De Ramón sobresalen además, su cooperación con el Movimiento 26 de Julio y su quehacer en la organización de una de las redes de suministros que abastecían al II Frente Oriental Frank País.
Después del triunfo de la Revolución desempeñó disímiles actividades a diferentes niveles en el sector agropecuario, fundamentalmente en la rama cañera y ganadera. Por todo ello mereció diferentes reconocimientos, entre otros, el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Los familiares que cargan las urnas se ubican delante del panteón; detrás Raúl y la hermana Enma; luego lo hace el resto de la familia allí reunida. Se llevan las cenizas hasta el lugar de reposo; se escucha un toque de silencio y resuenan las notas del Himno Nacional. En un íntimo adiós los seres queridos van dejando rosas blancas junto a los nichos.
Al decir de Eusebio Leal, Birán fue el fruto del trabajo infinito, de años de faena y empeño, «aquí vive el espíritu de la familia y aquí vendrán millones de personas de todas partes del mundo, porque hace unas pocas horas hemos dejado en una piedra al más importante de todos los que aquí nacieron, a aquel que estuvo llamado a hacer un destino».
Por decisión familiar, los restos de los hermanos -Angelita, fallecida en febrero del 2012 y Ramón en febrero del 2016- fueron trasladados a este sitio que, a juicio del Doctor Leal, marcó un punto de inflexión, hizo la diferencia, porque en ninguna otra hacienda cubana de esa naturaleza existía «un aula escolar donde se formaban los niños y aprendían a tener sentimientos de amor patrio».
De allí salieron Fidel y Raúl un día. Allí habremos de ir los cubanos todos, porque en Birán también está nuestra raíz, nuestra historia.
Fuente: Granma.