Defender la vida con responsabilidad

Yamilet Silveira Fuentes es doctora desde 1997, especialista en Medicina General Integral y fisiatra, y mi amiga mediante las redes sociales. Desde marzo del 2020 hemos conversado mucho de un tema que ocupa a los profesionales de las Ciencias Médicas, y a todos: las afectaciones de la Covid-19 a Cuba.

«Robertico, es increíble lo que sucede: hace casi un año estamos hablándole a las personas de la necesidad de la autoprotección y todavía vemos a muchas sin el nasobuco o mal puesto; no son consecuentes con el esfuerzo de mis colegas que están de lunes a domingo, las 24 horas, “cara a cara” con la muerte sin importar nada más que la salud, la vida de sus pacientes: niños, jóvenes, adultos, los ancianos tan vulnerables».

-¿Dónde radica el éxito contra la Covid-19?

«En tener conciencia de que es una enfermedad que mata, y si quedas vivo pues, en un gran por ciento, las personas pueden sufrir secuelas para siempre. Hay que cerrarle fila a ese enemigo invisible y hacerlo desde la familia, como célula fundamental de la sociedad».

«Las organizaciones de masas no pueden estar ajenas a la tarea: los líderes comunitarios tienen que insistir desde el barrio en el autocuidado, en el seguimiento, chequeo y control de los viajeros extranjeros y de los que lleguen desde las provincias con una situación más compleja desde el punto de vista epidemiológico. Multas y restricciones de fiestas».

«Aquí en Camagüey revisas la base de datos y en un día los camagüeyanos han viajado a más de 15 países diferentes, ¿dime tú? Es mucho el estrés».

«En la calle andan con niños pequeños sin nasobuco y ellos con esas piezas textiles mal colocadas y no te atrevas a regañarlos que te miran con una cara que para qué te cuento. Las personas no pueden seguir como si la vida fuera como antes».

«Hoy estoy en un puesto de dirección, pero no lo pensaría dos veces si debo incorporarme a la zona roja en el hospital porque para eso me formé: para defender la salud y la vida de las personas con responsabilidad».

«Nada se compara con eso: es emotivo ayudar y “vivir” el mejoramiento de los pacientes; que se marchen de alta, sanos. Uno experimenta una satisfacción enorme, un orgullo muy grande al constatar el esfuerzo de nuestro Estado, del Partido y el Gobierno, de nuestros profesionales y científicos en el propósito de minimizar las afectaciones por el nuevo coronavirus, imponiéndose a las limitaciones que genera el bloqueo estadounidense».

«La solidaridad es inherente a nosotros, sembrada del lado izquierdo del pecho, marchamos a donde sea bajo la premisa fidelista de que un mundo mejor es posible y los cubanos ayudamos en ese objetivo».

«La participación de los médicos y enfermeros en el combate al Covid-19 en decenas de países y la mano que le ofrecimos a los pasajeros del crucero inglés en plena pandemia son dos muestras más que elocuentes».

«Punto y aparte merecen los científicos: que un país del tercer mundo, una pequeña Isla en medio del mar Caribe, con el cerco económico y financiero más cruel que puede sufrir país alguno de la mayor potencia del mundo que disponga en el presente de cuatro candidatos vacunales habla de la entereza de esos profesionales, que son el pueblo mismo».

«Es innegable la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, sus ideas y enseñanzas, lo que cultivó entre los cubanos: el amor a la Patria, la preparación, los conocimientos y experiencias, compartir lo que tenemos, no lo que nos sobra».

«Creo que el Líder Histórico de la Revolución estuviese orgullo de nuestros científicos, de los médicos porque constituyen la esencia misma de su pensamiento: “El futuro de Cuba tiene que ser un futuro, necesariamente, de hombres de ciencia. El enfrentamiento a la Covid-19 le ha dado, una vez más, la razón a Fidel».

Cierra esta carismática camagüeyana, quien esparció su bondad y entrega a la noble profesión de la medicina en par de misiones internacionalistas en la República Bolivariana de Venezuela y Brasil.

 

 

 

 

 

 

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