En su obstinado afán por destruir la Revolución Cubana y someter al pueblo a más penurias, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó esta semana un Memorando Presidencial que arrecia el bloqueo económico, comercial y financiero contra el país caribeño.
La directiva, continuidad de políticas anteriores contra Cuba, recrudece la política de línea dura del Ejecutivo norteamericano y revierte medidas de alivio parcial implementadas por la anterior administración del exmandatario Joseph Biden (2021-2025).
El documento establece un mayor control para impedir la llegada de turistas norteamericanos a Cuba, y prohíbe además transacciones financieras directas o indirectas con entidades locales, como el Grupo de Administración Empresarial S.A. y sus filiales.
Vale decir que el impedimento de las transacciones financieras con empresas nacionales afecta en mayor medida a aquellas vinculadas con el turismo, rama que, según datos económicos, representa más del 10 por ciento del Producto Interno Bruto de Cuba, y ofrece numerosos empleos.
Especialistas vaticinan además que con la implementación del memorándum disminuirán los viajes desde territorio norteamericano hacia la Isla, con restricciones a las licencias generales para visitas educativas, culturales y religiosas.
Al referirse a la directiva estadounidense, el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, valoró en su cuenta en X que el Memorando Presidencial de Seguridad contra Cuba, firmado este 30 de junio por Trump, refuerza aún más el bloqueo económico.
Tras señalar que el mismo responde a intereses estrechos y no representativos de la mayoría de ese país del Norte, el gobernante señaló que la meta es causar más daño y sufrimiento posible al pueblo cubano. Y apostilló: “Se sentirá el impacto, pero no nos doblegarán”.
En igual sentido, se pronunció el canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, quien declaró que dicho documento refuerza la agresión y el bloqueo económico que castiga a todo el pueblo cubano y es el principal obstáculo a nuestro desarrollo.
Rodríguez Parrilla catalogó además la medida como una conducta criminal y violatoria de los derechos humanos de toda una nación.
Dicho memorando no responde a intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, ni beneficia el bienestar de sus ciudadanos, sostuvo, por su parte, el vicecanciller Carlos Fernández de Cossío.
Solidaridad con Cuba
Desde Nicaragua, el gobierno de los copresidentes, Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de un comunicado condenó el recrudecimiento del criminal cerco económico por Washington, que pese a sus aviesas intenciones de destruir el país nunca lo conseguirá.
Mao Nin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, urgió a Washington, de igual manera, a poner fin de forma inmediata al bloqueo y las medidas punitivas que mantiene contra Cuba, así como a retirar al país caribeño de la espuria lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
La Cancillería de Venezuela también rechazó la anacrónica política del estado norteño, la que calificó como inhumana y violatoria del derecho internacional. Al mismo tiempo evaluó que el mecanismo ha intentado someter, sin éxito, a un pueblo digno y soberano.
En relación con la disposición estadounidense, el Movimiento Nacional de Amistad y Solidaridad Mutua Venezuela-Cuba, consideró que el decreto de Trump intenta la asfixia económica del pueblo cubano y persigue además desestabilizar su sistema social, ejemplo de resistencia, dignidad y solidaridad para el mundo.
No menos importante es la posición de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, organización que tras condenar el reforzamiento de la agresión y el bloqueo económico contra la Isla, evaluó que la disposición norteamericana intenta afectar el desarrollo de diversos sectores y hasta forzar un cambio de gobierno.
Entre las actividades a que apunta la medida se encuentran el turismo, la salud, procesos migratorios e intercambio cultural, académico y científico y el acceso a la tecnología, señaló el organismo integracionista.
Medida draconiana
Cuba, al igual que gran parte de la comunidad internacional, rechaza de forma tajante el Memorando Presidencial de Estados Unidos, que recrudece el bloqueo económico, y las anteriores leyes abusivas contra la nación latinoamericana, como la Helms Burton y la Torricelli.
En diversas ocasiones, la abrumadora mayoría de los países agrupados en la Organización de las Naciones Unidas condenaron, asimismo, la inclusión de la Isla en la lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo, documento que elaboró el gobierno de Washington acorde con sus intereses.
Para muchos resulta irónico, que Estados Unidos, considerado el mayor perpetrador de actos de terrorismo a escala planetaria, señale, sin base legal ni moral, con esa condición a Cuba, país pacífico, estable y solidario que envía al exterior personal de la salud en vez de armas y mercenarios.
Con un bloqueo impuesto desde hace más de 60 años y que ha sufrido más de 700 actos de terrorismo documentados, con más de tres mil 400 muertos y una cifra superior a los dos mil heridos, se intenta impedir a Cuba los accesos a créditos e inversiones necesarias para su desarrollo económico y social.