Maceo y Che: Unidos por la historia

Comunes a uno y otro lo fueron sus ideas políticas. El joven médico cubano-argentino avizoró la necesidad que tienen los pueblos latinoamericanos de librarse del tutelaje y la injerencia imperialista. Muchas décadas antes de que el Che naciera, Maceo se refirió esclarecedoramente a las “deudas de gratitud que comprometerían la total independencia de Cuba si los Estados Unidos intervenían en nuestra lucha”. Con energía patriótica advirtió, para que no se albergara duda: “quien intente apoderarse de Cuba solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”. Años después el Che aseveró: “Crear dos, tres, muchos Vietnam es la consigna”; expresión con la que aludió la necesidad de la unidad mundial en la lucha antimperialista.

Che fue un revolucionario tenaz en todo lo concerniente a la independencia latinoamericana y dio muestra evidente de ello al abrir el frente guerrillero en Bolivia. Maceo también lo fue cuando protagonizó la Protesta de Baraguá en 1878, encarnando el decoro de los más dignos cubanos y su voluntad de perseverar en su propósito independentista. Ambos poseyeron la intransigencia revolucionaria como talante común.

En la guerra contra la dominación española, Maceo y el patriota de origen dominicano Máximo Gómez emprendieron la invasión de Oriente a Occidente, una de las hazañas estratégicas más significativas del siglo XIX. En 1958 el Che y Camilo repitieron la epopeya, esta vez para sacudirle a Cuba el yugo de la tiranía proimperialista de Batista.

Uno y otro demostraron su genio militar. El primero, cuando atravesó la trocha de Júcaro a Morón rompiendo así un importante bastión del enemigo peninsular. El segundo, Che, con el asalto, descarrilamiento y ocupación del tren blindado y la toma de Santa Clara. Así brillaron a plenitudestos aguerridos soldados de la patriacon sus acciones en la manigua, la sierra y los llanos, proezas dignas de estudiarse como evidencias de su genialidad.

La cercanía histórica de Maceo y Che se muestra en palabras del Guerrillero Heroico el 7 de diciembre de 1962, al conmemorarse un aniversario más de la caída en combate del Titán de Bronce, ocasión cuando expresara: ““Hoy, que estamos en la tarea de la construcción del socialismo en Cuba, que empezamos una nueva etapa en la historia de América, el recuerdo de Antonio Maceo adquiere luces propias. Empieza a estar más íntimamente ligado al pueblo, y toda la historia de su vida, de sus luchas maravillosas y de su muerte heroica, adquiere el sentido completo, el sentido del sacrificio para la liberación definitiva del pueblo.”

Esa misma sentencia podemos aplicarla al Che en su contemporaneidad. Basta sustituir un nombre por otro, y hallamos la similitud ideológica. Fueron hombres de acción desde la convicción de su ideario.

Ambos estuvieron imbuidos de una recia organización táctica y estratégica, ideas políticas firmes y confianza en la victoria.

Al referirse a ellos Fidel expresó: “General Antonio Maceo, los cubanos de hoy, educados en tu inmortal ejemplo, habrían compartido contigo el honor de estar junto a ti el día glorioso que le respondiste al representante del poder colonial español: No queremos paz sin independencia” (…) Che, hermano entrañable: a todos tus compañeros de lucha nos habría gustado combatir junto a ti en la Quebrada del Yuro y luchar por la liberación de América”. (*)

El Titán de Bronce; el Guerrillero Heroico. Los años se abrevian y el tiempo transcurrido se hace cercano al mencionarlos,porque sabemos que su pensamiento y obra permanecerán siempre unidos.

La fecha de sus nacimientos es una coincidencia feliz; sus idearios de lucha son el fruto de una razón y de una causa que sobresalen como paradigmas de la hazaña por la redención continental, la misma que hace años inició y a la cual le falta mucho para concluir.

 

 


(*) Discurso pronunciado por el Presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en acto solemne de homenaje a los natalicios de Maceo y Che, en el Cacahual, Ciudad de La Habana, el 15 de junio del 2002. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2002/esp/f150602e.html

 

 

 

 

 

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