El sistema radiofónico en la mayor de las Antillas cuenta con 1 182 redactores reporteros de prensa, encargados de la gestión de contenidos noticiosos que se transmiten por el medio. Uno de ellos es Benigno, que desde su cabina Turquino, engrandece y promueve la obra que moldean manos revolucionarias cercanas al Pico Turquino, en la Sierra Maestra.
Benigno, ¿puedes ofrecernos tu reflexión personal sobre tus inicios en el Periodismo?
«Fue en el año 1990 cuando me gradué como periodista. Fundé acá una cabina de Radio, «Turquino» que tributaba como corresponsalía hacia la emisora provincial CMKC Radio Revolución, luego devino emisora Radio Coral cuya propuesta de nombre en el proyecto me lo aprobaron ante mi sugerencia y fundamentación pormenorizada».
«También participé en la fundación de la emisora comunitaria Triple M Oriental, en el Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, otro nombre que obedeció a mi propuesta y fundamentación ética. Fui también fundador, -y eso debo agradecerle a Gerardo Calderín Gaínza, quien era entonces el director provincial de Radio en Santiago de Cuba-, de la emisora Radio Titán, en el municipio de Mella».
«El propio Calderín Gaínza me enviaba a cada uno de esos lugares a que trasmitiera mis experiencias, las cuales valieron para que fuera representante de Cuba en el primer encuentro de Radios Comunitarias Latinoamericanas, celebrado en La Habana en 1992».
Entonces, eres además de periodista, docente?
«He cursado todos los diplomados que ha organizado la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) para la superación constante de los profesionales de este sector, ya sea por la Universidad de Oriente; la Escuela Superior del Partido «Ñico Lopez», en Ciudad de La Habana; el Instituto Internacional de Periodismo «José Marti», y en otras universidades que han asumido programas para la actualización profesional de nuestro gremio».
«Se me aprobó el proyecto de tesis de doctorado en la especialidad de Periodismo por la Universidad de Oriente, para validar una experiencia que se consideró por los expertos, entre ellos el fallecido doctor Julio García Luis, de la Facultad de Comunicación Social en La Habana, sobre una experiencia singular en Radio Coral a través de una estrategia discursiva en forma de Diálogo donde el periodista opina y el entrevistado también. Proyecto que está inconcluso pues aún no se ha presentado en su discusión ante un tribunal científico para otorgar el doctorado».
«Llevo ya veintisiete años de labor ininterrumpida en la radio como redactor-reportero de prensa; he fungido como periodista en la corresponsalía de Radio Rebelde en Santiago de Cuba, supliendo a Carlos Sanabia Marrero cuando cumplía misión en el extranjero».
Y de tu accionar en la radio cubana, cuéntanos…
«He dirigido programas informativos como «Reportes», en la emisora provincial CMKC Radio Revolución, de la ciudad de Santiago de Cuba. Acá en Radio Coral he atendido todas esas necesidades dada la escasa presencia de profesionales preparados».
«Recuerdo una experiencia bonita, y es que fui seleccionado para representar a mis colegas cubanos en el último congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en La Habana. Tengo experiencias únicas en coberturas a diversos eventos climatológicos. Y ahora con el avance de las nuevas tecnologías, y el paso del Huracán Matthew por esta tierra oriental, demostré cómo desde un intrincado lugar podemos, los periodistas-comunicadores, podemos ser autónomos en la gestión de transferencia de archivos de audio y videos en Internet y a través de las redes nacionales».
«Cuando el «Matthew» a través de la TV nacional di una muestra de cómo es posible usar las redes de la Radio en integración con el sistema de la TV Cubana y poder salir en cámara a la programación de esta última».
Ser acreedor de la condición al Mérito Periodístico es un premio que por única vez otorgó la Radio Cubana este año 2017, para ti qué significado posee tal reconocimiento?
«Este premio para mí tiene un significado especial, pero estoy en el deber de señalar algo que no me gustó. En la cobertura al acto por el Día de la Prensa Cubana en Santiago de Cuba, la colega que conformó la información publicada en la TV nacional no hizo referencia alguna a este reconocimiento. Y quienes lo recibimos, tanto Carlos Sanabia Marrero como Reinaldo Cedeño Pineda no salimos publicados».
«Tal vez la periodista no le dio importancia a este premio porque no lo acompañaba dinero alguno pero en lo personal, sentí una emoción grande y una inyección para seguir luchando en un «oficio» o profesión como le llamen, que reclama constantemente entrega y pasión. Ahí lo tengo en la salita de mi casita en Chivirico, y lo enseño con mucha satisfacción a todo el que me visita».
Dice un apotegma martiano que tiene tanto el periodista de soldado, en tu vida como profesional que hay de certero en esa frase?
«He sido un soldado siempre desde que comencé la profesión, fíjate si es así, que sentí especial necesidad de tirarme una foto donde guardan los restos de Fidel acá en Santiago de Cuba, para concretar mi propio compromiso, el de seguir siendo soldado y respetar la memoria de quien fue un discípulo incondicional de Martí, Fidel».
Cómo valoras el hecho de que tantos periodistas acompañen a toda prueba a Cuba y su proyecto social, no obstante las carencias de todo tipo, ¿qué es lo que abunda en el alma de un periodista?
«Esta profesión no se escoge para satisfacer una necesidad material, esta profesión es la más espiritual de todas. El hecho de que tantos periodistas continúen apoyando el proceso social cubano es porque están convencidos de lo que defienden aún y cuando la perfección no llegue».
«Imagínate que es una de las profesiones en Cuba que no reciben una adecuada remuneración salarial, sin embargo no somos el recurso humano que se va para un «timbiriche» a vender cualquier cosa porque se gana más. ¿O es que vivimos soñando y no aterrizamos?. No, lo que pasa es que somos creadores, artistas de las palabras y las imágenes, y por sobre todas las cosas amamos la profesión».
El periodismo radiofónico ha sido tu mayor dedicación, ¿piensas que es periodismo muerto?
«El periodismo radiofónico ya no es el mismo de ayer, sobre todo porque aquella actualidad y diálogo espontáneo ha ido desapareciendo y ha perdido fuerza en nuestras transmisiones diarias. Hoy los directivos exigen asegurar «un producto radiofónico enlatado» que les asegure tiempo al aire y calidad en lo que se quiere presentar; sin embargo, está el valor de la noticia que es insustituible, la frescura, la inmediatez. Una cosa conspira contra la otra».
«Y eso de muerto, no es cierto, uno siempre trata de darle vida a lo que dice. Tú sabes bien cómo un producto radial de baja intensidad se lleva a media y a alta, todo está en la creatividad. El periodismo lo matamos nosotros si nos dejamos llevar por la inercia o la pasividad. Pero sucede que cada medio tiene sus encantos y está demostrado que la radio no va a morir aunque los adelantos tecnológicos y algunas mentes tecnócratas se empeñen en eso».
¿Entonces, eres un Chiflado por la radio?
«Chiflado sí soy. Y a no pocos periodistas nos han tildado de locos. Es propio de la premura con que hay que trabajar, es una reacción en cadena que no tiene retroceso. A veces extenderle una grabadora a alguien que no quiere que le publiquen, nos lo catalogan como un acto falto de cordura, y entonces, quién graba su voz? Esperaremos a que él decida que le graben? Es preferible recibir luego el señalamiento y la voluntad de no querer que se les publique, a lamentarnos más tarde porque no obtuvimos la emoción de quien hablaba».
«Imagínate si es de locos esta profesión que yo entrego diariamente dos trabajos periodísticos a mi programación y esos «panes» corren el riesgo de que les falte aceite o tiempo de cocción, pero de que deben llegar a quienes los consuman, es una tarea bastante seria. Eso solo es posible si eres un eterno Chiflado por la Radio».