Del Caribe, de Cuba. Una aproximación (IX)
A pesar de numerosas regulaciones, pero aplicando siempre la selectividad en lo que al robo de cerebros se refiere, los gobiernos europeos vieron crecer, por conveniencia propia, una cuantiosa emigración de seres humanos del llamado Tercer Mundo. Esta emigración busca fuentes de trabajo que, en cambio, no son ocupadas por los propios europeos.


La inmigración, explotación, opresión, desalojo y repatriación de los braceros antillanos fue, en la práctica, una variante caribeño-latinoamericana de los rasgos característicos de una «acumulación originaria» para el desarrollo del latifundismo y de la naciente industria capitalista de un país como Cuba, atrasado, monoproductor y subdesarrollado.
Al culminar la Primera Guerra Mundial, países como Cuba, Haití, Puerto Rico y República Dominicana estaban bajo el dominio de los Estados Unidos, que incluía las finanzas, el comercio y la política. El 31 de marzo de 1917 dicho país compró a Dinamarca las islas caribeñas Santo Tomás, Santa Cruz y San Juan, en veinticinco millones de dólares.41
Los países de la Asociación de Estados del Caribe fueron durante 2014 y 2015 la zona más importante para el intercambio comercial de Cuba en América Latina, concentrando un 72 por ciento del comercio en esa región, aseguró José Chaple Hernández, director de Política Comercial para América Latina y el Caribe del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba, en una conferencia ofrecida como parte de la VII Cumbre de la AEC.