El Héroe Nacional de Cuba, José Martí, decía, con la clara visión previsora que siempre lo caracterizó: “Pueblo que se somete, perece”.
Así, sin someterse en 66 años de Revolución a los designios del imperio norteamericano, Cuba resiste el injusto e impuesto bloqueo económico, comercial y financiero, que, recrudecido por la actual administración del presidente norteamericano, Donald Trump, intenta poner de rodillas al soberano país.Con la idea de que capitular significa la destrucción del hermoso proyecto social que la nación construye con denuedo y firmeza, el país caribeño, junto a su pueblo y líderes, resiste y avanza en diversos campos, entre ellos la salud, la educación y la biotecnología.
¿Quién podría negar esa realidad, y la de que el bloqueo impuesto por Estados Unidos (EE.UU.) existe?, pese a que, como dice el refrán, no hay peor ciego que quien no quiere ver.
El cerco contra Cuba, es, sin dudas, el principal obstáculo que impide el desarrollo de la Isla, aunque, como se ha reconocido por los propios líderes de la Revolución, existen algunos problemas internos, como distorsiones económicas y burocratismo, que limitan un mayor progreso de la nación.
Adversarios acérrimos, como el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, y otros enemigos del proyecto socioeconómico cubano, intentan negar el nocivo impacto del bloqueo, el cual impide incluso la venta desde ese país de medicamentos, lo que ocasiona daños a la salud humana.
No pocos sostienen que si el cerco económico de Washington contra la Isla no es el principal problema para el desarrollo nacional -como esgrimen halcones de la política norteamericana-, entonces, “¿por qué no lo quitan?”…temen, sin dudas, que la economía se expanda y eche por tierra sus espurios pretextos.
Uno de los últimos actos del gobierno estadounidense que ha suscitado amplias críticas internacionales han sido las sanciones unilaterales impuestas el 11 de julio último por el Departamento de Estado contra el presidente, Miguel Díaz-Canel, así como a los ministros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Interior.
Dichas medidas, que prohíben la entrada a Estados Unidos de esas personalidades, se emitieron, además, contra sus familiares directos, quienes no podrán viajar a territorio de EE.UU.
Mediante un comunicado, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) enfatizó que estas sanciones ilegales y moralmente insostenibles, que incluyen restricciones migratorias y persecución contra familiares, no son expresión de fuerza, sino reflejo del temor profundo que el imperialismo siente ante el ejemplo vivo de resistencia, dignidad y soberanía que representa la Revolución Cubana.
También, en igual sentido, se pronunciaron los mandatarios de Bolivia, Luis Arce y de Venezuela, Nicolás Maduro, quienes condenaron el infame acto.
Una nota oficial del ministerio venezolano para Asuntos Exteriores señaló que deviene “una afrenta intolerable al Derecho Internacional que un funcionario del gobierno estadounidense (Marco Rubio) se arrogue la potestad de sancionar a un jefe de Estado de un país soberano” y calificó la acción de “una nueva muestra de odio, obsesión enfermiza y arrogancia imperial”.
El propio mandatario, Díaz-Canel, valoró tras la medida en su cuenta de X que lo que molesta a Estados Unidos de Cuba es la verdadera independencia, que no gobiernen aquí las transnacionales, que tengamos salud y educación gratis, que no pidamos permiso para condenar crímenes como el de Israel y EE. UU. contra los palestinos.
A tales restricciones por el país del Norte contra dirigentes de la Isla, se suman muchas otras, entre ellas, la reciente negativa de visas a siete miembros del colectivo técnico de un equipo de Softbol femenino del municipio pinareño La Palma, que participaría en el torneo clasificatorio de esa disciplina a la Serie Mundial de las Pequeñas Ligas, categoría 9-10 años.
De cara al lamentable proceder, la Federación Cubana de Béisbol y Softbol advirtió que una vez más, Estados Unidos pasa sobre los preceptos del deporte y asume una posición injusta y discriminatoria, lo cual se suma a otras acciones de ese tipo contra comitivas cubanas de otras disciplinas.
La Casa Blanca, con el deliberado propósito de afectar el avance del deporte cubano, en los últimos tiempos también negó visados al equipo de voleibol femenino, a una representación al Campeonato Mundial de Atletismo Máster Bajo Techo, y al “team” masculino de baloncesto, apuntan medios de prensa.
Esas abyectas acciones, condenadas por la comunidad internacional y que denotan el odio visceral de los personeros norteamericanos y sus acólitos contra el pueblo y gobierno de Cuba, refuerzan el boqueo, ya codificado mediante leyes congresionales de carácter extraterritorial, como la Helms-Burton y la Torricelli.
Como parte de la condena a dicha cínica política norteamericana contraria a la Isla, en particular el cerco de asfixia económica y su inclusión en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo, cada año la mayoría de los Estados miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas apoyan el proyecto de resolución antibloqueo, como muestra de solidaridad y justicia para con Cuba.