¿Locutores de fama o faena?

Hay quienes se refieren a un novísimo grupo de locutores que han «revolucionado» este oficio, opinión con la que no siempre hay que estar de acuerdo.

Otros, en cambio, atribuyen la poca calidad profesional de incontables locutores en Cuba a la pobreza magisterial en los cursos que se convocan o la insuficiente preparación de algunos directores, entre otros elementos.

¿Cómo se evalúa a un locutor hoy en Cuba? ¿Se forman locutores para la fama o para la faena? Son preguntas que despiertan la polémica. Dos profesionales de este arte, la bayamesa Olguita Sanz León y el habanero Ángel Ferrera López, así reflexionan.

«El locutor tiene que ser un líder natural, no solamente en su comunidad, sino por dondequiera que se mueva. Ese liderazgo natural es muy importante», afirma Sanz León.

«Siempre he considerado que todas las voces son lindas, lo que hay es que saberlas educar. Puede que unas sean más lindas que otras, o que transmitan menos que otras; pero el hecho de decir que no importa tener voz agradable sino saber comunicar, yo no estoy de acuerdo con eso, porque una voz ronca, sin dicción, sin buena articulación, sin buena fluidez; sin personalidad, por mucho que quiera comunicar, no transmite nada, no lleva nada».

«El locutor debe comprender, tolerar, escuchar, armar; el locutor debe entender su sentimiento, expresar su pensamiento. Claro, todo esto con mucha, pero mucha cultura. El locutor tiene que ser un modelo, el locutor tiene que tener conciencia de la palabra, de todo lo que dice, y solo puede haber conciencia si la palabra es el conocimiento de lo que se sabe».

«El locutor tiene que tener personalidad, y muy importante, seguridad en lo que dice. El locutor es el que se consagra en su profesión, al servicio de todo, sin esperar nada; porque su voz se diluye de sí mismo. Locutor es el que se consagra a su profesión, al servicio de todos sin esperar nada».

Para Ferrera López, Premio Nacional de Locución Violeta Casals 2016, la naturalidad es fundamental.

«Tienes que ser tú. Odio los disfraces en todos los aspectos de la vida. También es importante tener una cultura general integral. No es ser un sabio o un erudito, pero si estar informado para transmitir cualquier mensaje».

«Sobrevivir al mundo de hoy impone cambios, variaciones, entendimiento. En el campo de la locución, quienes imparten las materias deben estar atados eternamente a las transformaciones que se suceden a nivel global. Sólo así viviremos los periodistas, los médicos, los jardineros, los peloteros…Nunca se ha dicho que informar, educar y entretener es una tarea fácil, todo lo contrario».

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