Simplemente Paquita

Una de las voces más queridas dentro del periodismo y la crítica audiovisual de nuestro país, acaba de partir a otro plano existencial, dejando un profundo vacío en quienes hallamos en su trabajo fuertes columnas donde sostener criterios y posturas estéticas. Francisca Armas Fonseca, o simplemente Paquita, deja con su partida física una obra fértil, rigurosa y necesaria para entender los procesos socioculturales dentro de los medios.

Esa atracción por conocer, descubrir y hurgar en los procesos culturales, acompañó a Paquita en toda su trayectoria periodística, desde aquellos luminosos inicios en el periódico Ahora de Holguín, como correctora. Su trabajo periodístico y responsabilidades directivas en publicaciones como Somos Jóvenes o el Caimán Barbudo durante años, le valió el respeto y cariño de sus colegas, conscientes del rigor de cada uno de sus textos críticos.

Colaboradora frecuente de sitios como la Jiribilla, el Portal de la Televisión o Cubadebate, Paquita poseía la habilidad de conectar inmediatamente con el lector, desde un lenguaje llano, honesto y desprovisto de paternalismo. Los argumentos con los que vestía a cada una de sus valoraciones tenían la solidez y credibilidad de una profesional entrenada, objetiva y formada en la vieja escuela, donde disfrazar la verdad no era una opción.

Polémica siempre, querida por muchos e incomprendida por algunos, Paquita no hizo concesiones jamás en sus criterios. Fue fiel a su profesión y a sí misma; decisión valiente en tiempos en que la crítica cultural es tratada con demasiada delicadeza y cautela. Su preocupación por temas concernientes a la radio y la televisión abrió el camino para otros profesionales de la crítica y el periodismo. En momentos donde algunos preferían callar, Paquita ya decía las cosas por su nombre y ponía en su justo lugar a las obras nacidas en nuestros medios de comunicación.

Se extrañará su columna en el Portal de la Televisión Cubana o sus agudos trabajos en medios como Cubadebate o La jiribilla. Se echará en falta el amor y el compromiso periodístico de una mujer que vio en la televisión una zona temática ideal para el ejercicio de la crítica.

Tomado del Portal de la Televisión Cubana

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