Educar, vocación suprema de amor
En el ya distante siglo XIX, el pedagogo y filósofo cubano José de la Luz y Caballero expresó que “enseñar puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”.
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En el ya distante siglo XIX, el pedagogo y filósofo cubano José de la Luz y Caballero expresó que “enseñar puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”.
Luis Almagro, siniestro personaje que preside uno de los grandes tentáculos del imperio llamado Organización de Estados Americanos, es un ejemplar muy singular al cual resulta difícil caracterizarlo, pues se le puede calificar como cínico, hipócrita, perverso, lacayo y hasta obediente sabueso.
El significado de la palabra democracia es también víctima de una escandalosa hipocresía por parte de muchos gobiernos ocupados, alevosamente, en luchar contra ella.
El 7 de diciembre de 1989 se dio sepultura en suelo patrio a los restos mortales de cubanas y cubanos que ofrendaron sus vidas en misiones internacionalistas en otros países. La Revolución Cubana dio con ello culminación a una trascendental época de toda nuestra historia.
No hay que analizar mucho para percatarnos de las “virtudes” de este personaje que ya la humanidad aborrece, sobre todo por los que luchan por un mundo mejor.