Sin embargo, en verdad se han expandido mucho más, mediante medios de difusión masiva como la Internet (básicamente, el YouTube) y la televisión, como este referido en el Canal Caribe.
Ya para entonces, y desde julio de 2019 tras el IX Congreso de la Uneac, esta Asociación está presidida por la cineasta Lourdes de los Santos, y estos debates, que siempre han sido conciliados desde la dirección de la misma Asociación (presidida entonces por la locutora Rosalía Arnaez) y sobre todo en los contextos actuales de la covid19, y dada la trascendencia que han alcanzado, ya se conciben directamente en el propio seno de la presidencia de la Asociación, que es la que ha ideado, coordinado y dirigido su trasmisión mediática.
Es lo menos que podía esperarse al encaminarnos hacia los 60 años de la Uneac, lejos de que se dejara perder tan retro-alimentaria acción.
En esta ocasión, la polémica asumió como tema “Retos contemporáneos de la radio cubana”, lo cual, a su vez, es probablemente, la mejor forma de conmemorar el centenario de la radio en nuestro país (como fue explícito por su conductor y profesor Bruno Suárez Romero, director de radio y Vicepresidente de nuestra Asociación y a quien se le agradece su esencial colaboración para estas líneas) que podremos conmemorar quizás en mejores condiciones, en agosto de 2022.
Secundando a Suárez Romero, se contó con el actor, musicalizador y guionista Iván Pérez, Premio Nacional de Radio 2011; y Enrique Írsula, director de radio, guionista y actor.
Como si fuera poco, hubo además tres cápsulas de intervenciones especiales, que llenaron con creces la asesora, guionista y profesora Orieta Cordeiro, Premio Nacional de Radio 2019; Reinaldo Cedeño, periodista cultural y radialista de Santiago de Cuba, y Jairo Pacheco, locutor y realizador radial de Sancti Spiritus.
Con estos panelistas, se logra una relativa dispersión geográfica en función de la diversidad de todo tipo que desde la Uneac y en particular, desde estos eventos, nos hemos propuesto sistematizar, en función de otorgar la mayor visibilidad a la cultura que promovemos, afanándonos porque esta sea lo más semejante posible a todo nuestro pueblo y por tanto, a sus inquietudes y necesidades a satisfacer.
En el análisis, fueron examinados los espacios dramatizados de la radio y su actual impacto en los públicos, a pesar de la competencia de la pantalla visual.
También fueron evaluados aquellos elementos de la realización radial con un enfoque histórico y con visión de futuro.
Quedó muy claro que en la actualidad hay que pensar una radio para internet, y ejercer la realización de podcast.
Se fundamentó ampliamente la importancia de conservar la programación dramatizada de la radio, especialmente los programas históricos por sus valores educativos que trasmiten; y se hizo un paneo de cómo la revolución había modificado la programación radial, colocando en antena más programas históricos y más espacios infantiles, algo que no era de interés para la radio comercialista que en Cuba primó antes del año 1959.
Se enfatizó en la importancia de la radio como medio de comunicación de gran alcance, que tanto ha protagonizado en los momentos más difíciles a veces casi como única opción, y se expresó que, a pesar del impacto de la radio, y de todo lo que es menester reconocerle, ya hace varios años que no se venden radio-receptores, lo cual lejos de favorecer escucharla, limita en demasía el alcance con que tradicionalmente ha contado este medio, y, por tanto, su papel educativo y movilizador, y los resultados esperados.
Se habló de la importancia de los estudios de audiencia para explorar nuevos segmentos de público, y de buscar especialmente el interés de los jóvenes, sobre todo ante tantas competencias mediáticas del mundo actual con las tecnologías, a complementarse, insertarse y crecerse, de lo que ya hay felices vivencias.
Se evidenció la preocupación de que los jóvenes se sientan atraídos por la radio, lo cual debe formar parte de una estrategia institucional.
Ya entre las conclusiones, se enfatizó que la crítica debería fijarse más en la radio y hacer un ejercicio coherente hacia las artes radiofónicas; todo lo cual debieran ser hechos más que sueños, para cuando la radio comience a transitar hacia su segunda centuria, en agosto del año 2022.