Doris Era, radialista entre micrófonos y libros

Como cada año, la Perla del Sur se vistió de letras del 12 al 16 de marzo. La ocasión fue la 33 edición de la Feria del Libro en Cienfuegos, inaugurada en el parque José Martí.

Esta celebración – ya tradición popular – estuvo dedicada a dos personalidades de la cultura en el territorio, la locutora investigadora, escritora, directora de programas de radio y comunicadora Doris Amelia Era González, y al poeta, narrador e investigador Orlando Víctor Pérez Cabrera.

La presencia de Doris Era como una de los intelectuales homenajeados, ha sido motivo de regocijo para quienes hacemos radio en esta ciudad del mar.

Doris representa mucho en la historia radial cienfueguera, y más allá. Sus aportes como investigadora histórica la sitúan entre quienes han aportado más al estudio de los orígenes y evolución de la radio en Cienfuegos; su obra se proyecta, por extensión, como enriquecedora en el contexto del quehacer radial cubano.

Desde hace décadas esta incansable perlasureña da lo mejor de sí como escritora radial, a la vez que le aporta al acontecer histórico de este cardinal medio de difusión.

Son conocidos sus libros “Crónica de una emisora: Radio Ciudad del Mar: 1936-1983” y “La radio en Cienfuegos”, ambos dos estudios abarcadores sin precedentes.

Más reciente ha sido la publicación de su libro “La locución en Cienfuegos”, texto que hace justicia a quienes se consagraron a través de los años al difícil y responsable arte de comunicar frente al micrófono.

Hace varios años, en 2006, Doris fue condecorada con el “Premio Nacional de la Radio por la Obra de la vida”, reconocimiento que hizo justicia a una mujer consagrada, tanto al ejercicio radial como a la investigación.

Este año alegró al gremio cienfueguero saber que a Doris le fue otorgado el “Escudo de Cienfuegos” en el contexto de la Feria del Libro.

Quien escribe llamó para felicitarla y anunciarle una visita a su hogar. Con la cordialidad y modestia que la caracterizan accedió; fue el pretexto para que conversásemos.

¿Que representa para ti, como radialista, este reconocimiento en la Feria del Libro?

Para mí es algo importante, porque aunque uno no trabaja para distinciones, premios ni homenajes, sin embargo uno se siente reconocido en el momento que recibe distinciones como esa que tú hablas. Pero fundamentalmente significa que no solamente se me reconoce como radialista, sino también como escritora, que ambas cosas las llevo a la par desde hace muchos años. Hace muchos años que escribo, libros que he publicado, que están inéditos pero que han ganado premios, y eso hace que se me proponga para el Escudo, para rendirme homenaje en la Feria.

En fecha reciente salió tu libro “La locución en Cienfuegos”, publicado por “Ediciones enVIVO”, el cual ha tenido y tiene gran impacto y demanda entre los lectores. ¿Qué puedes hablar acerca de él?

Significa una deuda que tenía con los locutores y con otros trabajadores de la radio en Cienfuegos; no solamente trata la historia de la locución en Cienfuegos desde que comienza la radio en 1923 sino que llega hasta la actualidad. Incluyo otras remembranzas radiales, hago crónicas sobre distintas personalidades con las cuales me he relacionado durante tantos años en la emisora de Cienfuegos; personalidades que se han desenvuelto no solamente como locutores, sino también periodistas, realizadores de sonido, hasta un director de emisora, un subdirector de programación, una capacitadora; quiere decir que va abarcando toda una serie de personalidades que debemos recordar, y entre ellos destaco locutores tan emblemáticos como Carlos de la Paz, Humberto Albanés, que vivía en el momento que lo escribí y que era la memoria viva de la radio en Cienfuegos. Locutores importantísimo en distintas épocas.

¿También de locutores anteriores a tu llegada a la radio?

Mis recuerdos sobre Carmita Vázquez, que no coincidí en época con ella. La recuerdo cuando yo era niña que cruzaba por delante de mi casa. Todas esas cosas hacen que el libro tenga significación, pero yo creo que lo más importante es que el libro se lo dedico a Vitelio Ruiz y Eloína Miyares, que pienso están poco reconocidos en la actualidad y fueron en la década del 80 del pasado siglo, importantes pilares de la locución en Cuba porque ellos a través de toda una serie de investigaciones hicieron que en Cuba los locutores tuvieran uniformidad lingüística, y esto se refleja también en Cienfuegos. Opino en el libro que la locución en Cienfuegos en la década del 80 fue la época de oro por el balance de voces que había en las distintas generaciones. Había un balance entre voces femeninas y masculinas. Eso hizo que los oyentes tuvieran diversas opciones.

¿Te refieres en el libro a la locución actual?

Hablo también de la locución en la actualidad; de los problemas que existen, los cambios de acento que son reiterados no sólo en Cienfuegos sino en otras partes del país. Me refiero a la necesidad que tienen los locutores de tener cultura, es decir leer, que no se limiten a aprender lo que estudian en un curso del Centro de Estudios de la Radio y la Televisión.

Qué aconsejas a las generaciones nuevas de locutores?

Cada cual debe tener su bagaje cultural para poder saber sobre qué está hablando, porque el locutor que lee nada más que papelitos y no sabe lo que está diciendo, ahí viene el error y el oyente se da cuenta, y el televidente en el caso de la televisión, de que esa persona no domina el lenguaje, no domina lo que está diciendo, por lo tanto no es creíble. Ese es mi consejo para los locutores actuales: leer mucho, estudiar, no cometer esas imprudencias de cambio de acento en las palabras porque eso está mermando la locución, no sólo en Cienfuegos sino en Cuba, que yo pienso que era, y así fue reconocido en otras épocas, una de las mejores de habla hispana.

Después de tantos años como profesional de la radio, ¿cómo aprecias hoy ser una de las personalidades de la radio en Cuba?

Para mí, modestamente, porque pienso que hay muchos que tienen suficientes méritos. Algunos han sido reconocidos y otros no, como el caso de Humberto Albanés, que no se le dio el reconocimiento que merecía en vida. En mi caso, siento deseos de seguir haciendo. Ya uno no puede hacer a través de un programa en la locución porque se le ha dado el paso a otras generaciones. Después de jubilada no quise seguir hablando por radio, porque creo que uno tiene que buscar el relevo a pesar de que tenía todas las condiciones para poder seguir, pero no se debe esperar a tener noventa años ni cien para poderse jubilar. Hay que darle paso a los nuevos que vienen. A través de lo poco que pueda recomendar en eventos o a través de distintas páginas, es importante para que esas nuevas generaciones aprendan y se nutran de todas las personas que hemos estado antes y que hemos puesto nuestro granito de arena para que la locución en Cuba haya sido lo que ha sido.

Agradecí a Doris Amelia Era González sus palabras llenas de sinceridad y con la experiencia que la acreditan. Una profesional de la Radio Cubana que demuestra su permanente amor por este medio que ha sido es parte de su existencia.

Autor

  • Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz (Cienfuegos, 1951). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Periodista, escritor y director de programas de Radio. Autor de varios libros en México y en Cuba, entre ellos, "La Radio, utopía de lo posible". Colaborador del Portal de la Radio Cubana desde su salida al aire. Escribe además para espacios de Radio Progreso, Radio Ciudad del Mar y el periódico "5 de Septiembre".

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