siempre sumando adeptos al profesionalismo de la locución cubana. Fue el alma y cerebro de la Cátedra de Locución que propaga el buen hacer y el buen decir de estos profesionales, en un monumental empeño por la corrección de su dicción, enseñando a las nuevas generaciones. Admirado, respetado y querido por todos por su decencia, buenas maneras y prestigio en su profesión a la que dedicó la mayor parte de su vida, invariablemente cortés y caballeroso, jubilado, enfermo, continuó colaborando con el Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt) hasta horas antes de fallecer.
Entre sus discípulos más representativos destaca su hija muy unida a él, la hoy Maestra de locutores Argelia Pera Trapero, que con 19 años trabajaba egresada del curso del Departamento de Capacitación del Icrt (1968) que ella quiso, pese a las dudas de la madre si sería buena voz pero él propuso que el tribunal decidiera, y en televisión comenzó presentando Los Muñequitos, luego Teleclases, Nuestros hijos, se recuerda sosegada en Listo Estudio, Meridiano, Tránsito, Teatro Icr, El hombre y los sellos, Al encuentro del hombre, A jugar, carnavales, festivales de la Federación Estudiantil Universitaria, gala de los concursos Somavilla… trabajó con otros grandes que la formaron.
El generador de caracteres ya sustituía imagen y voz del locutor, y Argelia hizo las pruebas al consejo artístico de Radio Habana Cuba y de Radio Reloj y eligió este último porque desde niña lo oía su madre mientras la preparaba para la escuela, y el padre lo oía porque le gustaba salir a la calle informado; aún recuerda cuánto la motivó la primera voz femenina Tanya Granados, y Argelia comenzó el 31 de diciembre de 1989 en el medio turno durante meses por indicativa de Josefa Bracero, entonces vicepresidenta para la radio, para quedarse luego en el espacio Matutino, hasta octubre de 2005; y en julio de 2019 volvió y continúa en su espacio estelar imprimiéndole con su timbre su sello distintivo a las noticias, crónicas y comentarios que lee, reforzando que para ella leer noticias es narrar, interpretar, diferenciar las palabras, las intenciones, matizar, entrar en el ritmo de la emisora. En cabina ofrecía la información oportuna o conducía actos políticos y culturales, y se le ha reconocido cátedra en radio como profesora y por su excelencia en Radio Reloj. Ha ganado varios Premios Caracol de la Uneac, la Distinción por la Cultura Nacional y la Félix Elmuza, galardones del Icrt y de otras instituciones culturales, Artista de Mérito y el Micrófono de la Radio.
Ella (y el nieto de él) se unieron al centenario de Antonio Pera mediante Facebook, así como los aquí mencionados lo mantienen vivo y otros, como la actriz Valia Valdés; pero nadie mejor que el propio Antonio Pera con su hablar sosegado que no revelaba su energía insospechada, para seguirnos enseñando sobre locución…
“Lo más preocupante es la corrección del habla. Todo el que se dirige a través de los medios de comunicación masiva es un comunicador, pero depende mucho de su cultura y de su reserva de vocabulario para llegar a la gente. No se pueden decir disparates”.
Nota del Editor: En la fotografía de Portada Antonio Pera aparece junto a la directiva, locutora y periodista agramontina Josefa Bracero y al locutor insigne de Cuba (fallecido) Manolo Ortega. (ECURED)