Entre discursos pagados y nidos de subversión

Son medios predadores, herederos del odio del capitalismo hacia la especie humana, fieles a su paradigma de divinidad, ese santo dinero que engrasa su discurso subversivo, así traen día a día la dosis de falsedad noticiosa desde un discurso agresivo, turbio, manipulador, al cual se le añade una pisca de posverdad apocalíptica.

Como prediciendo la llegada del anticristo, viven pendientes de cualquier hombre o mujer que pronuncie la palabra socialismo, progresismo, programas sociales, en fin, cualquiera que hable de modelo propio de desarrollo fuera de los marcos del capitalismo, sobre todo del imperialismo estadounidense, su hogar y templo.

Lo curioso sobre estos medios, es que se venden en dos sentidos, primero al servicio de los más acaudalados y luego como defensores de los más humildes, en su caso particular, el pueblo de Cuba. Son verdugos y sacerdotes al mismo tiempo e inquisidores modernos del Imperio, así como también predican la palabra divina del señor dinero.

No hay que ser un genio para entender que cuando un medio recibe dinero de gobiernos extranjeros, agencias de inteligencia, supuestas organizaciones no gubernamentales, este se convierte en un trabajador más de esas empresas, por tanto, debe de trabajar de acorde a los intereses de quien le paga o financia. ¿Cómo es que entonces pretende representar los intereses del pueblo?  ¿Cómo el pueblo puede pensar que estos medios representan sus intereses?

Ahora, hay una cosa que si es verdad, estos medios si necesitan del pueblo, de la gente humilde y trabajadora, del ciudadano de a pie que enfrenta desde la cotidianidad las penurias que causa el bloqueo impuesto por los mismos que les dan la paga a fin de mes.

La gente común tiene que darse cuenta que si no existiera el bloqueo, si los cubanos pudieran disfrutar de lo que cualquier persona disfruta en cualquier parte del mundo, si tuvieran las necesidades básicas cubiertas, estos medios parásitos desaparecerían.

La realidad, es que estos son una extensión del origen de todos los problemas sociales que sufren los cubanos. Pero no solo es eso, sino que los mismos dependen en primera instancia de la propia desgracia de las personas, desgracia que alimenta su bolsillo, su estómago y su creatividad discursiva

¿De qué medios estamos hablando?

En mi opinión, los nombres en si no son tan relevantes como el conocimiento de que detrás de su logotipo, que bien pudieran ser máscaras, se esconden nidos de subversión. Pero específicamente y solo por mencionar algunos de ellos se encuentran ADN/Cuba, CiberCuba, Cuba Cute, El Estornudo.

Tomando a ADN/Cuba como ejemplo y relacionando los eventos acontecidos en Cuba con las famosas protestas frente al Ministerio de Cultura el 27 de enero de 2021, Nelson Julio Álvarez Mairata reportero de ADN Cuba reconoció públicamente haber recibido entre 150 y 200 dólares para que cubriera la protesta desarrollada frente al propio ministerio.

Según el sitio Cuba Money Projet, ADN Cuba que es administrado desde los Estados Unidos recibió la suma de 410 710 dólares el pasado año mediante la USAID. Dichos fondos son administrados por la Oficina de Asuntos Cubanos en la USAID, dirigida por Rebecca Demar, quien garantiza que a Gelet Fragela, Directora de ADN, y a Yaima Pardo la Red, Directora de Multimedia, les lleguen las considerables sumas de dinero y luego la repartan entre sus reporteros y colaboradores. (Tomado de CubaDebate)

Así operan estos medios desde las sombras, se reparten el pastel a lo lindo, les dejan caer las migajas a sus colaboradores, aunque si se mira la imagen desde otra perspectiva, todos son pirañas hambrientas que son capaces de inventar cualquier falacia con tal de recibir sus honorarios.

Desde los Estados Unidos vienen las órdenes, el dinero, el respaldo político, hasta las líneas de mensajes con las cuales tienen que conformar sus historias de terror o ciencia ficción.

Tristemente, hay unos cuantos «confundidos» que se creen cualquier milonga que venga de estos medios. El gobierno desde un discurso más que transparente a alertado a la población de forma repetitiva, les muestra evidencias, desde la lógica de los hechos, pero la confusión parece haber tomado un camino hacia algún tipo de enfermedad altamente contagiosa, quizás más contagiosa que las nuevas cepas del Sars-Cov-2.

¿Qué tipo de vacuna podrá curar esa confusión? Una que ya se ha prolongado demasiado tiempo en parte de nuestra sociedad. Es sin dudas una tarea pendiente a un análisis multidisciplinario de los nuevos fenómenos que enfrenta la sociedad cubana en esta era poscomunicativa.  

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