¿Un presidente progresista en USA?

El asunto es que Bernie Sanders, aspirante a la presidencia de Estados Unidos, plantea tareas que debe asumir esa nación, cuyo conjunto dejan el saldo indudable de progresistas, porque constituyen la gran mayoría de las aspiraciones de los pueblos de esta sufrida humanidad.

Pero antes de entrar a un simple análisis veamos algunas de sus aspiraciones: Universidad gratis, eliminando la deuda estudiantil; salud pública gratuita para todos; combatir la extrema riqueza; congelar las deportaciones; y lograr el 100% de energía renovable.

El simple enunciado de tales medidas, como puede apreciar, va más allá de aspiraciones simples en el muy complejo sistema electorero de Estados Unidos. Es que se trataría de derrumbar todo un engranaje gigantesco basado, precisamente, en todo lo  contrario que plantea Sanders, y que se asienta en la actualidad como clásico imperio.

Por otra parte, se trata de romper una ideología perversa; un mundo rico que lo es, precisamente, a costa del pobre; y en definitiva, una lucha frontal contra el gran poder económico de ese país. Pero además, luchar por romper el círculo siniestro de sus incondicionales que viven a costa del amo imperial haciendo causa común.

Cuando uno se detiene ante éstas y otras verdades salta ante nosotros una pregunta simple: ¿será posible que se logre penetrar, al menos, al umbral de un país respetuoso de los derechos humanos?

De una parte, tenemos derecho a sentirnos incrédulos al tener en cuenta el gran poder del enemigo común; pero por otra no debemos virar la espalda a una persona que, al menos en sus declaraciones, habla de adecentar y hacer más justa  su nación.

En mi modesta opinión, dejar de creer  que algún día exista en Estados Unidos un gobierno empeñado en borrar su injusta imagen, sería dejar de soñar en un mundo más justo, como lo hacemos los cubanos y cubanas, porque en definitiva está demostrado que los imperios no son vitalicios, pero las ansias de paz, igualdad y justicia son eternas y no naufragan jamás.

Como nunca Cuba enfrenta un verdadero genocidio, porque ha tenido la valentía de hacer realidad muchas de las cosas que ahora el señor Sanders dice querer para su país. Ojala sus deseos estén respaldados por reales sentimientos de virar al revés el modo de gobierno injusto de Estados Unidos.  

No debemos convertirnos a priori en detractores de las medidas que enuncia; no se trata tampoco de aplaudirlo, sino de profundizar en los acontecimientos y esperar su curso.  Nosotros, simplemente, debemos mantenernos en la lucha aspirando, por supuesto, a que nos respeten como nación libre, independiente y soberana.

Me gustaría que el señor Sanders conociera una de las miles de ideas brillantes del nuestro Maestro José Martí: “Al poder se sube casi siempre de rodillas. Los que suben de pie son los que tienen derecho a él”. 

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