Bravo por el maestro González Mantici

Sagua la Grande es una de las tierras más fértiles en cuanto a artistas. De allá fueron grandes como el pintor Wifredo Lam, los músicos Jaime y Rodrigo Prats, Pablo Zerquera,  Emma Tabares de Guitart, Tomás Ponce, Pedro Guida y el intérprete Antonio Machín. La lista suma a Enrique González Mantici, otro imprescindible de la música cubana.

Nacido el 4 de noviembre de 1912 recibió el apoyo familiar, en particular de su madre, para acercarse a la música. Muy joven se mudaron a La Habana, donde cursó estudios en varios conservatorios hasta graduarse como profesor de música. Le tocó una etapa de luchas políticas en Cuba; se incorporó a ellas como miembro del Partido Socialista Popular y se destacó en el sindicato de los músicos.

A inicios de la década de los años 50 se dirigió la orquesta de la radioemisora Mil Diez. En aquella etapa hizo aportes en el medio, introduciendo cambios que dieron paso a la música de concierto en la radio, interpretada por la orquesta de la propia emisora. En aquella misma etapa asumió la dirección musical del Circuito CMQ de Radio.

Durante la dictadura de Batista tuvo que marchar al exilio; tuvo que refugiarse en la Unión Soviética, y allá en la segunda mitad de la década del 50 fue alumno del Conservatorio Tchaikovski donde fue premiado.

Cuando González Mantici regresó a Cuba fundó la Orquesta de Aire dedicada a la música sinfónica para Radio, dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta de Riverside, destacada institución de formato Jazz Band que recreó la música cubana. Fue también director de la Sociedad Pro-Arte Musical.

Cuando en 1961 se constituyó la Orquesta Sinfónica Nacional, fue su primer director titular.

Visitó países de Europa, y allá dirigió prestigiosas orquestas lo cual le granjeó los aplausos de un público tan numeroso como exigente. En su condición de compositor fue todo un virtuoso. En su carpeta de creaciones cuenta haber escrito música para ballet cuando era director musical del Ballet de Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba. Dos muestras de ballet de su autoría son Mestiza y El Circo.

Su obra fue amplia y de excelencia. Abarca un amplio periodo desde que en 1953 compuso su Primer concierto para violín y orquesta, seguido al siguiente año por Pregón y Danza para orquesta. Le siguió un Segundo concierto para orquesta en 1957. De sus muchas obras cuentan Cimarrón, la marcha Guerrillero, un Tríptico vocal para soprano y piano, la Sinfonía concertante para Cello y Orquesta, y un Trío para clarinete, Oboe y Fagot.

Es loable su ejercicio pedagógico cuando a partir de 1964 impartiera clases en la cátedra de dirección de orquesta de la Escuela Nacional de Arte.

En su obra incorporó elementos del folclor cubano a la música de concierto, siendo un miembro apreciable de la vanguardia nacionalista musical en la segunda mitad del siglo veinte. Pocos como él armonizaron con maestría los elementos cultos y populares de la música cubana.

Enrique González Mantici dejó de existir el 29 de diciembre de 1974, hace exactamente 49 años. Al morir contaba la edad de sesenta y dos años. Su vida se apagó repentinamente en la plenitud de su quehacer, cuando aún podía entregar más de su arte.

Fue un hombre de la música y de las luchas sociales. Su obra se destaca entre lo mejor del pentagrama cubano. Fue, además, un hombre de nuestra Radio Cubana, de esos que han dejado una huella indeleble. Por derecho propio merece ser recordado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Autor

  • Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz

    Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz (Cienfuegos, 1951). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Periodista, escritor y director de programas de Radio. Autor de varios libros en México y en Cuba, entre ellos, "La Radio, utopía de lo posible". Colaborador del Portal de la Radio Cubana desde su salida al aire. Escribe además para espacios de Radio Progreso, Radio Ciudad del Mar y el periódico "5 de Septiembre".

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