Prohibido olvidar los ultrajes a Bolívar y a Martí

Una decena de los marines que habían llegado el día anterior al puerto de La Habana en el portaaviones USSPalau, en evidente estado de ebriedad, se dirigieron al Parque Central y uno de ellos logró trepar por la estatua del Apóstol de la independencia cubana hasta quedar sentado a horcajadas sobre los hombros de la escultura de José Martí, utilizándola como urinario público. 

La reacción popular no se hizo esperar y fue necesario que la policía del gobierno de la época protegiera a los marines de la ira de los cubanos que acudieron al lugar, entre ellos el estudiante universitario Fidel Castro y varios de sus compañeros. 

Treinta y seis años después, el 20 de mayo de 1985, y como parte de los esfuerzos imperialistas por liquidar a la Revolución Cubana, se cometíó otro gravísimo ultraje a José Martí al crear una emisora de radio con el nombre del Apóstol. A ese esfuerzo diversionista y violatorio del derecho internacional se sumaría años después la creación de la anticubana televisión Martí, ambas financiadas por el gobierno de los Estados Unidos. 

Por eso no sorprende a muchos cubanos la guerra que hoy se hace contra la hermana república bolivariana de Venezuela, que tiene como símbolo mayor a Simón Bolívar, quien advirtió que los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar de miserias a la América en nombre de la libertad. 

José Martí, quien en carta a su amigo mexicano Manuel Mercado, dijo que vivió en el monstruo, es decir en Estados Unidos, y le conoce las entrañas, advirtió también que su honda es la de David. 

Y en medio de la tremenda ofensiva imperialista contra Venezuela, que despierta la solidaridad de los cubanos, se recuerda a José Martí, cuando dijo en Caracas hace más de un siglo: “Deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mí un hijo”. 

Por eso está prohibido olvidar la obra y el pensamiento de dos grandes de Nuestra América, Bolívar y Martí, ultrajados a lo largo de la historia por los imperialistas yanquis, pero convertidos cada día más en soportes de la resistencia de venezolanos y cubanos.

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