La eterna fragancia de Violeta Casals

En la década del 50, y gracias a su indetenible trabajo artístico, una muchacha bonita, profunda en sus convicciones patrióticas, se consideraba junto a Marisabel Sáenz y Rosa Felipe, una de las tres mejores artistas del Teatro Cubano.

La vida de la alegre jovencita cambió radicalmente en agosto de 1958.  Perseguida por sus actividades revolucionarias, después de participar en la huelga del 9 de abril, sufrir detención y persecución en La Habana, subió a la Sierra Maestra y las lomas se extasiaron con su grata fragancia.

Su corazón se inclinó por alfabetizar  a los campesinos pobres de aquellos parajes olvidados, pero el Comandante en Jefe Fidel Castro le indicó que su misión era hacer locución en Radio Rebelde. Fue así cómo junto con Ricardo Martínez, Orestes Valera, Guillermo Pérez y Jorge Enrique Mendoza, se convirtió en la voz de la Revolución: «Aquí Radio Rebelde, desde el territorio libre de Cuba!».

En 1959, con el triunfo de la Revolución, aquellos jóvenes intrépidos, cumplida la sagrada misión, podían vivir sus sueños. Violeta,  junto a importantes figuras, fundó el Conjunto Dramático Nacional. Realizaron giras por todo el país. Era la primera vez que los artistas se preocupaban por llevar la cultura a los humildes y otra vez la esencia de Violeta cautivó a su Isla.

Durante años fue directora de Radio Rebelde. Alternó sus presentaciones teatrales con la emisora y la televisión. El 28 de octubre de 1992 la muerte quiso acallar su grito guerrillero; intento infructuoso, porque su voz sonora hoy surca el éter, para regalarnos la eterna fragancia de Violeta Casals.

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