En Audio: Un reporte que nace de la esperanza

En la entrada nos recibe su director el Dr. Jorge Eduardo Berrio Águila, especialista de primer grado en neurología clínica y director del centro asistencial. El equipo de prensa lava sus manos con agua e hipoclorito de sodio.

La limpieza del lugar es impresionante, el silencio también.

Agradezco que me hayan dado la tarea, nos dice el médico con un hablar mesurado, pero ese agradecimiento lleva implícito un compromiso y lo vamos a cumplir bien por el pueblo de Cuba.
Un reporte que nace de la esperanza
Dr. Jorge Eduardo Berrio Águila, especialista de primer grado en neurología clínica y director del centro asistencial.

Tres de nuestros especialistas recibieron capacitación en el Instituto Pedro Kourí (IPK)y después multiplicaron sus saberes, la actualización es constante, garantizamos que ninguno de nuestros médicos se enferme y también la calidad en la atención a nuestros pacientes.

Y continúan las preguntas de mis colegas, el doctor aparentemente no se inmuta, solícito responde y pienso entonces en cuantos momentos de tensión habrá vivido en los últimos días, su rostro lo confirma.

Le pedimos conversar con un facultativo que atienda a los pacientes que ingresan, llega entonces el doctor Jorge Manuel Pérez Milián, tiene 36 años, alto, delgado, parece tener menos edad.

El especialista en medicina interna es el Jefe del cuerpo de guardia del hospital, él lo llama la primera trinchera, allí recibe a todos los pacientes que son remitidos a la institución. Nos explica todo el protocolo que siguen con ellos y también con los familiares a quienes en muchos casos han tenido que transmitirles calma, confianza y seguridad.

Un reporte que nace de la esperanza
Doctor Jorge Manuel Pérez Milián, Jefe del cuerpo de guardia del hospital.

¿Cuántas horas ha dormido en los últimos días?

Pocas, el cuerpo de guardia es 24 horas

¿Y la familia?

Bien, queda pensativo y agrega: yo he llegado hasta aquí por mis padres, a ellos les debo lo que soy como profesional y ser humano, valoro mucho el apoyo de mi esposa.

¿Están preocupados?

Como todos, es una enfermedad nueva, hay muchos fallecidos en el mundo, es una pandemia, nunca la había vivido, pero estoy preparado y les digo vamos a vencer.

¿No siente temor?

Es inevitable, pero lo superamos con preparación y conocimientos. Lo asumo con mucha responsabilidad.

¿Tienes hijos?

Un niño de 11 meses, lo veo todos los días, pero….

El doctor no pudo hablar, las lágrimas comenzaron a correr por su rostro. Se hizo silencio, en mi mente reverenciaba el altruismo de este hombre.

A los pocos segundos y con voz entrecortada nos dijo: Hace más de 15 días no puedo besar a mi niño.

Un reporte que nace de la esperanza
Sala de Terapia Intensiva con todas las condiciones creadas para la atención de salud. 

Pensábamos que las emociones al menos por este día habían terminado. Pero no nos conformamos, le pedimos al director del hospital Manuel Fajardo de Villa Clara el doctor Jorge Eduardo Berrio Águila que queríamos conversar telefónicamente con un paciente enfermo.

A los pocos minutos todo estaba listo. En línea teníamos a una mujer de 67 años. Había viajado a los Estados Unidos. Arribó al país el 11 de marzo.

Su voz es clara. Nos cuenta que comenzó con los síntomas al otro día de llegar. Acudió entonces al consultorio médico de la familia donde fue diagnosticada como sospechosa y remitida e ingresada en el Hospital de referencia.

Yo pensaba que a mí no me tocaría, incluso en el avión que vine tomé precauciones, me tapé la boca, limpié el pasamanos de mi asiento, pero ya usted ve, aquí estoy.

¿Cómo se siente?

Bien, ya casi no tengo fiebre y menos tos.

¿Y las atenciones?

Muy buenas, imagínese aquí estoy sola, aislada, no puedo ver a mi familia, y los médicos y enfermeras se han convertido en mi todo, les agradezco mucho.

¿Desearía enviarle un mensaje al pueblo de Cuba?

Cuídense mucho, tomen todas las medidas higiénicas, extremen las precauciones. Al gobierno que siga trabajando como lo hace y que la gente coopere.

Terminaba la tarde, tal como hicimos a nuestra llegada al retirarnos del hospital nos lavamos las manos con agua e hipoclorito de sodio.

En mi mente se mezclaban varias palabras: agradecimiento, altruismo, temor, lágrimas, victoria, camino, pienso y trato de concluir este reporte que nace de la esperanza.

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