Camilo Cienfuegos: a 91 años del nacimiento de un héroe

Camilo Cienfuegos Gorriarán es de los hombres que nunca se olvidan, de carismática personalidad fueron destacadas sus acciones como guerrillero en la etapa final de la Guerra de liberación en Cuba que rodearon de magia su existencia al lado de Fidel, Raúl y el Che.

Su amplia sonrisa, el amor hacia los niños, el sombrero alón, la barba negrísima, pero, sobre todo, la lealtad a Fidel y a la Revolución fueron atributos que todos admiraban en Camilo. Sus proezas fueron legendarias; se caracterizaba en los combates por su valentía e intrepidez.

Nace Camilo el 6 de febrero de 1932, en la barriada habanera de Lawton, La Habana. Hijo de padres originarios de Pravia, Asturias y de Castro Urdiales, Cantabria, de humilde extracción social.

La familia Cienfuegos Gorriarán estaba encabezada por José Ramón Cienfuegos, sastre de profesión y anarquista de pensamiento, que luego se fue acercando hacia líneas socialistas lo cual lo evidencia, entre otras cosas, el hecho de haber escogido para maestra de Camilo a una profesora de filiación comunista.

Estudiante precoz con una vocación definida, el 21 de septiembre de 1949, a los 17 años de edad y ya concluidos sus estudios primarios superiores, firmó su boleta de ingreso a Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro.

Asistió durante el primer semestre del curso académico de ese año, pero abandonó sus estudios por problemas económicos. Durante el período en que fue estudiante de San Alejandro, estuvo trabajando en la tienda “El Arte”, como aprendiz de sastre. Su temperamento jovial y sonrisa espontánea le ganó amigos desde el primer momento.

En el año 1948, participó en las protestas populares contra el aumento del pasaje en ómnibus. En 1954, se vincula a la lucha contra la dictadura de Batista y es fichado por los órganos represivos, por lo que se ve obligado a abandonar el país.

Buscando mejores oportunidades económicas para su familia y protección para su vida decide emigrar hacia los Estados Unidos con solo 21 años de edad. En 1955 fue detenido y deportado a Cuba, incorporándose a las luchas estudiantiles, resultando herido en una manifestación de protesta.

Preso, torturado y fichado por los sicarios del régimen dictatorial, tuvo que retomar el camino del destierro en Nueva York uniéndose a la oposición revolucionaria en el exilio. En Nueva York supo del proyecto que encabezaba Fidel Castro, dirigido a organizar una expedición armada en México con el propósito de desembarcar en Cuba y emprender la lucha armada contra la dictadura.

Aquella empresa encajaba con sus ideales y, tras ser expulsado por las autoridades migratorias estadounidenses luego de vencerse su permiso de residencia, marchó hacia México, a donde llegó el 19 de septiembre de 1956.

Reinaldo Benítez fue quien lo presentó a Fidel y cuando este lo aceptó fue enviado al Campamento de Ciudad Victoria. Desde ese lugar escribió a un amigo: “Esos que luchan, no importa dónde, son nuestros hermanos.”

Conocido también como el Señor de la Vanguardia y el Héroe de Yaguajay el 2 de diciembre de 1956 figuró entre los 82 combatientes que desembarcaron por Los Cayuelos, en la costa sur de Oriente. Tras la dispersión de Alegría de Pío, producida tres días después, se retiró en compañía de los expedicionarios Pablo Hurtado y Francisco González, incorporándose poco después al grupo del comandante Juan Almeida. El 18 de diciembre logró reagruparse con Fidel.

Por sus méritos ganados al fragor de los combates el 16 de abril de 1958, fue ascendido a comandante y promovido a jefe de la Columna 2 Antonio Maceo para operar en el triángulo cuyos vértices estaban situados en las ciudades de Bayamo, Manzanillo y Victoria de Las Tunas, así como las áreas urbanas de estas ciudades.

Al pasar las fuerzas rebeldes definitivamente a la ofensiva, el 18 de agosto de 1958 recibió la riesgosa misión de que, junto a la Columna 8 Ciro Redondo -del comandante Ernesto Che Guevara- realizara la invasión al centro del país, reeditando la proeza de los mambises en la Guerra de Independencia.

Fidel firmó la Orden Militar de la invasión, mediante la cual se creaban las Columnas dos y ocho, al mando de los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara respectivamente.

A pocos meses del triunfo revolucionario de 1959 y para tristeza de todos, la avioneta que trasladaba a Camilo Cienfuegos de Camagüey a La Habana desapareció en el mar el 28 de octubre de ese año. Sin embargo, como afirmara el líder histórico de la Revolución Fidel Castro: Camilo está entre nosotros, porque: “En el pueblo hay muchos Camilos”.

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