Fue Orlando Castellanos un autodidacta convertido en maestro por su ingenio y en referente por la capacidad y constancia en su trabajo.
Nació en la ciudad de Ciego de Ávila en 1930, donde se inició en la radio, a la edad de 9 años, y falleció en La Habana en 1998, cuando ya había merecido el Premio Nacional de Periodismo José Martí, por el volumen y trascendencia de su obra.
Trabajó en varios medios de comunicación, pero su consagración fue en Radio Habana Cuba, emisora en la cual estuvo entre sus fundadores; allí hizo la parte más enjundiosa de su vasta obra.
Y fue en esa planta radial donde se consagró como entrevistador al dejar excelentes conversaciones periodísticas con renombrados intelectuales, artistas, políticos de Latinoamérica y Cuba, de incalculable valor, que luego se han recogido en varios libros.
En el programa creado por él, Formalmente Informal, creó un estilo propio de entrevista de radio, desenfadado e incisivo, fresco y profundo, coloquial y preciso…, así logró Orlando Castellanos marcar para siempre ese género y esa manera de hacer y decir.
Pero no sólo en ese espacio dejó su impronta en Radio Habana Cuba; él diseñó y condujo otros programas de distintos formatos, para diferentes audiencias.
Fue un hombre de radio. Nació para cautivar audiencias, para enseñar, informar y entretener desde un simple micrófono, detrás del cual este avileño supo fusionar su vasta cultura con la sencillez necesaria para pegar al oído de personas de diferentes gustos, culturas y preferencias.
Castellano está calificado como “el mejor del siglo XX en Latinoamérica y maestro del periodismo y de periodistas.
Su voz y su pasión se identificaban con facilidad, como también su devoción por la Revolución Cubana, la cual defendió desde la trinchera del pensamiento y la comunicación.
Orgullo de Ciego de Ávila y de Cuba, siempre hay que volver a la obra y el sentimiento de Orlando Castellanos, como referente del mejor hacer radial.