Alberto Pardo, símbolo de la locución avileña

La entrega transcurrió en una ceremonia sencilla donde Pardo Companioni dio gracias a la Revolución, sin la cual no hubiese sido posible su formación, y reconoció como imperecedero el legado de Fidel Castro. Además, entregó a Alfonso Noya Martínez, presidente del ICRT, una foto del joven locutor avileño Jorge Luis Nieto García, cuyo ejemplo inspiró la celebración en Cuba del Día del Locutor el 1 de diciembre. Su deseo es que la instantánea se incluya como memoria histórica en los archivos de esta institución.

Las historias de su niñez en una finca cercana a la ciudad cabecera, el cariño de sus colegas que crecieron escuchando su voz a través del éter, su experiencia como locutor en los actos políticos de primer nivel y la técnica depurada que convirtió en práctica constante fueron otras de las anécdotas compartidas en la cita.

Pudiera pensarse que después de 40 años poniendo entrega y corazón detrás del micrófono el mejor galardón es el aplauso y el cariño del público, y aunque así lo es en parte, también es alegría este reconocimiento nacional y que su obra sirva de impulso y ejemplo para las nuevas generaciones.

Su hoja de vida en la radio acumula desde la distinción Hijo Ilustre de Ciego de Ávila y la réplica del machete de Simón Reyes hasta el Micrófono de la Radio Cubana, por lo que este nuevo premio alegra a quienes de cerca siguieron su carrera y completa sus lauros.

A estas alturas está claro que su nombre y su voz perdurarán en lo más ilustre de la locución avileño. Escucharlo, verlo y sentirlo tan lúcido y jovial es un privilegio que hoy se celebra por partida doble.

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