Narrar Guadalajara

Carlos Fundora, aficionado a los deportes del municipio habanero de Playa, se sintió extrañado de escuchar tanta algarabía durante la transmisión radial de uno de los topes del taekwondo en la XVI edición de los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Y… pues sí! Aunque tiene 73 años de edad, sus oídos están bien afinados. El comentarista deportivo de la competencia estaba sentado justo en las gradas, narrando con un teléfono móvil, en vivo, el tope de la medallista olímpica cubana Daynellys Montejo (49 kg).

Así lo confirmó Guillermo Hernández Acevedo, director de la transmisión de la radio para Cuba desde la sede del evento múltiple: “Tratamos de meternos en el público y difundir los combates desde un lateral. Aunque se nos impidió en un momento determinado por parte de las autoridades de la instalación (para protegerlos), siempre llegamos a nuestros atletas una vez finalizado el tope”.

En esta ocasión, las transmisiones en la sede del país azteca costaron cerca de siete mil dólares. Hace ya algún tiempo, a partir de que cada vez se encarecen más las líneas necesarias para difundir en vivo desde cualquier instalación, se han empleado otras alternativas, como el celular.

La radio, quizás algo fuera del reglamento, organizó su sistema para narrar todas las disciplinas debido a las condiciones económicas de la Isla. El hockey sobre césped, el softball y el balonmano fueron algunos de los deportes en los que se experimentó con esta “alternativa móvil de comunicación”. Al no llegar todas las señales al centro de transmisiones, enviaron a los comentaristas con teléfonos.

“En Guadalajara todo se transmitió en vivo. La calidad del sonido no estuvo perfecta, pero hubo inmediatez. No era lo mismo editar y dos horas después publicarlo, como en competencias internacionales anteriores. El equipo de trabajo tenía clara la misión de informar a los oyentes de la mayor cantidad de deportes posibles, y así lo hicimos”, según ratificó Hernández Acevedo.

Sin embargo, la alternativa del móvil como medio también tiene sus contratiempos, más allá de las ventajas económicas o las situaciones contextuales.

Como considera el comentarista deportivo de Radio Rebelde, Luis Izquierdo, “el celular no está fabricado para transmitir. Los comentaristas en este medio tenemos un ritmo muy acelerado y a veces tendemos a alzar la voz. Así se distorsiona la señal y no llega con la calidad requerida. En mi caso no me gusta mucho, tal vez por miedo escénico. Porque tenemos que estar desde las gradas y podemos lo mismo molestar al que está sentado a tu lado que sentirte observado.

“Además, en más de una ocasión, se nos han acercado las autoridades deportivas para exigirnos que nos retiremos porque ellos cobran un derecho que nosotros no pagamos. Incluso, a algunos compañeros le han intentado retirar la credencial”.

Hiper-narraciones-links

El periodismo radiofónico cubano se ha distinguido siempre por respetar al oyente por encima de todos los obstáculos; por mantenerlo informado gracias a la perseverancia y profesionalidad de sus comentaristas, realizadores y equipo de producción en general. Ya sea con una grabadora, una mp4, mp5, mp6… o con un celular desde los rincones más insospechados de una instalación deportiva, tal vez sin la garantía del acceso directo a Internet para poder subir el audio en tiempo real, los radioyentes cubanos y seguidores foráneos de nuestras emisoras han podido disfrutar de las competencias del más reciente evento múltiple.

Según explicó Guillermo Hernández, “tratamos que los narradores cubran, al menos, cuatro o cinco disciplinas. Que sean capaces de narrar para tener una mayor cobertura porque en las transmisiones no solamente se emite para Cuba, sino también para el mundo. Por eso intentamos que cuando salgan del país, ya conozcan los deportes que van a trabajar. Aunque también deben estar preparados para cubrir cualquier otra disciplina en momentos especiales”.

Pero los comentaristas deportivos cubanos no son los únicos que se encargan de varios deportes a la vez. Los relatores de otros países, como también se les conoce, abordan en ocasiones más de una disciplina”, acotó Izquierdo.
Y si de experiencias foráneas se trata, se puede mencionar además cómo las televisoras extranjeras difieren del modelo tradicional del comunicador deportivo en los últimos años. Utilizan un narrador y contratan a especialistas que son, generalmente, estrellas o ex-estrellas que hacen el trabajo de comentaristas.

“Así fue el caso de Brasil en estos Panamericanos -según afirmó Luis Izquierdo-. Yo vi a Oscar Smith, una de las glorias del baloncesto; a Mauricio Lima, de los mejores pasadores del mundo del voleibol y a Caetano Dasilva, un gran corredor de 100 y 200 metros en Guadalajara. El gigante sudamericano llevó tantos comentaristas estrellas del deporte como llevamos nosotros narradores, por ejemplo, solo para la radio”.

El comentarista debe ser un profesional con habilidades comunicativas, versátil y con suficiente preparación cultural para enfrentar cualquier disciplina, sea o no un experimentado, según consideró Hernández Acevedo.

“Deberá prepararse mucho: conocer la trayectoria durante el año de un atleta, lo que se hace en la sede del evento, cuál es su primer renglón económico, etc. Además, tiene que contar con buena dicción y conocimientos de la narración porque ningún deporte se parece a otro”.

Por su parte, Luis Izquierdo insiste en que el narrador deportivo debe tener bien clara la necesidad de una buena preparación. “Tiene que ser observador de la mayor cantidad de cosas que ocurran fuera y dentro de determinado escenario. Y por encima de todo, saber escuchar, porque así enriquece el trabajo, fundamentalmente a partir de los comentarios de técnicos y deportistas.

“También deberá enriquecer su léxico de manera continua, sin abusar de palabras rebuscadas para que los oyentes puedan también comprender y a la vez enriquecerse de los términos deportivos. Eso se logra con profesionalismo y sencillez”.

Tanto en la radio como en la televisión existen comentaristas que son más reconocidos o preferidos por sus características o por sus dicharachos, opinan algunos aficionados al deporte lo mismo en la peña del Parque Central en pleno corazón capitalino. A consideración de Hernández Acevedo, “el comentarista debe llevarle al oyente lo que le interesa. Tiene que describirlo todo. Al menos yo lo veo así.

“La radio tiene que llevarle al receptor todo lo que pasa en la instalación: si es un juego de pelota, el conteo, el rolling, dónde fue el batazo, los números en la pizarra y cualquier otro dato”.

Mientras tanto, Izquierdo reflexionó sobre el tema y comparó al narrador deportivo con los actores. “Con los años me convencí de que es como un artista de las artes escénicas. Tiene que buscarle la psicología del deporte e interpretar el papel. Todos los deportes, más o menos, te dan la posibilidad de buscarle la justificación, y de defenderlo cuando toca hacerlo.

Sería imposible terminar una conversación con un comentarista deportivo sin preguntarle por las debilidades y fortalezas del team cubano en Guadalajara, por ser la más reciente experiencia. Guillermo Hernández Acevedo comparte el criterio de que, de manera general, a la delegación cubana cada año que pasa le cuesta más trabajo mantener el segundo lugar histórico en los Panamericanos.

“Tres días antes de terminar los juegos aún teníamos a Brasil por encima en el medallero. Aunque previmos esta situación con anterioridad, a partir del análisis de lo alcanzado por deportes en el año y la organización del evento en general. La presencia de los técnicos cubanos en otros países hermanos como gesto de solidaridad, obviamente, comienza a notarse. Los resultados de los deportistas de esas naciones, de una u otra forma, han crecido y no sólo por la buena preparación que reciben, sino también por las condiciones técnicas y de otra índole que poseen los atletas”.

Sobre el nivel de profesionalización de los comentaristas deportivos de la radio, contó la siguiente experiencia: “El profesional cubano tienen un gran nivel internacional. Por ejemplo, la televisora brasilera llegaba con el doble de narradores que nosotros a Guadalajara porque cada persona atendía un sólo deporte. Y es increíble cómo se acercaban y nos reconocían el trabajo. Los comentaristas deportivos cubanos somos verdaderos comunicadores llenos de ímpetu y compromiso, sobre todo con los oyentes, y eso es lo que ha quedado demostrado una vez más”.

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