La calidad de un programa de radio

 
Un primer aspecto a tener en cuenta nos indica la correspondencia que debe existir entre la ficha técnica del programa y el programa que se está valorando. Esta consideración es desde todo punto de vista esencial pues de no ocurrir esa correspondencia sobreviene un desbalance que puede conducir al caos de la propuesta radiofónica.
 
En otro sentido se debe contemplar el cumplimiento de la Política de Programación vigente, incluyendo, por supuesto, la política musical.
 
A lo anterior debemos agregar el cuidado por una selección temática, por su interés como tema central y la forma de abordarlo.
 
Hay que ser muy cuidadoso al valorar la dirección del programa, su asesoría, la locución, la conducción y la realización del guión o libreto.
 
En un programa de Radio que se esté evaluando es imprescindible observar detenidamente el empleo de recursos del lenguaje radial. La ausencia innecesaria de ellos conspira evidentemente en la calidad como resultado final.
 
También un programa que lo requiera debe vincularse  con el entorno de la emisora, a veces más rural que citadino. A lo que habría que agregar el oyente, sus intereses como destinatario final.
 
Aspectos decisivos a tener en cuenta se centran en el balance temático, formal, en la llamada curva de interés, comienzo, centro y final.
 
Una propuesta radiofónica pasa por la inevitable nitidez del mensaje, por su sonido, por sus posibles fallas técnicas que pueden caotizar lo que se está ofreciendo a los oyentes de ese espacio.
 
Otro asunto que no se puede dejar ausente en un análisis al valorar la calidad de una programa radial está focalizado en la correspondencia del programa y mensajes con el horario que tiene el propio programa al aire.
 
Un detalle que no puede obviarse en el análisis de cualquier programa que se esté sometiendo a una valoración es el de su intencionalidad. Yo diría que es clave ese renglón  en la propuesta  global del programa.
 
Siempre se debe considerar la dramaturgia del programa, es decir, puntualizando debidamente su estructura.
 
 
Al  valorar un programa  es un error  dejar a un lado lo que se conoce como balance de género.
 
Otros detalles importantísimos al considerar la calidad de la que venimos hablando se refieren a la creatividad, identidad y originalidad, presencia del talento artístico y científico.
 
También se debe apreciar la investigación realizada para conformar el cuerpo completo de la propuesta radiofónica de que se trate.
 
Y claro, en los casos los programas dramatizados, informativos, de propaganda y musicales se requiere tener en cuenta aspectos específicos que determinan la calidad del programa.
 
Es indudable que con el correr de los años la calidad de los programas de la Radio Cubana ha ido aumentando  para bien de los millones de oyentes y los que se pueden agregar  fuera de frontera y que ahora nos captan por Internet.
 
Directores, guionistas, asesores, locutores, artistas y personal de cualquier especialidad que intervienen en un programa de Radio deben tener presente que un programa es algo bien estudiado, una propuesta que nunca debe dejarse a la improvisación.
 
Calidad es un indicador de los que saben hacer la buena Radio. En nuestro país sobran los ejemplos de excelentes programas que siguen marcando el ascenso de este medio tan popular que ya se encamina hacia su cumpleaños 89.
 
Los buenos indicadores para conseguir programas exitosos  están al alcance de todos los que llevan la radio arraigada en su profesionalismo diario y sostenido.

Autor