Rosalina y la vocación de servir
Dialogar con ella deja el agradable sabor de los afectos porque, sencillamente, es un manantial de bondad; dueña de una sonrisa que levanta el ánimo a cualquiera, de carisma, elegancia y belleza innatos, pero por encima de ello el tiernamente fuerte y franco abrazo para el que lo precise allá en su natal Palma Soriano, en la oriental provincia de Santiago de Cuba.