Perder el rumbo sería un crimen
Es evidente que los grandes medios de comunicación del mundo rico sienten un verdadero festín ante sucesos bochornosos que atentan contra la dignidad de los pueblos y, en otros casos, contribuyendo al derrocamiento de gobiernos legítimos o cualquier hecho que suponga lucha por el bienestar, la paz y el decoro de las naciones.


Cuando se es viejo, honesto y amante de su patria, es muy comprensible que se posea la virtud de establecer criterios verdaderamente justos y opiniones apegadas a la más estricta verdad.
No por esperada deja de calar hondo en nuestros corazones la partida de Ibrahim Aput Eybaiter, un hombre de nuestra radio y televisión, probado en todas las batallas sonoras, y un azimut para nuestros locutores en la emisora de la hora y las noticias: Radio Reloj.
Frecuentemente pienso en lo beneficioso que sería editar una gran obra en varios volúmenes para describir en detalles y cronológicamente todas las acciones que Estados Unidos ha cometido -y comete- contra nuestro pueblo cubano.
Fallecido en La Habana, el 25 de noviembre de 2016, cuando contaba 90 años Fidel Alejandro Castro Ruz, con el decursar de su fructífera existencia y con la trascendencia de los principios que expuso, hizo realidad la prédica de José Martí acerca de que los hombres que quedan son los que encarnan en sí una idea que combate, o una aspiración destinada al triunfo –los que pasean por el mundo voceando y luciendo una velocidad extraordinaria- como los astros.