La radio, otra manera de escuchar la vida

Mario es otro de los muchos ancianos que se dejan acompañar por la radio. Cada día son más lo que buscan esta alternativa para el entretenimiento o para enfrentar la soledad. El incremento de las personas de la tercera edad es una certeza. También es cierto que no siempre pensamos en ellos cuando hacemos radio.

La tercera edad, aclara el Dr.C Juan Carlos Albizu Campos, “se define desde el punto de vista económico, es decir, se ve como el final de la actividad económica a partir de los 60 años, por un concepto común donde se considera el retiro económico a partir de esa edad. Esta definición se ha ido moviendo, ya que también ha aumentado la esperanza de vida entre la población.”1

Hoy por hoy esta tendencia demográfica va en aumento y cada vez son más los oyentes como Mario, de los que pertenecen a la tercera edad. ¿Qué hacer, desde la radio, ante este fenómeno?

Visto y demostrado es el hecho de que el mayor por ciento de audiencia que tiene la radio cubana es de ese grupo etario pero, ¿están en verdad intencionados hacia ellos los programas que se transmiten a diario?. ¿Sus intereses como grupo poblacional de alguna manera llega a ser tema de los espacios radiofónicos?. ¿Los programas que le destinamos son en realidad los que quisieran escuchar?. ¿Hemos pensado en ellos como centro de alguna investigación para organizar espacios que los tengan como destinatarios? Quizás usted piense igual, muchas preguntas y pocas respuestas.

Respuestas existen, pero no halagüeñas. La tercera edad no constituye centro de las investigaciones de la radio, nunca se ha hecho una encuesta destinada sólo a este tipo de público, con un matiz cualitativo, donde puedan opinar, sugerir, a partir de la que se pueda conocer qué quisieran, cómo, con qué frecuencia. Tal vez el primer error es que como paso primario no investigamos al público a la hora de hacer un proyecto, y esto de manera general en la programación radial. Partimos del realizador, de los intereses de la emisora en cuestión, pero no del público. Se investiga el público para saber su aceptación luego de.

Es necesario indagar entre los oyentes de manera general, pero específicamente entre los que pertenecen a la tercera edad. Sobre todo porque “las nuevas generaciones de ancianos son más sanas, más sociales y más educadas en comparación con los mayores de antes” 2. Hoy son más los abuelos con grados científicos, con estudios universitarios y de técnicos medios que hace unos años, por eso los programas que elaboremos tienen que enfocarse de otra manera, y pienso que hay que preguntarles porque las fórmulas de antaño, las que cada día repetimos, ya no dan los mismos resultados.

“Todavía, desde los medios cubanos, la visión que se tiene sobre la vejez es parcializada, es asistencial, esa es la imagen que muchas veces transmitimos. La del anciano solo, deprimido, en el sillón, o que hace mandados y dejamos a un lado a ese otro anciano vivo, que se siente todavía útil y muchos de nuestros personajes mayores siguen aportando a la sociedad” 3.

Es tan escasa la atención que le damos a este grupo poblacional que de los 92 programas destinados a la audiencia adulta,-según el corte realizado en diciembre de 2015 por el Departamento Nacional de Programación de la Radio Cubana-, de ellos los que tienen como destinatario a los adultos mayores son sólo 42. En cifras es muy difícil notar las particularidades de cada uno, pero los datos arrojados sobre su función y forma demuestran que 4 tienen una función divulgativa, recreativa 22, de orientación 11, cultural 4, y solo 1 con fin educativo. Sin embargo, a pesar de tener diferentes funciones tienen la misma manera de organizar el programa, con diseños similares, con temáticas muy parecidas, igual forma de locución, la selección musical es semejante y la manera de tratar al oyente es análoga. Pero no sabemos si funcionan.

La tercera edad es también otra manera de ver la vida, en esa etapa muchos logran  sus verdaderos sueños, al alejar de sus espaldas la responsabilidad del hogar, pero estas historias no se escuchan en la radio. Hablo de manera general, quizás en alguna que otra emisora del país el matiz sea diferente. Esas pequeñeces que conforman la realización de un anciano, que pueden contarse porque serán ejemplos para otros, casi nunca se incluyen en la programación. No es hacer solo un programa donde los ancianos sean el centro porque los va a tener como destinatarios, sino verlos como destinatarios de casi toda la programación. En primer lugar porque son mayoría en audiencia, en segundo porque muchos acuden a la radio porque los acompaña y sus hábitos de vida les permite seguir las propuestas sonoros en diversos horarios. Entonces no hacemos casi nada con un solo espacio para ellos, sino con una programación que también los incluya y en ellos piense.

“Lo que me queda por vivir lo haré en sonrisas”…insiste Omara, ahora Mario corea la canción, se anima porque sabe que detrás de este tema también se esconde su presente.

1-Albizu- Campos, Dr.C. Juan Carlos. Entrevista ofrecida a la autora, 15 de marzo de 2016
2- Osorio Fríaz, Teresa. “La tercera edad y la familia”, La Habana, 2003, Edit Félix Varela pág 14
3-Fariñas Acosta,  Lisandra, Periodista del diario “Granma”. Mesa Redonda: “Sociedad y Adulto Mayor” Emisión  3278, 23 de septiembre de 2016 

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