Radio Arimao: Un día para no olvidar

Si hasta me dan deseos de llorar porque quisiera que sus padres Luisa y Miguel, su hermano querido y mi adorada madre hubieran estado allí en la inauguración para que vieran qué lejos han llegado sus retoños, nacidos en un campo que solo tuvo vida después de aquel enero perdurable en el tiempo.

Yo me detenía entonces ante el enorme Radio, único objeto de lujo que adornaba mi bohío, y por más que preguntaba a mi madre donde estaban aquellas voces no podía entender la magia que las trasladaba desde tan lejos a mis oídos.

Entonces se me hicieron familiares los nombres de Machín de la Peña, Víctor Manuel Menéndez, López Navarro, Franklin Reinoso, Nelson Morán Gómez, Aramís González, Sady Flor, Fabio Bosh, Ventura Román, Nelo Evora Valdés… cuyas manos pude estrechar al paso de los años como se abraza a su ídolo el más plebeyo de los fans.

Ahora, este 27 de octubre del 2017, mientras pretendo entrar todavía sin aclarar a mi emisora Radio Arimao, una voz femenina juvenil me detiene imperativa. ¿Y usted que desea?

Me salva de explicar otra voz más fuerte de un colega. –Él es periodista y precisamente de Manicaragua. – “Bravo me pudiera poner si no exigieras disciplina”, le digo sonriendo ante su apenada disculpa.

Nunca sentí menos tensión al ser entrevistado, estaba en mi hogar nuevo. Dos veces me hicieron entrar a la cabina y hasta una décima le solté al micrófono. Hablé de mi infancia y del sueño realizado y no sufrí las lágrimas de la joven y bella locutora porque me dijo que lloraba emocionada.



En el epílogo de la jornada inolvidable, como para probar que quizás sea el corazón el único órgano que mantiene la vitalidad de la niñez, el primer secretario del Partido en Villa Clara Julio Ramiro Lima Corzo me suelta al pecho mientras me toma por la mano –ven, corta la cinta tu, primer periodista de esta tierra.

Cumplí su encomienda aunque muchos de los presentes en el acto tenían más méritos para hacerlo. Yo solo amo la radio, amo a Manicaragua y sobre todo amo mi gente. Y lo que más quisiera, es ser uno de esos jóvenes que comienzan ahora a labrar el camino de la vida, tan breve y tan intensa, para soltar las riendas a mis sueños eternos. Y seguir sirviendo.

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