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Este día se prestigia la cultura con el homenaje realizado a la versátil actriz de la radio cubana Martha Jiménez Oropesa, quien con sus 90 años aún sigue enseñando a las nuevas generaciones de radiodifusores y dejando su estela de infinito amor entre los radioyentes por su papel en el humorístico “Alegría de Sobremesa”, de Radio Progreso.
Cuando publicamos el artículo “La radio por Inventar”, nos escribió Sandra Milena desde Santander en Colombia: “su comentario muy bien sustentado (…) pero los que trabajamos en la radio muchas veces nos encontramos con Directores que no dejan opinar ni hacer nada mas que un libreto que nos entregan y así es muy difícil hacer aportes lo primero que se debe hacer es romper con esquemas que vienen heredados de otros directivos y acabar con patrones y animarse al cambio.
Aún recuerdo, vívidamente, aquellas horas que pasé junto al maestro del género documental en Cuba y Latinoamérica. Nos mirábamos con intensidad. Los dos con el deseo de conservar la memoria de cosas que fueron y permanecían, asuntos del futuro que no debían postergarse. Ignoraba yo entonces cuán enfermo estaba. Él, desde su silencio acompasado, marcaba los trazos de otro documental: las secuencias orales donde las palabras ajustaran la edición definitiva. Y así fue fluyendo la entrevista por cauces insospechados.
Es cierto cuando se afirma que el béisbol en Cuba es el deporte de las multitudes. Es la pasión de las pasiones como lo demuestran las innumerables peñas deportivas a lo largo y ancho del país donde cada jugada, cada lanzamiento, cada jonrón, cada decisión que toma un director de equipo en un momento crucial se discute apasionadamente como si en ello nos fuera la vida. Así de peloteros somos, por lo menos los que sentimos entrañablemente este deporte que han sacado de las Olimpiadas injustamente.
“A la misma hora en que te daban sepultura escuché, interminable casete de silencios posmodernistas, nuestra última conversación y me dije:
qué cosa rara es la muerte si del lado de acá hago maravillas con tu voz que no acudió al funeral . ….De nuevo, gracias, compañero…”
