Dos historias después de un Asalto
Un fuerte silencio. Los ojos buscaban dónde esconderse. La boca apretada para no dejar escapar un suspiro. Y las manos… acompañaban a las piernas en una marcha que no sabía hacia dónde dirigir…Uno iba por su lado.
El otro exploraba unas calles completamente desconocidas. Ninguno sabía cuál sería su destino. Se sentía una paz infinita después de la algarabía y los disparos a los que no estaban adaptados se callaron luego de la orden de retirada.
24 y 25 años. Jóvenes que disfrutaban de la música, los cuentos y todas las manías que solemos hacer cuando en nuestros cuerpos sobra la vitalidad y energías. Pero jóvenes que decidieron aprovechar todas sus fuerzas en función de la libertad de su país.