Ernesto Escalona Palma: «Si volviera a nacer, sería el chofer de Radio Rebelde»

«Para mi levantarme a esa hora no es ninguna molestia, porque sé que soy importante para los profesionales del medio, y sobretodo para aquellos que esperan escuchar el programa.»

«Es una responsabilidad muy grande la que recae sobre mis hombros, pero lo hago con mucha dedicación y amor. Imagínate, si un día llegan tarde los locutores o los periodistas que hacen el programa… Creo que no me lo perdonaría, porque me siento parte del colectivo.»

«En varias ocasiones se me ha roto el carro a esa hora de la madrugada, pero siempre trato de resolverlo para no llegar tarde. Un día – cuenta- me quedé dormido y tuve que salir casi «en toallas» para el carro y llegar a tiempo. Pero bueno, eso le puede pasar a cualquiera porque uno es humano ¿verdad?»

Desde hace doce años trabaja en la Piquera, lugar donde se estacionan los carros, situada en la calle 21 entre K y L del Vedado en la Habana. Comenzó como custodio en el Instituto Cubano de Radio y Televisión hasta optar por un curso de chofer. «Aunque no me sentía mal como custodio, siempre me gustó manejar. En cuanto tuve la oportunidad la aproveché y aquí estoy.»

Ernestico, como algunos le llaman, ve en Radio Rebelde su segunda casa y jamás ha pensado irse para otro lugar porque «lo mejor que hay es trabajar unidos y que valoren tu desempeño; así lo han hecho la dirección de la emisora y sus trabajadores.»

«Aún cuando soy chofer, mi breve contacto a diario con los realizadores y periodistas de la emisora me ha permitido aprender mucho. Por ejemplo, con cualquiera pudiera discutir que la radio es inmediatez, y que se puede crear imágenes a través de la voz. Ahhh- exclama como atinando al recuerdo- y que el silencio, también comunica en radio. «

En Ernesto descubrimos a un hombre sencillo, humilde y jovial. De su mirada y gestos, emanan la fortaleza de una persona que enaltece y dignifica su labor. Es un gran ejemplo de pasión y consagración al trabajo. «Cada día trato de enseñarle a mis hijos el amor a la radio y su importancia. Quizás hasta uno de ellos salga radialista – sonríe. Pero de algo estoy seguro en mi vida… si volviera a nacer, sería el chofer de Rebelde. «

En la opinión de sus colegas encontramos una manifestación de cariño y admiración sólo comparable con la grandeza de su corazón: «Es muy trabajador y responsable. Representa para nosotros un ejemplo a seguir», afirmó Vladimir Ortega, custodio.

Igual criterio expresa Roberto Viñalet, también chofer: «Ernestico es maravilloso como amigo, padre, trabajador. Te puedo afirmar que los carros del ICRT funcionan porque busca alternativas ante cualquier traba. Les da mantenimiento constante.»

«Es preocupado, puntual y amable. Siempre recoge a todos en la calle», destacó Mirta de la Cruz, una destacada trabajadora de Radio Rebelde, la emisora que como Ernesto, marcha al Ritmo de la Vida.

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