Andanzas de viles marginales

Indudablemente sería muy provechoso porque tal obra trascendería una simple relación para adentrarse en su génesis, épocas, emperador de turno, fechas exactas, nombres de grupúsculos y personajes, en fin…todo lo que contribuya al conocimiento histórico exacto. Sería una fuente muy valiosa de conocimientos, sobre todo para los jóvenes de hoy y los de mañana y, en última instancia, como muestra inequívoca de todo lo que es capaz el villano del norte.

Recientemente nuestra prensa divulgó en detalles el origen y objetivos de un denominado grupito que se hace llamar Movimiento San Isidro, en alusión al barrio del mismo nombre de La Habana. Y lo hizo –muy atinadamente- describiendo lo que fue tal comunidad y lo que es hoy; ayer uno de los tantos lugares olvidados careciendo de todo lo que hoy puede exhibir con orgullo.

Sin embargo, nos llena de ira constatar cómo los integrantes de tal Movimiento pretenden convertirse en víctimas de la misma revolución que les dio –como dijo Nicolás Guillén- lo que tenían que tener. Son así de infames, y hasta hacen simuladas huelgas de hambre para convertirse en mártires fabricados por el enemigo de los pueblos. En fin, el objetivo básico es morder la mano que los nutre. Y todo ello vendiendo su alma al diablo por unos billetes verdes, y cocinando “movimientos” como spaguettis infectados.



Con verdadera repulsión llegan a mi mente algunos nombres que, en nuestro patio, han hecho lo indecible por atacar a la revolución y contar así con el beneplácito yanqui y otros secuaces renegados de su propia tierra como los Marco Rubio, los Díaz –Balart y tantos otros enemigos que son felices amamantados por los gobiernos de Estados Unidos. Es así de simple, lamentablemente engrosan la lista de lo más putrefacto de la humanidad.

Es que los cubanos y cubanas ya están asqueados de tanto lodo, como por ejemplos los casos de las famosas Laura Pollán y Berta Soler, ejecutivas de las tristemente célebres Damas de Blanco, fajadas entre sí por la jefatura de la organización, ya que reportaba más beneficios en dólares; un tal Guillermo Fariñas, connotado antisocial que también utilizaba las huelgas de hambre como un deporte, pero se mantenía vivo cuando estaba hospitalizado por obra y gracia de la revolución que él despreciaba. ¿Y qué decir de Marta Beatriz Roque Cabello, “ilustre” señora que llegó a producir hasta burla y risa del pueblo, al descubrir que, estando en huelga de hambre en su domicilio, recibía alimentos a través de una ventana. Es que en el empeño siempre baldío de derrocar a la Revolución se han vuelto hasta ridículos.

Pero no obstante, el imperio los necesita, no importa lo que son estos personajes, piensa que, en definitiva les favorece, pero llegado el caso, cuando no le sean útiles los lanza al cesto de la basura. Así ha sido, así es, y será hasta tanto no les llegue su hora definitiva. ¡Que llegará, por supuesto!

Hombres hay para el pesebre, que viven de estrujar y de engullir; hombres de corral, a la verdad que en el cieno están bien, que es blando y engorda”. José Martí

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