Hacer radio constituye una razón de vida

Radialistas de varias generaciones, con una historia hermosa y abnegada de varias décadas de entrega a la profesión, se reúnen en la Sala Che Guevara con la certeza de que todos somos adictos al trabajo en la radio; porque para nosotros, hacer radio constituye una razón de vida.

Pero, ¿qué significa recibir la condición Maestro de Radialistas?. La radio en Cuba es la historia misma de la nación, nuestros sueños y realidades, nuestras alegrías y tristezas, nuestra identidad, costumbres y cultura.

En la piel de un radialista está todo eso y más: el compromiso con sus oyentes, ser fiel a la historia que contamos, y ante todo, no dejar morir la inmediatez, que es lo que nos distinguió siempre de los demás medios.

La radio es el más antiguo de todos y el más moderno a la vez; porque cuando no pocos pensaron que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación apagarían nuestra voz, los profesionales de la radio en todo el país buscamos mil maneras de hacerla mejor y nos multiplicamos en las diferentes plataformas: ahora, somos imagen, texto, sonido….

Ser radialista es un permanente aprendizaje. Y en estos nuevos tiempos el maestro se vuelve alumno; y el estudiante, también enseña. Esa es la belleza de lo cotidiano, de levantarse cada día con la convicción profunda de que los más jóvenes y los más veteranos aportan desde sus saberes y experiencias a esta obra colosal que es hacer radio para el pueblo de Cuba.

Expresamos nuestra inmensa gratitud a la Radio Cubana por este reconocimiento; pero nuestro estímulo mayor, el permanente, el más gratificante, será siempre el de nuestro pueblo apegado a su radio, el de millones de oyentes en todo el país que confían y siguen creyendo en la programación radial que se hace en Cuba, todavía perfectible y repleta de insatisfacciones, pero con la seguridad de que el mensaje llega a nuestra gente.

A partir de ahora, el reto crece para los profesionales reconocidos en el día de hoy, pero también debe crecer para toda la radio cubana: estamos llamados a hacer una radio cada vez más parecida al país que somos y seremos, una radio que investigue, que opine, que informe, una radio con ética y veracidad, como lo ha sido siempre, en las más complejas circunstancias, donde aprovechemos la experiencia de quienes más años tienen; pero donde también se abran las puertas a los jóvenes, sin prejuicios.

No podemos ver simplemente como una derrota cuando un joven se nos va de la emisora, luego de que lo formamos y le dimos espacio y libertad para crear. Sino todo lo contrario, debemos seguir ofreciendo oportunidades y confianza a esa buena parte de ellos que ha decidido quedarse con nosotros y está dando pruebas de talento y responsabilidad.

Eso es ser Maestro de Radialistas: descubrir todos los días nuevos motivos para encender nuestra pasión por la radio, aprender cada día cómo llegar con más credibilidad al corazón de nuestra audiencia, comprender que aunque el camino recorrido ha sido largo tenemos todavía oportunidades que explorar para inventarnos cada día una nueva radio, dinámica y vital.

Este reconocimiento nos hace crecer y nos convida a seguir entregando nuestras horas y nuestros días a la radio que acompaña, que abraza, que informa, que entretiene, que educa…

Somos afortunados. Cuba cuenta  con un sistema de la radio leal y comprometido con la historia y la realidad de la nación y de su pueblo. Ser Maestro de Radialistas es también un modo de hacer Cuba, de empujar el país, de construir la patria.

Hagamos siempre realidad lo que expresó nuestro querido Fidel, quien se hizo periodista en la radio en el corazón de la Sierra Maestra. En el aniversario 36 de Radio Rebelde, en 1994, dijo el Comandante en Jefe: «Yo creo que no hay nada comparable con la radio en este momento».

Muchas gracias y felicidades para todos los profesionales reconocidos.

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