Desde la Radio ¡Hasta siempre, Farah!

En ella recordamos a una artista que emprendió su carrera ascendente con esfuerzo y mérito, primero como modelo del hotel Capri y poco después como la voz femenina del Cuarteto de Meme Solís”. Cuando dicha agrupación se desintegró, ella junto a otros dos de sus integrantes formó el trío vocal “Héctor, Farah y Miguel” con quienes siguió marcando pautas dentro de la canción romántica cubana e internacional. 

A partir de 1969 Farah María emprendió su carrera como solista. Desde entonces ha devenido en estrella inigualable como vedette, a la par que demostró cualidades excepcionales en los escenarios.

Mujer extremadamente bella y sensual, sedujo las miradas de miles de admiradores que vieron en ella a la típica cubana esbelta y simpática, capaz de desarrollar un movimiento escénico pleno de elegancia. Su modo de moverse sobre el escenario, con gracia y suavidad, le valieron el sobrenombre de “La Gacela de Cuba”. 

En su voz y estilo reactualizó muchas piezas de antaño, en particular el Chachachá, muchos de cuyos éxitos asumió de modo renovador. La recordamos única, como fue, en piezas tan paradigmáticas como “El túnel”, “El tiburón” y “El alardoso” acompañada por la Orquesta Enrique Jorrín. Fue una intérprete excepcional del cancionero de Juan Almeida, al llevar a los primeros sitios de la popularidad títulos como “Con juventud y experiencia”. Muchos otros de entre nuestros grandes compositores engrosaron su repertorio, y todo lo hizo con un encanto sin igual. Una vocalista que no puso fronteras y cantó temas del cancionero latinoamericano. 

Para todos los que la escuchamos por la radio y la vimos en la televisión y recitales públicos, nos quedará su grato recuerdo. 

En el caso de quien redacta estos párrafos hubo una experiencia inolvidable. Una noche de los años 80 visitó Cienfuegos y cantó en una plataforma emplazada frente al Parque Martí. Aquella vez fue acompañada por una orquesta local, la Típica Festival. Presencié su actuación y al final cumplí el propósito de entrevistarla para la “Revista A Esta Hora” de Radio Ciudad del Mar, que entonces dirigía. Me sentí impresionado cuando me le acerqué, pero de pronto experimenté una confianza indescriptible. Me habló como si hubiésemos sido viejos amigos. Farah hablaba en voz baja y demostraba modestia extrema. A la vuelta de cuatro décadas se me hace difícil explicar cuánta sencillez y dulzura en una figura como era ya entonces. 

Pasó algún tiempo y Farah María regresó a la Perla del Sur. Vino acompañada de su abuelita y su señora madre, hasta recuerdo que se les hizo un reportaje para el periódico “Cinco de Septiembre”. Durante esa estancia acá una de sus acompañantes enfermó y fue atendida acá. Al enterarme llamé al hotel Jagua donde se hospedaban para interesarme por la evolución. Farah atendió al teléfono y la sorpresa fue que reconoció mi voz. Es algo que no esperaba. Oí de ella expresiones de amistad que a la vuelta del tiempo llevo conmigo. 

En Radio Ciudad del Mar, como en todas las radioemisoras de Cuba, los éxitos musicales de Farah María acaparaban el gusto de la radioaudiencia. Al paso del tiempo supe que la salud la apartó del quehacer artístico, mas no por ello fue apartada ni un milímetro sentimental de los corazones de su público. Ella nos entregó su arte exquisito y representó a la música cubana en naciones de América Latina, Europa y Asia. Fue la embajadora de lo exquisito y símbolo de la belleza artística, física y espiritual de las cubanas. 

Comienza el año 2021. Es triste evocarla cuando ya no está físicamente entre nosotros. En su largo viaje a la eternidad la recordaremos siempre, parafraseando una de sus más conocidas interpretaciones. 

Farah María es y será un icono entre las mejores intérpretes cubanas a quien seguiremos admirando a través de sus grabaciones.  No dijo adiós, permanece única y plenamente inolvidable. 

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