El SIDA, como se sabe, se adquiere a través del VIH,causante de esta enfermedad, a través de relaciones sexuales sin protección, sea cual sea la preferencia sexual.
Germán, el protagonista, un joven de 18 años, se infecta con el VIH por sus relaciones promiscuas y desprotegidas con mujeres.
El conflicto de Germán está en su subconsciente y es una inclinación homosexual que trata de tapar con una homofobia feroz, irracional. En su pasado, cuando estuvo becado, ocurrió un incidente aparentemente olvidado, que le provoca frecuentes pesadillas que lo atormentan, donde es acosado sexualmente por otro hombre. Violeta, su madre, lo obliga a consultarse con un psicólogo, aunque por otra parte cree que su hijo es víctima de un ‘daño’ que se le debe quitar haciéndose ‘santo’.
Eduardo, un joven artesano matancero, viene a vivir alquilado a la casa. A partir de entonces surge una amistad-atracción, mientras Germán se comporta como un supermacho ante los demás.
El segundo conflicto que atraviesa la novela es el de Violeta, otra versión de sexualidad reprimida. Viuda hace años, dedicada a criar y sobreproteger a ‘Germancito’, se niega a admitir su interés por otro hombre lo que considera pecaminoso.
Tanto Germán como Violeta son dos caras de una misma moneda: sexualidad reprimida, negada. Intolerancia e incomprensión ante la realidad existencial de sus necesidades afectivas, tanto del hijo con la madre como de la madre con el hijo.
La relación homosexual se retrata de forma digna, con el respeto que merece tal preferencia y proclamando en todo momento que es amor, el amor limpio y verdadero que un ser humano es capaz de sentir, no importa por quien.
En la novela se reflejan además temáticas de la realidad cubana actual como la bonanza económica de quienes viven en la marginalidad o los que trabajan por cuenta propia, en contraste con las limitaciones cotidianas de otros que se buscan la vida honradamente. La religiosidad intrínseca del cubano, moda de hacerse ‘santo’. La campaña de protección contra el SIDA y las ITS.
Navegando a la Deriva, canción del dúo Buena Fe, seleccionada como tema para musicalizar por Nancy Cabrera, título asumido por la novela, que no es el original del autor, porque su letra se aviene a la historia contada.
Una producción Radio Arte, con asesoría de L. Lahera y dirección de L. Moreira, es una buena muestra de cómo reflejar la realidad tal como es mediante la ficción sin perder el lenguaje poético y humanismo a pesar de lo escabroso del tema, nos deja al final la alentadora esperanza de que el amor todo lo vence, empeño que siempre logra con éxito la magia de la Radio.