Un equipo reducido de profesionales se encarga de elaborar el proyecto en la emisora Radio Progreso, desde el inicio se concibió eliminar los espacios como estilo tradicional y diseñar una programación abierta, sin esquema, donde la estructura solo correspondiera a los segmentos horarios clásicos y no solo estar dispuestos a transmitir las noticia seleccionadas de los teletipos, fuentes nacionales y extrajeras de esa época. Estaba previsto un móvil para localizar aquellas incidencias de interés nacional y además utilizarlo en la relación oyente/programa, pulsando el palpitar del público con opiniones y sugerencias, incluida la crítica.
Después de aprobado el proyecto se desarrollo un proceso con todos los colectivos consistente en la explicación de la modificación y la necesidad de darle una dinámica diferente la emisora así como el rol a jugar en este proyecto por periodistas, locutores, directores de programas y operadores. No todo fue coser y cantar pues algunas personas no se conforman con las decisiones tomadas, pues aquí se modificaba la ocupación y algunos perdían el sentido de pertenencia a una programación realizada por años.
Ya una vez puesto el proyecto en práctica, 26 de marzo de 1984, con 24 horas de transmisión en vivo se debía ser coherente con el ritmo no solo por las voces de sus locutores, componente básico, pero la sonoridad debía ser otro elemento atractiva y de impacto donde el oyente se diera cuenta inmediatamente que había sintonizado algo nuevo, diferente. Por otra parte los contenidos debían estar comprometidos con una forma directa, lenguaje sencillo, sin retóricas innecesarias, economías de palabras para la información. La redacción de información solo debía usar 4 líneas y cuando se ampliaba utilizar 8. Para algunos fue difícil adaptarse a esa forma de redacción pero al final se progreso en ello.
La programación era muy participativa no solo con los oyentes sino con sus realizadores y para todas las semanas los directores asistían a una reunión para discutir y aprobar los proyectos puntuales, fundamentalmente concebidos para transmitirse en la noche y algunos fueron trascendiendo como espacios fijos.
Haciendo Radio marcó un sello movilizador en la programación, su impronta no solo queda en la propia emisora pues este estilo fue incorporado en otras emisoras. Se empieza a utilizar las fuentes desde el lugar de trabajo con un diseño de ubicuidad muy creíble. Se realiza una arquitectura estructural de salas de teletipos, satélite, redacción deportiva, redacción nacional e internacional con una coordinación entre ellas para no repetir y si ampliar como era el caso de teletipo y satélite que se complementaban, pues desde los teletipos se informaba lo ultimo obtenido de las diferentes agencias desde el satélite “televisando” con la palabra, como se acredito en muy poco tiempo, trataba de hacerle imaginar el escenario de la noticia.
Radio Rebelde dio inicio nacionalmente a un quehacer radial no obstante considerado por algunos como algo no nuevo, pero por lo menos retomaba la dinámica de la radio cubana. La sonoridad logró movilizar la audiencia hacia sus contenidos de forma fresca y agradable. Radio Rebelde logra establecer un sello muy rápido en el tiempo y reconózcase o no, ese estilo se traslada a otras emisoras de disímiles maneras.
Mencionar las personas que tuvieron la responsabilidad de este proyecto es un compromiso pues se pueden omitir algunos aunque es justo mencionar a Juan Hernández Director de la emisora en ese momento y al uruguayo Jorge Ibarra Sabaleta, ambos aportaron un gran rol en este proyecto, recordado por sus integrantes como algo agradecido por los oyentes quienes lo hicieron suyo.
El equipo de creación dio muestra de profesionalidad y apego al medio y entre todos se encontró una forma ágil, atractiva y desenfadada de hacer. El público dio respuesta avalando el proyecto por resultarle necesario y de compañía, el
tiempo-radio cambio radicalmente con su antecesor estilo. Unos encontraron la interpretación más rápida que otros pero se buscaba la ocupación dentro del proyecto como más útil resultara.
Cuando se encara un proyecto no puede ser de manera espontánea y este no lo fue. Hoy algunos de los actuales miembros no tiene claro como fue el inicio pero lo importante no es detenerse en ese detalle, lo importante es recordar cómo una tarea de esta envergadura no rebasó los tres meses de estudio y puesto en práctica, pero se tuvo en cuenta, en lo primordial, los aspectos fundamentales que lo proyectaron al éxito.
Quizás esto que fue una necesidad hoy puede devenir en una acción renovadora; pues si los tiempos cambian y los públicos son otros, los medios y en particular la radio debe proponerse revitalizar los productos radiofónicos y atemperarlos a los avances tecnológicos y sociales que se producen en la sociedad.
Ya han transcurrido 26 años de esa fecha y el sedimento de esa idea aun está presente lógicamente con modificaciones, los tiempos no pasan por gusto y el entorno y sus generaciones crecen, el mundo impone situaciones diferentes e incluso los recursos económicos regulan en los medios la creatividad imponiéndoles reto superiores pero como siempre, los colectivos han encontrado la adaptación, la puesta a tono con los tiempos. Y ese eslogan de origen: AQUÍ RADIO REBELDE de la sierra y el actual AL RITMO DE LA VIDA es una continuidad de compromiso, compañía y reflejo de la obra de la revolución.