Santiago de Cuba, amanecer de historia y victoria

Desde balcones, edificios, corredores y ventanas cuelgan las banderas cubana y del 26 de Julio, algo tradicional en Santiago de Cuba, cuando se acerca la efeméride que recuerda el ataque a la otrora fortaleza militar de la dictadura por la Generación del Centenario.

La ciudad viste hoy sus mejores galas gracias al denodado esfuerzo del pueblo, con la solidaridad de muchos de dentro y fuera del país, para cambiar la imagen de devastación dejada por el huracán Sandy.

Quien caminó por sus arterias con las primeras luces del 25 de octubre del 2012 valora hoy la grandeza de los santiagueros y santiagueras, bajo la guía de sus máximas autoridades.

Basta transitar por las cuatro supermanzanas del Área Monumental 26 de Julio y apreciar su reluciente Avenida de los Libertadores, la nueva Galería Arte Soy, las casas de madera restauradas cercanas al antiguo cuartel o el Complejo Histórico Abel Santamaría, con una vista renovada.

Bastaron nueve meses para borrar buena parte de la imagen de destrucción y dar paso a avenidas alumbradas o de instituciones recuperadas como el Teatro Heredia, en cuyo
exterior tiene un relieve escultórico del Comandante de la Revolución Juan Almeida, con la frase: Aquí no se rinde nadie.

Y qué decir de las unidades gastronómicas y de servicios, ahora mucho más atractivas, o la Plaza de Marte y el Parque Céspedes que con su reanimación llenan de nuevo bancos y glorietas, a pesar de la escasa vegetación que quedó en pie.

!Es Santiago de Cuba! !No os asombréis de nada\», expresó en sus versos Manuel Navarro Luna, uno de los tantos poetas que encontró inspiración en esta tierra de historia, de música, tradiciones y de gente alegre y laboriosa.

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