Leopoldo Ulloa, cronista del amor

El bolero es pan diario en la Radio Cubana. Nuestras radioemisoras lo difunden en sus espacios habituales; muchas otras cuentan con programas especiales, como en CMHW “La Reina del Centro”, que desde hace muchos años tiene uno que escribe mi colega y amigo Machado González. Escuchar “Boleros” de la W es para darse gusto con lo mejor que de este género se ha compuesto en Cuba, el Caribe y América Latina.

El bolero, ese que conocemos por su aire romántico, sentimental y lleno de intimidad es cubano de origen. Sus notas y sus letras se ponen de acuerdo cada vez para cantarle al amor y a las penas que a veces provoca; a las rupturas y despechos; en fin, a todo lo que en torno a ese sentimiento universal se agita en las almas de los seres humanos.

Este género tiene también sus cronistas, uno de ellos por excelencia fue Leopoldo Pérez Ulloa, intérprete y compositor nacido en La Habana en 1931 quien llenó el cancionero cubano de melodías con historias de esas que se cantan y cuentan al oído de la persona amada sobre todo en noches de serenata. Temas que el autor extrajo de su vida desde los años en que la pasión juvenil empieza a idealizar seres que un día pasan – sin más ni más – para dejar huellas en el corazón  que Leopoldo supo estampar en el pentagrama.

Leopoldo Ulloa, como se hizo llamar en el ámbito de la música, compuso muchas piezas bolerísticas, y lo hizo con excelencia. Muchas de ellas las sazonó con elementos de otros géneros musicales, como tangos, sones y morunos, este último que nos hace recordar el sello árabe implícito en la cultura hispana.

Muchos intérpretes cubanos llevaron cantaron sus creaciones, quien a partir de 1958 ascendió a la popularidad cuando La Sonora Matancera con la voz de Celio González grabara En el balcón aquel, pieza en que el autor cuenta la historia de un primer encuentro de amor. Después vino la versión de José Tejedor, quien tanta emoción puso al interpretarlo, que gracias a él quedó perpetuado en la memoria colectiva.

Grandes intérpretes cubanos engrosaron su repertorio con esta composición, entre ellos el dúo de Clara y Mario, Lino Borges, María Elena Pena, Roberto Sánchez y Néstor del Castillo.

En los años sesenta las composiciones de Leopoldo Ulloa reinaron en tocadiscos, radioemisoras, cabarets y escenarios públicos. Otros títulos como Pasión sin freno, Moriré de amor, Tú me hiciste creer, Mi súplica, Me equivoqué, Por unos ojos morunos y Regálame un recuerdo son suficientes para reconocer las virtudes autorales de este virtuoso habanero quien dejó de existir hace dos décadas, el 6 de enero del 2003.

Leopoldo Ulloa brilla entre los autores cubanos de boleros.  Conocido el género como La Crónica del Amor, sabemos este compositor fue uno de sus más genuinos y elegantes cronistas.

Autor

  • Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz

    Tomás Alfonso Cadalzo Ruiz (Cienfuegos, 1951). Miembro de la UPEC y de la UNEAC. Periodista, escritor y director de programas de Radio. Autor de varios libros en México y en Cuba, entre ellos, "La Radio, utopía de lo posible". Colaborador del Portal de la Radio Cubana desde su salida al aire. Escribe además para espacios de Radio Progreso, Radio Ciudad del Mar y el periódico "5 de Septiembre".