Las instituciones de la comunicación, los medios y en particular la radio deben adquirir un estilo de habilidades asertivas que le permitan encarar y vencer los obstáculos de la incomunicación.
Dichas premisas se logran si el hombre o la mujer de la radio son asertivos. Estamos apelando a un lenguaje directo, honesto y expresivo. No se puede comunicar seguridad a otros sin sentirse seguros de sí mismos, auto respetarse y hacer sentir valiosos a los demás.
Cuando la persona asertiva es confrontada con una situación intolerable, es capaz de plantear el problema, que origina las conductas indeseables; expresar sus sentimientos con honesti¬dad y valentía, comprender la posición del otro; ofrecer alternativas y conocer las posibles consecuencias. Ese es el periodismo que necesitamos y el cual se nos está pidiendo que hagamos, dentro de los cambios que se producen en Cuba para fortalecer el socialismo.
La actividad radial integrada por componentes verba¬les no es el caso de la TV donde entran a jugar los elementos de la comunicación no verbales. En el medio radiofónico el elemento cognitivo, es efectivo a través de la voz porque está llamada a expresar sinceridad. Una voz firme, suele incrementar el efecto del mensaje, inflexiones apropiadas, contribuyen a un mensaje asertivo. Un tono de voz seguro, modulado ni alto ni bajo, será convincen¬te.
Cuando en los contenidos que trasmitimos por las emisoras se aprecia muchas disculpas, frecuentes justificaciones, prejuicios, pretextos y voces temerosas y vacilantes, el estado de ánimo que se queda en el perceptor es de dudas. La verdadera radio trasmite confianza y triunfo ante las dificultades.
En oportunidades escuchamos a locutores y periodistas con estilo agresivo y desafiante, con un cariz de hostilidad, competencia, y de violación de los derechos ajenos más que de cooperación, propio del estilo asertivo. Esos sentimientos de superioridad no caben en el medio radial.
El verdadero comunicador no debe ganar humillando, degradando, dominando y despreciando a otros. Esta conducta expresa los siguientes mensajes: “lo que tú quieres no es importante”; “solo importa lo que yo siento”; “yo soy superior, tú eres nadie”. El comunicador en la radio necesita ser asertivo porque lo ayudará, entre otras cuestiones a: ganar mayor seguridad en si mismo, darse cuenta con más facilidad cuándo no se está comunicando bien y cómo mejorar.
El comunicador siempre manifestará conductas asertivas, porque tiene derecho a juzgar su propio comportamiento, el pensamiento y las emociones, y a tomar la responsabilidad de su iniciación y de sus consecuencias, pero no debe olvidar que del lado de allá, en un aparato que se llama radio existe una persona con las mismas cualidades que merece respeto por que el también tiene sus prerrogativas a no dar razones o excusas o a decirte “No lo entiendo.” “No me importa.”
La radio y los que la hacemos estamos llamados a procurar el bienestar de quien nos escucha, disfrutar lo que hacen bien, aceptarte como eres, sentirte un individuo con valor, gozar tus logros y comprenderte sin justificar falsamente errores; es indispensable para obtener satisfacción y al propio tiempo trasmitir esos valores de seguridad y libertad a quien percibe el mensaje.
Una audiencia triunfadora se logra cuando pensamos acertadamente y trasmitimos siempre la verdad al radioescucha. El oyente es el mercado, el cliente que siempre tiene derecho a pedir y escoger los programas que desea. Un programa de calidad tiene que ver con la calidad de vida de sus realizadores.