Eslabones radiales que hacen la historia

La radio fundacional cubana se nutrió de las matrices comunicativas y culturales más arraigadas en nuestra sociedad; entre las que destacan el periodismo impreso, la comunicación, la literatura, la poesía y las artes escénicas. La música vocal e instrumental protagoniza los espectáculos inaugurales de la fundadora 2LC (de Luis Casas Romero) y de la planta PWX (propiedad de la Cuban Telephone Co., logrando  niveles de excelencia en las interpretaciones vocales de Rita Montaner Facenda y de orquestas como la dirigida por el propio Luis Casas Romero. Desde entonces, pregonando su fecundidad y calidad, nuestra radiofonía enalteció las más disímiles modalidades musicales expresadas en muchos proyectos o prácticas mediáticas. Desde los años cuarenta del siglo pasado algunos sucesos mediáticos potenciarían la difusión de la música más elaborada y de la creación lírica. El sistema radiofónico nacional -entonces un bloque compacto de emisoras con  perfil generalista con variado poderío económico o supremacía tecnológica; comienza a cambiar: En 1939, el Ejército nacional crea con fines educacionales propios  la emisora CMZ. Años después,  la transfiere a la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación que la convierte en escenario privilegiado de disciplinas y artistas notables como Mario Orlando Romeu Gonzales y Ernesto Lecuona; la soprano Iris Burguet con la operística europea, Alejo Carpentier y su revolucionaria dramaturgia radial, el teatro, la cancionisdtica  criolla de las Hermanas Lago y la ejecución en tiempo real de nuestras mejores orquestas -charrangueras o sinfónicas-. Esta primera planta cubana especializada en el arte y la cultura deviene semilla que germinaría en el futuro. En 1943, los hermanos Mestre Espinosa arriban a la dirección general de CMQ Radio -entonces una de las cadenas nacionales más populares- y con su gestión ulterior, revolucionan sus prácticas mediáticas. Ejemplos: La creación sucesiva  de dos emisoras especializadas (Radio Reloj. Información y anuncios. 1947) y …

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El difícil y heroico camino de 64 años

Cuando la Revolución triunfante celebra sus 64 luminosos años, el camino duro y cargado de peligros recorrido hasta hoy corrobora la certeza de aquellas proféticas palabras pronunciadas entonces por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ante el pueblo cubano y sus tropas rebeldes con las banderas y los fusiles de la victoria en alto. «Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y, sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil». Lo alertado tanto el mismo 1ro. de enero de 1959 en Santiago de Cuba, como siete días después, tras la entrada en La Habana de la Caravana de la Libertad, fijaba, además, ese principio que lo acompañaría toda la vida como el primer deber del revolucionario, decirle la verdad al pueblo. Era evidente en ambas intervenciones que ese único compromiso adoptado con el sufrimiento de los cubanos, enunciado en La historia me absolverá, y con los hermanos caídos a lo largo de la lucha, en nada agradaría a los oligarcas y burgueses, y mucho menos al vecino del norte. Además, así como la guerra no se había ganado de un día para otro, tampoco en un abrir y cerrar de ojos podrían resolverse las angustias de los cubanos, causadas por el problema de la tierra, el de la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación, y la salud. Desde el primer día, para que no quedasen dudas de los grandes desafíos por enfrentar, aquel mismo 1ro. de enero de 1959, se quiso escamotear la victoria mediante un golpe de Estado militar orquestado con la participación de la Embajada de Estados Unidos, y que fue abortado por el Ejército Rebelde …

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Un monumento erigido a la esperanza

Lo supo Martí, con ese pensamiento cuyo alcance trascendió barreras temporales: era imprescindible liberar a Cuba, para contener el avance imperialista sobre los pueblos de América. Esa seguridad martiana perduró, y devino esperanza certera, sueño latente, ineludible responsabilidad. Aquellos que le siguieron en ideales, voluntad de acción y sacrificios incalculables por la Patria, también lo comprendieron y, en consecuencia, han obrado desde aquel día glorioso de 1959. Lo cierto es que, con el mérito de haber levantado una Revolución en las narices de aquellos cuya prepotencia les hace creer que, por ley divina, están predestinados a poseer lo que llaman su patio trasero, Cuba logró dos cosas esenciales: primero, demostrarles que todo el poderío económico y militar existente sobre la faz de la Tierra no puede contra la decisión de los pueblos de ser libres, de cambiar para bien el curso de su historia. Segundo: que estas lastimadas tierras de América tienen suficiente valía como para asumir el derecho de negarse al yugo, y alzar orgullosas su propia estrella. Sin embargo, el mérito de este archipiélago va mucho más allá, y quizá el término para acuñar nuestro legado, ya imperecedero para el mundo, sea, sin lugar a duda: resistencia. No solo decidimos apostar por un sistema social alternativo, humano, sino que contra todos los pronósticos de aquellos que tantas veces han puesto fechas de declive a nuestra obra, aquí estamos, batallando sin descanso contra las tempestades que nos impone nuestra digna rebeldía, y enfrascados como nunca antes en la sostenibilidad, el perfeccionamiento y la continuidad de este coloso de ideales y justicia que es la Revolución Cubana. Pero quien, como nosotros, se gana el derecho de portar una antorcha libertaria, asume con él la enorme responsabilidad de iluminar desde su ejemplo los senderos que el capitalismo neoliberal ha oscurecido; para …

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La fortaleza de este pueblo supera todo intento de comparación

La explosión de un emblemático hotel en una céntrica esquina de La Habana, el peor incendio en la historia de Cuba, un huracán categoría tres partiendo en dos el occidente de la Isla, lluvias intensas, dengue… han hecho de 2022 un año extremadamente complicado. Por accidentes o por la furia de la naturaleza, las malas noticias se han sucedido, estremeciendo las fibras de un país que ha sufrido en el alma cada tragedia. No importa cuán lejos se haya estado de ellas, que nunca se vaya a conocer a quienes lo perdieron todo o a aquellos que ya no estarán más. El dolor ha sido casi tan grande como la solidaridad que ha brotado por todas partes para ayudar. La COVID-19 y todo lo que de ella se ha derivado, junto a la política hostil de Estados Unidos, ya eran, por sí solos, un duro obstáculo a sortear, cuando en la mañana del 6 de mayo, una violenta explosión originada por un escape de gas, destruyó el hotel Saratoga y provocó afectaciones en otros 23 edificios de la capital cubana. «Parece que La Habana entera se ha movilizado hasta allí», describía poco después un reporte de Granma, y comparaba al Saratoga, o lo que quedaba de él, con una de esas casas de muñecas a las que se les puede ver el interior. «Pero nada hay de inocente en el espectáculo de acero y cemento hechos jirones», advertía el texto. «Los ojos no quieren ver, pero ven, las sábanas cubriendo los cuerpos, y así se confirma lo evidente ante ese escenario…». En total, el accidente dejó un saldo de 99 lesionados y tras arduas jornadas de búsqueda entre los escombros, se certificó la muerte de 45 personas. Como si no hubiera sido suficiente desgracia, una descarga eléctrica sobre el domo …

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Campaña de Las Villas: un río de bravura

La Columna Invasora No. 8 Ciro Redondo llegaba al lomerío del Escambray tras largas y agotadoras jornadas. Era el 16 de octubre de 1958. Apenas unos días después, el 27 de octubre, el Che Guevara, en su condición de jefe político-militar de Las Villas, atacaba y tomaba el cuartel de Güinía de Miranda, preludio de la posterior y electrizante campaña militar que culminaría el 1.o de enero de 1959 con la rendición incondi­cional del Regimiento No. 3 Leoncio Vidal y el triunfo de la Revolución Cubana. Como «un río de bravura» calificó la Campaña de Las Villas el poeta Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, la cual, en apenas días, logró descender al llano e ir tomando pueblo a pueblo hasta alcanzar la victoria decisiva en la Batalla de Santa Clara y contribuir —junto a Camilo Cienfuegos en el Frente Norte, y el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en Oriente— a asestarle el golpe mortal a la dictadura de Fulgencio Batista: «Como un río de bravura/descendió del lo­merío/y así, como un bravo río, atravesó la llanura». Ardua resultó la hazaña desde el punto de vista militar, con combates victoriosos, y también desde la perspectiva política; mucho influyó la labor unitaria del Che y las fuerzas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, encabezado por el comandante Faure Chomón Mediavilla, con los representantes del M-26-7, con el comandante Víctor Bordón Machado al frente, y el Partido Socialista Popular, dirigido en la provincia por Ar­naldo Milián Castro. Un ingente trabajo en pos de la unidad que tuvo un momento significativo con la firma del Pacto del Pedrero, el 1.o de diciembre de 1958; no obstante, no pudo lograrse acuerdo alguno con la gente del denominado II Frente Nacional del Escambray, liderado por el comandante Eloy Gu­tiérrez Menoyo, ya que mantuvieron una política divisionista y fueron …

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