Nombres que rutilan con luz propia se han llegado a su sede en J y 15 en la barriada habanera de El Vedado.
También los noveles tocan nuestras puertas.
El propósito es ser casa de los músicos del país. Falta un buen trecho para lograrlo, pero se avanza en esa dirección.
El libro se escribe cada día, con las páginas que redactan Los trabajadores de esta histórica planta, no importa la función que realicen. Esta es una gran familia; así se vive, así se trabajo, así se triunfa.
No nos envanece lo alcanzado. En la jerga deportiva diríamos que la varilla la situamos bien alto. En este camino nos quedan aún insatisfacciones.
La más importante tiene que ver con el alcance real de nuestras trasmisiones. Como dijera Frank Fernández en su intervención en nuestra revista informativa Mirador de la Habana: mientras se escuche únicamente en La Habana, nunca serán realmente la emisora de la música cubana.