Santiago Alvarez: un hombre de su tiempo (II)

-Anterior a su ingreso al ICAIC ¿dónde trabajaba usted?.

– Es importante la pregunta que me haces porque ahí vas a poder descubrir, como lo descubrí yo en su momento oportuno, que gracias al entrenamiento que tuve en la CMQ como musicalizador de programas radiales y de televisión, es decir, en CMQ se recibían discos, materiales grabados sonoros y mi trabajo consistía en clasificar esa música para que después pudiera ser utilizada en secuencias dramáticas y humorísticas o de otro tipo dentro de los programas radiales y de televisión .

– Hacía una edición de cortes dramáticos .

– Efectivamente. Y por lo visto semejante entrenamiento en la clasificación de la música me llevó a captar momentos creativos a través de imágenes auditivas .

– ¿Puede decirse que usted es un hombre musical?.

– No sé nada de música pero soy músico de oído. Cuando monto en el cuarto de edición la imagen ya voy simultaneando banda sonora con banda de imágenes. La imagen no se queda sola en las secuencias que yo voy montando ni se queda sólo el sonido en la propia secuencia y constantemente se están encontrando uno con la otra para que luego, al final, se haga más fácil la consecución del montaje que sale de esa preparación previa de sonido e imagen .

– Eso nos lleva por el camino de Now y el videoclip.

-Por el camino de Now van varias cosas pues no es solamente la música, sino, además, se trata de la retrospectiva mental de momentos de mi vida cuando vivía en los Estados Unidos y trabajaba de lavaplatos. Todas esas experiencias, como las da haber trabajado en las minas de carbón, se proyectaron dentro de mi como un recuerdo que luego utilicé para realizar NOW, como también otros documentales con características políticas donde está mi experiencia de haber vivido en el monstruo y por tanto haber tenido una vida preñada de circunstancias políticas que jamás han dejado de estar en mi veta creativa.

– NOW es precursor del videoclip.

– Eso dicen los norteamericanos y creo que sí porque en la época que hice el documental no existía la música electrónica ni el videoclip. El videoclip surgió mucho después. Y te repito, este documental nace de mis experiencias en los Estados Unidos, que están anímicamente en mí esperando las circunstancias para materializarse y por ejemplo LBJ se produjo por una situación política triple, es decir, la L por el asesinato de Luther King, la B por Bob Kennedy y la J por John F. Kennedy. Esa problemática pasó por mis experiencias y desataron lo vivido por mí.

– Santiago, ¿cuál fue su primera obra cinematográfica?.

– Fue un noticiero periodístico del viaje del presidente Dorticós por América Latina. Ahí empecé a jugar con las imágenes.

– ¿Usted prefiere el cine documental o el de ficción?.

– El documental.

– ¿Por qué?.

– Porque me hace proyectarme más como soy, como es mi carácter.

– ¿Y cómo es usted?.

– Yo soy un poco aventurero en el buen sentido de la palabra y eso propicia mi estilo que no es nada especial ni del otro mundo pero que es mío. Muchas veces he dicho que ante todo soy periodista, luego cineasta y después soy periodista y cineasta. Y ahora recordé algo sobre la banda sonora…

– ¿Qué recordó?.

– A veces en mis bandas sonoras hay silencios. Yo trabajo el silencio como parte sonora en mis documentales.

– El silencio puede ser un grito de alarma también.

– No sé si es un grito o un chiflido. Si tú me preguntaras con qué pienso yo como creador de una obra cinematográfica, te pudiera decir que yo pienso con el corazón.

-¿Y ese es su éxito?.

– Sí, porque me he pasado toda una vida pensando con el corazón y un artista como tú va a encontrar las razones por las cuales yo digo que pienso con el corazón.

– La creación y Santiago Álvarez.

– Yo creo que la vida y la obra creadora de un artista no está regida por reglamento alguno, ni por principios especiales que te hagan decir que tú hiciste tal cosa, o tal montaje y tal estilo de trabajo, porque lo pensaste antes o porque lo hiciste pensándolo previamente. Previamente un creador no hace lo que después desarrolla. Pienso que el nacimiento de una obra artística está  más bien en el continuo trabajo diario.

-¿Cómo se siente usted el día antes de comenzar a filmar un nuevo documental?.

– Yo no tengo día antes ni día después. Ahí tienes el caso del documental Cerro Pelado. Cuando los Centroamericanos de Puerto Rico, Cuba quería mandar una delegación y los norteamericanos para obstaculizar la participación nuestra no nos daban las visas y sucedió que una noche me entero que iba a salir la delegación cubana por barco y enseguida me vinieron a la mente varios barcos y los atletas entrenándose dentro de un barco y eso era toda una posibilidad de hacer cine y ahí surgió el documental que no nació antes, ni después ni en el medio sino que nació de una realidad que fue creada por los propios yanquis que son los que siempre han hecho mis guiones.

– ¿Y el título?.

– Siempre que voy a realizar un documental lo primero que busco es el título y en tanto no lo encuentre no me nace lo demás. Tengo que tener el título para desarrollar toda una estructura dramatúrgica.

– En el momento de la edición ¿cómo son sus relaciones de trabajo con los demás?.

– La gente que trabaja conmigo, sobre todo los editores, me critican mucho porque dicen que yo no los dejo crear a ellos y lo que pasa es que a mi me gusta que cada fotograma diga algo.

– ¿Cree usted que el  Noticiero ICAIC Latinoamericano sería una fuente seria que pudieran consultar los futuros estudiosos de la Revolución Cubana?.

– Para mí el archivo de imágenes y sonido del ICAIC es un libro de historia abierto y que no fue realizado por nadie sino por la propia Revolución día a día, cada semana, cada mes. Ahí están los fotogramas, la música, los muñequitos, las fotografías cuando han sido filmadas en la mesa de animación y aquí aprovecho para decirte que yo no descubrí la mesa de animación pero fui el primero que empezó a utilizarla en el ICAIC con el propósito de desarrollar ideas dentro de un documental. La gente no sabía qué hacer con esa máquina y yo vi que se le podía dar vida a fotos fijas logrando una proyección especial dentro del montaje. Ahora bien, regresando al Noticiero, creo que él fue una escuela para una gran cantidad de directores, camarógrafos y editores del Tercer Mundo que vinieron aquí a trabajar con nosotros.

– A su juicio, y como padre del Noticiero ICAIC, ¿cuál fue el mayor defecto que tuvo ese proyecto cinematográfico?.

– Nosotros hemos tenido muchos defectos y precisamente el estímulo que da el defecto  es lo que hace posible la obra creativa. Y es bueno recordar siempre que se hacían 52 noticieros al año, uno cada semana, y lo desarrollábamos en dos direcciones: los politemáticos y los monotemáticos, y en estos últimos aprendimos a profundizar más en las noticias. Algunos noticieros salieron malos y otros mejores.

– ¿Había espíritu crítico entre ustedes para analizar el resultado de cada trabajo semanal?.

– A la semana siguiente de cada noticiero se discutía y lo hacíamos con saña. Cada noticiero terminó siendo una lección que recibían los compañeros porque existía precisamente espíritu crítico y se aprendía mucho con los noticieros malos.

– Si en la actualidad retornaran los 52 noticieros anuales en este Período Especial ¿qué temas o aspectos de la vida cree usted serían focalizados por los mismos?.

– Aspectos críticos. Nosotros hemos valorado la crítica dentro del Noticiero como una temática permanente. Creo que la temática que debe tener el periodismo cinematográfico es principalmente la crítica.

– En su carrera de cineasta ¿cuál ha sido el momento más amargo y cuál el de mayor satisfacción personal?.

– El más amargo fue cuando realizamos los viajes a Viet Nam en medio de esa guerra asquerosa de los Estados Unidos. Esas vivencias golpearon mucho mis sentimientos. Y la satisfacción personal en el cine es saber que hay un público que recibe y entiende lo que he querido explicar .

– ¿Cree que el desarrollo tecnológico se tragará al cine concebido como cinta de celuloide, pantalla en sitio oscuro y butacas para espectadores?.

– No habrá ninguna tragadera y nadie se va a atragantar ni con uno ni con otro. Creo que cada uno tiene su porqué nació, porqué se desarrolló y cómo se desarrollará. Ya sea el video o el cine tienen características propias. La imagen no va a perecer sea tratada por un medio o por el otro. El video a la vuelta de cincuenta años va a tener más fuerza que la que tiene actualmente. Y en cuanto al desarrollo tecnológico que se va a producir yo me siento optimista.

– ¿Escribirá sus memorias?.
Las estoy escribiendo y pronto estarán listas. Pudiera ser un libro útil porque vuelco en él todas mis experiencias que he tenido en el cine documental y en el noticiero.

– Santiago, si tuviera la oportunidad de vivir de nuevo,¿lo encontraríamos en el cine?

– No. Yo no sé si tú sabes que yo soy un frustrado de la Medicina. Estudiaría Medicina.

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