Ministro de Economía informa sobre la inflación, tiendas en MLC y otros temas de interés

En vivo, la Mesa Redonda


¿Cómo marcha la economía en los primeros meses del año?

Al iniciar su intervención, el ministro recordó que para este año se proyectó un crecimiento del producto interno bruto en el entorno del 4%, meta que se mantiene, teniendo en cuenta que los indicadores al cierre de enero se han comportado según lo previsto, aunque “con algunas desviaciones” por el impacto de la variante ómicron.

En el primer mes del año han llegado al país 86 000 visitantes, 64 000 más que en igual etapa de 2021. También se cuantifican 30 000 toneladas más de productos agrícolas, “lo cual evidencia que se empieza a apreciar el efecto de las 63 medidas aprobadas para estimular la producción agropecuaria”, dijo. 

Igualmente, se ha seguido avanzando en la ampliación y el perfeccionamiento del sector no estatal, con la incorporación de nuevos actores económicos (ya suman casi 2 000 las mipymes aprobadas). “Esto comenzará a tener un mayor impacto en 2022, pues ahora se encuentran en el proceso de constitución, de registro y de creación de condiciones”.



Según los datos del Ministerio de Economía y Planificación, actualmente hay unos 8 000 trabajadores por cuenta propia que tienen más de tres empleados. Por ello deberán reconvertirse en mipymes o cooperativas,señaló Gil Fernández, y añadió que se han generado más de 30 000 empleos con la aprobación de mipymes y cooperativas, de las que el 40% son nuevos emprendimientos. 

Esta medida apunta al incremento de la oferta. “Por supuesto, hay restricciones materiales en el país, siendo lo que más complejiza la dinámica de crecimiento de la economía. Pero es una medida favorable”, apuntó el ministro.

También se ha trabajado en incrementar las facultades de la empresa estatal, el principal actor de la economía cubana. El ministro destacó que ya 200 entidades aplican la nueva organización salarial (que beneficia a 275 000 trabajadores), lo cual implica que no están obligadas a emplear la escala salarial. 

“Una medida muy audaz, sin precedentes, y que se ha ido aplicando de manera gradual, pero que tendrá una mayor ampliación en 2022, siempre que las empresas cumplan con los parámetros aprobados. Es una fórmula que genera mayor autonomía y mayor responsabilidad”, sostuvo el ministro.

En medio de una situación de restricción económica, se han creado más de 200 000 empleos. “Cuando la economía vaya avanzando en su recuperación, este será uno de los principales desafíos”.

Además, se ha logrado una mayor estabilización del sistema electroenergético nacional. “En estos últimos días hemos tenido apagones, pero si comparamos con el verano pasado, evidentemente se percibe una mejoría, muy importante para la vida de las personas y también para el funcionamiento de la economía”.

Tras detener el decrecimiento económico durante tres trimestres consecutivos, el país comienza una recuperación, aunque con un nivel de oferta todavía muy inferior a la demanda. 

“No cabe la menor duda de que la economía está en una situación muy tensa, viviendo una situación excepcional, con todas las complejidades que incorpora el bloqueo recrudecido, y no lo mencionamos por utilizarlo como un elemento de justificación. Tenemos que sobreponernos al bloqueo, que no puede ser infranqueable. Tenemos que encontrar los caminos, las vías para sobrevivir y desarrollarnos”, subrayó.

Recordó que “en 2018 y 2019 teníamos bloqueo, pero no el mismo que ahora, a partir de las más de 200 medidas aprobadas por la Administración Trump, aprovechando el momento más cruel, con el objetivo de destruir la Revolución, lo cual complejiza la recuperación económica”. 

Sobre los resultados de determinados sectores en febrero, el ministro informó que se han acopiado 7 000 toneladas más que en el mismo mes de 2021, aunque reconoció que todavía la oferta está muy por debajo de la demanda. 

Este tiene que ser un año de estremecimiento de la empresa estatal socialista

Aún existen muchas debilidades e insatisfacciones, porque “creemos que hay un marco más flexible de lo que a veces apreciamos, que se lleva a la práctica, sobre todo, en el sector estatal”.

Este –enfatizó– “tiene que ser un año de estremecimiento de la empresa estatal socialista.

Agregó que “tenemos problemas objetivos, de bloqueo, falta de divisas y de infraestructura, pero tenemos muchas potencialidades y reservas sin explotar. Ahí es donde nos tenemos que enfocar, combatiendo también lo objetivo”.

Según el ministro de Economía y Planificación, se han identificado más de 500 empresas con pérdidas, “pero en todos los casos no se puede aplicar la misma fórmula. Muchas estaban antes en pérdidas y no lo veíamos, porque la economía trabajaba con un tipo de cambio de 1×1. Prácticamente, las importaciones eran muy baratas en moneda nacional y se obtenían utilidades con poco nivel de actividad”.

La devaluación de la moneda nacional –señaló– ha permitido transparentar un conjunto de operaciones en la economía que antes daban utilidades a las empresas, pero no al país. Tampoco había incentivos para exportar.

Hoy se están revisando las causas de las empresas que operan con pérdidas, para llegar al escenario en que aquellas que estén en esas condiciones sea por ineficiencia.

“Hoy todavía tenemos que decir ‘esta empresa está con pérdidas, pero no podemos aseverar que es ineficiente’. Está con pérdidas porque compra a un precio y vende a otro que está topado, en ocasiones inferior al de compra. Hay complejidades que este año tenemos que limpiar”, afirmó el ministro.

Este tema –continuó– es una prioridad y en el diseño del plan de la economía para 2022 se está analizando cada caso. “No hacemos nada con permitir de manera generalizada que todos los costos se expresen en los precios, porque estaríamos renunciando a la oportunidad de hacer un ajuste a favor de la eficiencia”.

Es una decisión que se aplicará de manera excepcional, dijo, y subrayó la necesidad de reducir plantillas y ajustar cargos indirectos. 

Gil Fernández señaló que “se ha trabajado en eliminar trabas. Hay cuestiones que no se hacen, y no se sabe por qué. El encadenamiento entre los actores económicos es la ganancia de nuestro modelo, es una sola economía.Todavía hay muchas trabas subjetivas. Estamos convocando a trabajar sin miedo, a buscar soluciones, y hay empresas, en todos los sectores, con muy buenos resultados. 

“Necesitamos empresarios que no se paren ante un no, porque hay cuadros que, por mantenerse en su zona de confort, dicen ‘ esto no se puede hacer, esto hay que consultarlo’”.

La ampliación del sector no estatal genera un ambiente de mayor competitividad, sostuvo.

En ese escenario, “nos encontramos empresas estatales preocupadas porque se están aprobando pymes de su actividad”, dijo el ministro, y recalcó que “la empresa estatal es el actor principal, pero tiene que ganárselo”.

El proceso actual “no ha sido aprovechado en todos los casos. Uno ve mucha lentitud y temores. Todavía no se aprovechan todas las medidas. A la vez, se ven muchos emprendimientos y gente que está buscando soluciones y las encuentra. 

“Uno se encuentra empresas que se dedican más o menos a lo mismo, y una tiene utilidades y la otra tiene pérdidas. Si ahora le pasamos los costos para los precios a la que tiene pérdidas, la dejamos en la zona de confort. Esta es una de las tareas fundamentales que tenemos ahora”, afirmó el ministro.

“Nos parece que hemos avanzado en la discusión de las asambleas municipales del Poder Popular y también, con los trabajadores, sobre el plan y el presupuesto. Este año ha sido cualitativamente superior, y tenemos que seguirlo perfeccionando. Ya estamos viendo cómo lo vamos a hacer para el 2023”, añadió.

El objetivo –explicó– es que la gente realmente se reúna, se prepare, discuta y pueda dar los elementos, y que no se conviertan en demandas insatisfechas.

“A veces nos dicen que hay que dar toda la autonomía a la empresa estatal para que decida qué importa y qué inversiones hace. Hay una parte de la autonomía que se la puedes dar en papel, pero depende de que haya recursos. Si el país no tiene los recursos para respaldarlos, tú puedes tener la autonomía para decidir qué importas, pero ¿de dónde sacas los dólares?. Hay contornos para poder desarrollar esa autonomía.

“Vamos a enfocarnos en lo que sí podemos hacer. Si lo hacemos bien, lo otro vendrá más rápido”, dijo.

Todo esto –agregó–, teniendo en cuenta el control de la covid-19. “Sin eso no logramos nada. Ese es el punto de partida”.

Según Gil Fernández, están creadas las condiciones para 2022, sin aspirar a dar grandes saltos. “Perdimos un 13% del PIB en un periodo corto de tiempo, más de 3 000 millones de dólares, y no hemos renunciado al gasto social. Hemos mantenido niveles de gastos sociales sin disponer de los ingresos. Hemos, incluso, inyectado dinero en circulación para proteger a trabajadores interruptos. Y esto es parte de la inflación que tenemos.

“Pero este es un país socialista. Podríamos tener un déficit del 3% del PIB, pero tendríamos que haber cerrado escuelas y hospitales y dejado trabajadores interruptos.

La vía efectiva para enfrentar la inflación se encuentra en el incremento de la oferta

“Hoy tenemos un déficit presupuestario más grande del que quisiéramos. Tenemos que ir trabajando para reducirlo sin políticas de choque. Ese es el desafío que tiene este país, con una política inclusiva, pensar siempre en las soluciones para más de 11 millones de personas, no para una minoría”, afirmó.

Actualmente, hay más de 6 000 contenedores en diferentes puertos del mundo con aseo, materias primas, etc., destinados a Cuba. “La logística y los costos son desafíos. Las mercancías llegan fuera de fecha”, dijo el ministro.

Recordó que la inflación es hoy un fenómeno mundial. “En el país es el tema de más debate y preocupación. Y para nosotros, de más ocupación. Estamos permanentemente buscando alternativas dentro de las posibilidades que tenemos”.

La inflación –explicó– se está dando por dos vías. Primero, por un incremento de los costos, no la devaluación de la moneda nacional con la Tarea Ordenamiento, devaluación que tuvo su diseño y que se intentó controlar con el incremento de los salarios, pero los precios han subido mucho más que ese salario que se diseñó.

“Entonces, hay un incremento real de los costos de las exportaciones del país y un déficit de oferta y por tanto, un exceso de liquidez. Es una combinación que es igual a inflación”, dijo.

Continuó explicando que, como concepto, la inflación es un aumento generalizado de los precios en un periodo determinado de tiempo. Como política del país se han mantenido con precios topados determinados productos y servicios de alto impacto en la vida de la población. 

“En esos precios no se está reflejando el fenómeno mundial que existe –señaló el vice primer ministro cubano–. Por ejemplo, cuando se puso en vigor la tarifa de energía eléctrica, bastante discutida en enero de 2021, los costos del combustible estaban sobre los 53 dólares el barril. Hoy están por encima de 90 dólares el barril. 

“Nosotros no hemos tocado la tarifa de electricidad ni el precio del combustible que se expende en los Cupet. Tampoco las tarifas de las comunicaciones; de hecho, las hemos bajado. Y son de alta demanda y consumen energía eléctrica. Tampoco hemos movido los precios de la canasta familiar normada, que son insuficientes y pocos, y no alcanzan para satisfacer las necesidades de la población. 

“Asimismo, se han mantenido los precios de una serie de productos que estamos vendiendo en las tiendas en moneda nacional, como el pollo y el aceite. 

“Cuando hablamos de inflación en Cuba, sin ánimo de desestimarlo, pues es un fenómeno muy complejo el que tenemos, no estamos en un contexto donde todos los precios se han disparado, sino que hay un conjunto de precios que se han mantenido estables, según la política del Gobierno, y con independencia de los precios internacionales. No es un fenómeno generalizado”, afirmó. 

Añadió que en el país se han venido tomando una serie de medidas. 

“Hay un amplio consenso en los ambientes académicos, organismos del Gobierno y la población de que la vía efectiva para enfrentar la inflación está en el incremento de la oferta. El déficit de oferta acrecienta ese fenómeno y trae consigo la especulación y la reventa. 

“Entonces, la inflación se multiplica. No solo está expresada en el costo del producto. Hay acaparadores que compran el producto a un precio y lo venden tres y cuatro veces más caro. ¿Por qué? Es un delito, no tienen solidaridad e intentan vivir sin aportar a la sociedad. Pero desde el punto de vista económico, la causa que subyace es el déficit de oferta”, explicó el ministro.

Si hubiera una oferta estable, no haría falta que nadie revendiera nada.Pero sabemos que cuando sacas algo se acaba rápido, se compra, se revende y la población paga un precio muy superior al precio oficial. 

No podemos enfrentar este fenómeno con el incremento de los salarios.Esto llevaría, en lo inmediato, a un aumento de liquidez en manos de la población, que va a volver a presionar sobre los precios y estos van a volver a subir. Es un ciclo de nunca acabar. 

“Además, el incremento de los salarios aumenta los costos empresariales. Las empresas tienen que llevar ese gasto a sus fichas de costo. 

“Entonces, si no tienes un nivel de oferta estable, no puedes soñar que vas a resolverlo con los aumentos del salario. La mayoría de los precios, al final, van a reflejar ese costo y van a volver a tragarse ese saldo. Es una opción que no es sustentable desde el punto de vista económico y no es duradera”, continuó Gil Fernández en su intervención. 

El otro tema es el tope de precios. “Si no puedes subir los salarios y los precios suben, vamos a topar los precios. Eso lo podemos hacer en algunos casos (por ejemplo, el combustible, la tarifa eléctrica, las comunicaciones, el pollo en las tiendas), pero no se puede topar todos los precios del país. Ya hemos pasado por ahí y el resultado final es tarima vacía. 

“Todo lo que hagamos tiene que ir encaminado al incremento de la oferta. Para eso trabajamos. A eso contribuye una mayor autonomía de la empresa estatal, las mipymes, la ampliación del trabajo por cuenta propia, las 63 medidas en la agricultura. 

“Ya hay algunos productos que han mantenido alguna estabilidad en los precios, como el tomate, y que, incluso, han bajado, porque aparece un nivel mayor de oferta. Ese es el camino para combatir la inflación y luchar contra todo lo que tiene que ver con la especulación y la reventa”, sostuvo.

El otro tema –prosiguió– “es ‘vamos a combatir el déficit de oferta llenando los mercados de productos importados’. ¿Con qué divisa? En el contexto actual, en el que tenemos que respaldar la canasta básica y la generación de energía, no tenemos posibilidades reales y objetivas de aspirar a una estabilidad en la oferta de productos a la población por la vía de la importación. Tenemos que apostar a la producción nacional”.

Sobre este punto, Gil Fernández precisó que, en medio de las restricciones actuales, el país consume entre 100 000 y 120 000 toneladas de diésel en un mes y aproximadamente unas 25 000 toneladas de gasolina. “Un barco de diésel de 40 000 toneladas puede estar costando 35 millones de dólares, y sigue subiendo. Fácilmente te gastas entre 160 y 180 millones de dólares mensuales”. 

Igualmente, el precio de importación del arroz en 2019 fue de 468 dólares por tonelada, pero “hoy lo estamos comprando a 633, casi 200 dólares más. Producimos una parte, pero el consumo es muy superior. 

“Los frijoles se importaban a 1 066 la tonelada en 2019. Hoy está a 1 082. El aceite crudo lo importábamos a 809 la tonelada, hoy está a 1 503. El aceite refino nos costaba 879 dólares por tonelada, hoy está a 1 615. La leche en polvo estaba a 3 282 la tonelada, hoy está a 4 135. El trigo para el pan lo importábamos a 280 dólares por tonelada, hoy nos cuesta 459. El maíz, alimento para los cerdos, lo comprábamos a 236 dólares por tonelada y hoy está a 350. La harina de soya estaba a 405, y hoy está a 547”. 

Al aumento de precios de esos productos se suma hoy el alza en el costo de los fletes, “que se ha multiplicado por dos y por tres. Además, no tenemos la garantía de que estos precios no sigan subiendo. Hemos logrado hacer la contratación del plan 2022 con algunos precios, pero es probable que sigan subiendo, como mismo está sucediendo con los combustibles. 

“Hemos estado trabajando del lado del incremento de la oferta y se han tomado un conjunto de medidas que tienen que ver con la producción nacional e incluso la medida de permitir, sin carácter comercial y sin pago de aranceles, la importación de alimentos, aseo y medicinas. Una medida que se tomó hasta el 31 de diciembre de 2021 y que se ha extendido hasta el 30 de junio de este año”, recordó el ministro.

La no existencia de un mercado de dólares hace que prolifere el mercado ilegal

Uno de los fenómenos presentes en la inflación es el mercado ilegal de dólares, señaló.

“Las personas dicen que ‘no encuentro la posibilidad de comprar determinados productos en pesos y tengo que ir a adquirirlos en la tienda en MLC’, que ‘no tengo cómo adquirirlos porque no recibo remesas, no está en mi salario y no la vende el Estado, entonces tengo que ir al mercado informal a comprarla’.

Hay bastante reclamos para que el Gobierno intervenga en el mercado cambiario, una de las soluciones a la inflación durante el Periodo especial, cuando se ofreció determinado nivel de dólares en las cadecas.

“Con el salario medio, que hoy está sobre los 4 000 pesos, mantener una estabilidad de oferta de dólares para respaldar un tipo de cambio de 1×24 demanda muchos más dólares que en el Periodo especial, cuando el salario medio giraba sobre los 300 pesos.

“La no existencia de un mercado de dólares hace que prolifere el mercado ilegal. Si nosotros entráramos en ese mercado vendiendo dólares, pudiéramos ‘competir’ con ese mercado ilegal”, dijo.

“No debemos sacar a priori la conclusión de que el tipo de cambio de equilibrio de la economía es el tipo de cambio del mercado ilegal. Pongamos que en el mercado ilegal el dólar está a 100 pesos, pero ese mercado ilegal tiene un número muy finito de transacciones. ¿Cuál es su nivel de oferta y demanda?”.

Las transacciones fundamentales de dólares del país no están en ese mercado, añadió.

“Sobre ese mercado no presionan la demanda de dólares para importar combustibles ni la demanda de dólares para importar alimentos, ni está como fuente de los ingresos por la exportación del níquel, el tabaco o el ron”, apuntó el ministro.

“Este –añadió– es un mercado muy pequeño, con un número muy limitado de transacciones y que tiene un cambio flotante, limitado, además, por las restricciones impuestas a las remesas por el Gobierno norteamericano”.

Por tanto –consideró Gil Fernández–, “lo primero es no dar como algo bueno que la tasa de cambio de equilibrio de la economía cubana es la del mercado no oficial. Este análisis se basa en la magnitud de transacciones y nivel de demandas (demandantes de divisas y oferentes) hacia ese mercado.

“Este mercado no está relacionado con la economía grande cubana, con las importaciones de alimentos de Alimport, las importaciones de Cupet, los ingresos por exportaciones, ni inyecta dólares a ese mercado ni demanda dólares del mismo”.

A juicio del ministro de Economía y Planificación, un segundo elemento esencial es la sostenibilidad para poder intervenir. “No se puede intervenir el lunes con dinero y el martes no, porque entonces estaríamos alimentando el mercado ilegal y la reventa. Es decir, se necesita sostenibilidad. 

“Hoy habría que poner una X cantidad de dólares en ese mercado, que están compitiendo con los dólares que se están utilizando para respaldar las necesidades básicas del pueblo. No hay más dinero. O utilizamos los dólares para pagar el barco de arroz o combustible, o dejamos el barco a un lado y ponemos los dólares en el mercado cambiario”.

En otro momento refirió que “hay compañeros que nos dicen ’pon una tasa flotante’. Es decir, inyectar la cantidad de dólares que sea posible y eso va corrigiendo la tasa de cambio en función de la demanda. Eso, técnicamente, se puede hacer, pero ¿resolvería el problema?

“¿Cuántos cubanos, de los 11 millones que somos, vamos a tener la posibilidad de comprar esos dólares? ¿Pudiéramos adoptar nosotros una posición tan facilista como Gobierno, de inyectar divisas en el mercado cambiario, y que todo el que quiera consumir en las tiendas MLC, vaya con pesos, compre esa divisa y vaya a las tiendas MLC… ¿A qué tipo de cambio? ¿Vamos a dejar flotar el tipo de cambio? ¿Podemos decir que esa es la solución para el pueblo cubano?

“Tenemos que pensar en más de 11 millones y, dentro de estos, en los más vulnerables. No se puede apreciar como solución que se intervenga en el mercado cambiario y se deje una tasa flotante. No decimos que no sea un paso, pero no es la solución del problema de la inflación ni la solución del acceso legal a la divisa, ni el camino para que las personas, en sentido general, puedan adquirir divisas y consumir en las tiendas MLC. 

“Ese diseño no podemos nosotros implementarlo a la ligera, estamos estudiando alternativas, hay intercambio con los académicos”, aseguró.

Insistió en que “al esquema cambiario tenemos que ir avanzando de manera gradual y selectiva. Tenemos que diseñar algunos mecanismos para el acceso a la divisa de exportadores, de algunos productores nacionales que pueden proveer de bienes a las tiendas en pesos y a los que les hace falta adquirir divisas para importar insumos. 

“Tenemos que ir buscando mecanismos que nos permitan ir entrando en un esquema cambiario, ir inyectando determinada divisa en circulación bajo una regulación de cantidades, que no es lo mismo que mantener una oferta estable para respaldar el tipo de cambio y todos los días vender una cantidad de dólares que compiten con aquellos que necesitas para respaldar las necesidades básicas de la población.



Autor