Genocidio y el matrimonio Israel-EE.UU.

Sí señores. Que nadie, a estas alturas, se llame a engaño. Parece una película de horror lo que se comete contra el pueblo palestino, y la insólita reacción de quienes tienen el deber sagrado de combatir tanta crueldad sin límite y no lo han hecho o, en el mejor de los casos, con anémicas declaraciones dirigidas a que Israel detenga el genocidio.

Se espanta el mundo, corren lágrimas de indignación, la maldad humana vistiendo su mejor ropaje como un insulto a nuestra humanidad, pero continúa el horrendo crimen: bombardeos contra la población civil, destrucción de hospitales e infraestructura en Gaza; los muertos, hasta el momento de la redacción de este comentario, sobrepasan los 15 mil, de los cuales un alto por ciento son mujeres y niños y, hasta el asesinato de 17 periodistas.

Claro, como siempre sucede EE.UU. es coprotagonista de tanto tormento. No descubro lo ya descubierto hace muchos años: el imperio necesita un gendarme para cuidar sus apetitos de posesión del mundo en aquella lejana región, y  no puede ser otro que Israel, el mismo país que desde el año 2008 ha lanzado 5 invasiones a Gaza con un alto número de víctimas. Pero esta última salvajada es la más mortífera; Israel toma venganza de los palestinos, que han tenido la osadía de defenderse ejecutando un ataque de Hamas el pasado 7 de octubre que logró romper varios lugares del muro con el que Israel aísla a Gaza. Pero resultaba obvio, en respuesta Palestina tenía que recibir un castigo ejemplar propinado por un país que cuenta con uno de los ejércitos más poderosos del mundo y el equipamiento militar más moderno.

Pero en toda esta situación hay muchas cosas oscuras aún, como es habitual en los que insisten en ser dueños absolutos del mundo. Debemos sospechar, porque  en el territorio de la Franja de Gaza existen apreciables reservas de gas y petróleo, y las fauces del animal se abrirán un poco más para robar esos recursos. Por tanto, se configuran así varios objetivos: a) aniquilación física de toda Gaza, b)  el desplazamiento del pueblo palestino de sus tierras ancestrales; c) apoderarse de los recursos ya señalados, y d) ejecutar el horror de una limpieza étnica.

Ecuación macabra: Te someto por costumbre al robo de tus territorios; asesino diariamente a palestinos; un día intentas defenderte de tanto atropello y te castigo de la forma más cruel y salvaje que pueda existir. Es más, considero que  Israel aprovechó la acción palestina para cumplir con el plan diabólico que, desde antes, quería lograr, y además sintiéndose apoyado por Estados Unidos, sin importar la opinión pública, y mucho menos los miles de muertos y el rechazo internacional.

Definitivamente, lleguemos a la conclusión que el mundo está a la deriva en un mar embravecido. No existe, en la práctica, ningún mecanismo para sancionar a los opresores, a menos que se considere una simple Resolución de condena como tal.

Ninguna organización internacional puede contener tanta maldad, dígase Naciones Unidas, Unión Europea, Consejo de Seguridad, Organizaciones de defensa de los derechos humanos etc.  Algunos podrán hacer llamados al cese de hostilidades; otros pidiendo una mesa de negociación, y de más acá o más allá orando.  Pero el número de muertos, mientras tanto,  crece escandalosamente. Es que el pecado capital está a la vista: el mundo lo organizaron los poderosos desde hace muchos años y nunca jamás renunciarán a esos privilegios.

Pero lo que sería imperdonable para el ser humano es que no encuentre o no quiera adoptar medidas para el combate. No hablo de incendiar el mundo, hablo de la urgencia de cerrar filas ante el monstruo-imperio e Israel. La cama, el sillón, las oraciones y los buenos deseos no resolverán tanta afrenta a la dignidad de los seres humanos ni a los niños que, en este momento, yacen bajo los escombros de la barbarie.

“Los pueblos, como las bestias, no son bellos cuando bien trajeados  y rollizos, sirvan de cabalgadura al amo burlón, sino cuando de un vuelco altivo desensillan al amo”. José Martí

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.