Es el mismo hombre que supo demostrar su grandeza humana cuando hizo libres a sus propios esclavos aceptándolos como verdaderos hermanos. Estas virtudes revolucionarias son las que nos hace afirmar que en Cuba solo hay una gran revolución que comienza en el 68, se fortalece en 1959 y seguimos combatiendo por la dignidad y el decoro nacional.
Había nacido en la heroica ciudad de Bayamo, la misma que sus pobladores prefirieron quemar antes que entregarla al conquistador español. Por sus incuestionables méritos ocupó el alto cargo de Presidente de la República en Armas entre 1869 a 1873, año en que fue destituido y poco tiempo después, vilmente asesinado a manos de asaltantes españoles, el 27 de febrero de 1874, en una finca del poblado de San Lorenzo de la Sierra Maestra.
Definitivamente, no es posible hablar de un Céspedes de mármol, es un ser humano imperfecto como todos, pero indudablemente muy cercano a la perfección por su heroísmo y alto valor patriótico; fue rebelde, inconforme, tuvo sueños y amores, pero con la vista fija y el corazón latiendo con desenfreno por la libertad de Cuba.
27 febrero 1874 Cae en San Lorenzo en desigual enfrentamiento el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes
Padre de todos ya fue al libertar sus esclavos Al sumarlos como hermanos a la naciente contienda Al dejar de lado lujos acomodamiento y soltura A poner a prueba dura pic.twitter.com/Jr49Wx9Tlm— Leonid Roman Corella (@leonid_roman) February 27, 2020
La vida ejemplar de este hombre no es posible reseñarla en unas pocas líneas, porque no podemos hablar de él, como tanto merece, si no es tras un estudio minucioso de su quehacer; quizás sí es posible que sirvan como una invitación, sobre todo a los jóvenes, para que lo estudien y, hacerle el merecido homenaje con nuestra actitud ante el Padre de la Patria de ayer, hoy y siempre. El mismo que lanzó el Grito de Yara con un ¡Viva Cuba Libre!, para iniciar la guerra por la independencia.
Es importante, como siempre sucede con Martí, mencionar unas palabras del Maestro:
…Y no fue más grande cuando proclamó a su patria libre, sino cuando reunió a sus siervos, y los llamó a sus brazos como hermanos”.
Por todas estas razones es que, por derecho, aparece nuestro Céspedes como uno de los imprescindibles, junto a figuras cimeras de la patria de ayer y de hoy, y de un Fidel que sigue viviendo en el corazón de todos los cubanos y cubanas, porque fue capaz de derrumbar la maldad y, en su lugar, edificar una revolución continuadora de aquel 10 de Octubre de 1868.
Hay hombres dispuestos para guiar sin interés, para padecer por los demás, para consumirse iluminando”. José Martí