Debates acerca de la Política de Programación de la Radio Cubana

Desde la Comunicología y la Ciencia Política, en esta ponencia titulada “Política de Programación de la Radio Cubana: posibilidades de retroalimentación efectiva entre ciudadanos y gobierno”, determino si: En la contemporaneidad cubana, los contenidos de la vigente Política de Programación de la Radio Cubana propician la retroalimentación efectiva de los ciudadanos con el gobierno a través de los indicadores establecidos en la actualidad.

Para arribar a conclusiones fue necesario argumentar la importancia de la radio como facilitadora de la retroalimentación efectiva entre los ciudadanos y el gobierno; así como caracterizar, a través de los actuales contenidos, la vigente Política de Programación de la Radio Cubana, y valorar la competencia del diseño de esos contenidos en relación a la retroalimentación efectiva de los ciudadanos con el gobierno. Lo anterior me permitió tener una visión particular y general de dicho documento que está conformado por seis capítulos y 18 epígrafes.

Considero que la estructuración capitular es apropiada, por cuanto parte de lo general en sus lineamientos, para luego delimitarlos en la particularidad de los programas, pauta los temas y su tratamiento balanceado en la programación, fija los tiempos de cada espacio, los contenidos a abordar en ellos, su procedimiento, responsables, participantes y vínculos.

No obstante, y por su trascendencia, adecuado será que en la Política de Programación de la Radio Cubana se articule un capítulo dedicado exclusivamente a la participación ciudadana, a través de ese canal de comunicación masiva, para potenciar otros tipos de peticiones o demandas a realizar por los ciudadanos. También debe plantearse cómo el gobierno respondería a ellas y el grado de relación que se debe establecer entre los especialistas de la radio con los ciudadanos que realizan sus peticiones o demandas por mediación de los programas radiofónicos.

Aunque en las 21 páginas de la Política de Programación se manifiesta la permisibilidad de la retroalimentación y los asuntos a tratar por medio de ese procedimiento, se observa que la redacción de algunos epígrafes puede contradecir o limitar lo pautado con claridad, pues la incorrecta redacción posibilita más de una interpretación.

Ejemplo de ello se encuentra en el epígrafe 6.1, inciso 1, referido a la atención a los mensajes de los receptores y donde se lee: “[…] priorizando los que se pronuncien sobre aspectos críticos o realicen sugerencias para mejorar la calidad de los programas”.  Aquí no se establece con precisión si los aspectos críticos solo se refieren a la calidad del producto radiofónico o incluyen los disensos en asuntos no relacionados con los programas.

Entre otros términos, en los lineamentos generales de la actual Política de Programación están reflejados todos los sectores de la sociedad, sin distinción de razas, sexos, grupos etarios o condiciones físicas; la atención a las diferentes situaciones conflictuales de la sociedad y los territorios en que se encuentren; la consolidación o creación de nuevos espacios dialógicos para el análisis y el debate sustentados desde la diversidad de criterios a partir de la pluralidad dentro de la unidad.

Además se expresan elementos como: la consolidación y perfeccionamiento de una cultura de vida para el desarrollo más pleno de la naturaleza humana y el mejoramiento de su calidad de vida; el ejercicio de la crítica y la opinión; permitir canales de intercomunicación que posibiliten diagnosticar problemas y plantear soluciones; reflejar la vida económica y social de las localidades, así como su entorno cultural.

No obstante, resulta ineludible especificar postulados que eviten interpretaciones disímiles, con tendencias comunicacionales negativas en unas relaciones simétricas ya establecidas.

Otro elemento que se tiene en cuenta es la conminación al uso de otros “canales de intercomunicación para diagnosticar problemas y plantear soluciones”,  lo cual le otorga validez consustancial al perfeccionamiento de la etapa transitiva cubana hacia el socialismo próspero, inclusivo y humanista.

Como regla esencial en la Política de Programación para la Radio Cubana, se explicita para qué son las estrategias orientadoras de los procesos de creación en la radio. Por tanto, y como se ha reconocido anteriormente, la participación ciudadana en la radio va a estar atravesada por parámetros que responden al modelo transitivo cubano hacia el socialismo y que procuran el mantenimiento y perfeccionamiento del mismo, pero que implícitamente excluye de la retroalimentación a minorías que disienten de la esencia misma del proceso transformador cubano, en la persecución de logros cualitativos que beneficien a la sociedad.

En la toma de decisiones por parte de los decisores políticos es comprensible esta estrategia, pues desde las contradicciones fundamentales internas, las tácticas de la minoría procuran potenciar y perpetuar la contradicción principal entre sistemas políticos antagónicos e irreconciliables, explotadores y explotados, ricos y pobres, primermundistas y tercermundistas, los del norte y el sur político. Es pretender revertir el actual orden político, social y económico de la República de Cuba y convertirla en neocolonia de Estados Unidos de Norteamérica.

No obstante, para esa consideración se han de tener en cuenta las pistas que brinda Talía Fung, cuando sentencia que en el pensamiento de corrientes occidentales contraponen al pluralismo con la última instancia pues, “lo que sí contradice al pensamiento pluralista no es la multiplicidad de enfoques, sino la jerarquización de factores y la indeterminación de qué variables asumen el carácter de dependientes y cuál funge como independiente respecto a un problema dado”.

Por tanto, de la multiplicidad de enfoques existentes en la sociedad sobre un problema dado, hay que priorizar los que dependen de la política de un Estado determinado, de los que son o procuran ser independientes a esa política.

Para ello hay que tener en cuenta que la última instancia ha de ser comprendida como “la totalidad de una formación social”, de lo cual infiero no la homogeneización, sino el reconocimiento y aceptación de la multiplicidad de pensamientos en actores sociales múltiples.

Otro elemento a evaluar y comprender por los decisores políticos es la utilización de mecanismo o filtros de regulación extrema en la determinación de quiénes pueden consentir o disentir por mediación de la radio, elemento tras el cual se pueden enmascarar comportamientos espurios, para no favorecer la retroalimentación efectiva, en toda su dimensión, de la mayoría de los ciudadanos con el gobierno, por medio de los canales de radio.

“Se puede incorporar información al sistema a través de muchos filtros, pero es preciso que sean filtros que economicen la manipulación y eleven al óptimo la utilización, ya que hay que encauzar y difundir la información con fines de utilización y acción”.

Particularizando en los rasgos distintivos que definen la Política de Programación de la Radio Cubana, se observa que sus contenidos están estructurados para incentivar la activa participación de la mayoría ciudadana en la visibilización de sus demandas, consensos o disensos con la gestión del gobierno a través de la radio.

Como instrumento que arraigue en la praxis la democracia efectiva, estos aspectos apremian a los directivos y realizadores de la Radio Cubana a que en la programación y sus programas favorezcan la participación de la mayoría poblacional como fuerza motriz que vigorice al socialismo cubano en el siglo XXI, lo cual significa, como se ha venido sustentando, empoderar realmente al ciudadano.

Los contenidos de la Política de Programación de la Radio Cubana son lineamientos generales que se particularizan en los diferentes tipos de programas radiofónicos que tienen pautados qué, quiénes, por qué y para qué las temáticas que se abordarán en ellos.

Sin embargo, no se manifiesta cómo artísticamente se confeccionarán los mismos, algo válido por cuanto no coarta el legítimo derecho de los realizadores a emplear la forma creativa en que reflejarán en sus obras esos contenidos.

Aunque no procede abordar la aplicación práctica de la retroalimentación eficiente de los ciudadanos con el gobierno, sí considero inevitable señalar otros comportamientos observados. La deseada participación ciudadana en el proceso de retroalimentación, está ceñida a la utilización tradicional de unos pocos instrumentos ya legitimados por los ciudadanos, debido al sentido que en los medios se les da a los mismos.

No solo la magnificada retroalimentación, anclada en la correspondencia tradicional o por correo electrónico, las llamadas telefónicas y los instrumentos de investigación administrativa que se aplican. Acciones constreñidas a asuntos triviales y reconocidos como el non plus ultra de la retroalimentación en Cuba.

Esto ha jerarquizado los “efectos muy localizados de mensajes aislados, nunca una respuesta del público al torrente informativo de los medios” y contradice lo preceptuado en los contenidos de la Política de Programación. Son prácticas innecesarias en la contemporaneidad cubana que, en sentido contrario a lo estipulado, se hacen en la praxis.

Por ende, si realmente se desea la retroalimentación útil y efectiva para el gobierno, imprescindible será variar sustancialmente esos comportamientos mediante la toma de decisiones que posibiliten esa declarada intención en los contenidos de la Política de Programación para la radio.

Realizada esta salvedad, se puede apreciar que en la Política de Programación no se especifican esos tipos de contenidos como los únicos válidos a visibilizar en la radio, los cuales, como se ha dicho anteriormente, han sido legitimados como consecuencia de hábitos asumidos por los ciudadanos, el facilismo en los realizadores y la a veces injustificada negativa de algunos decisores políticos y administrativos a que otros contenidos de mayor relevancia también tengan su espacio en la radiodifusión cubana, por considerarlos perjudiciales para su status quo.

Importante resulta puntualizar que no basta con el diseño de la Política de Programación y plasmar en ella, entre otros asuntos, contenidos propiciatorios de la retroalimentación efectiva y responsable entre los ciudadanos y el gobierno. ¡Hay que conocer esa política y sus contenidos!, lo cual posibilitará saber lo permisible o no en materia de retroalimentación y quiénes serán sus actores.

En innumerables ocasiones los profesionales de la radio manifiestan su inconformidad por no poder plasmar en sus obras, con absoluta transparencia, ciertos contenidos que ellos consideran censurados, ni concederle voz activa a ciudadanos o grupos sociales.

Como se ha venido determinando, la Política de Programación para la Radio Cubana posee otras peculiaridades que en nada justifican tales autocensuras o imposiciones.

CONCLUSIONES

1. La política de Programación vigente para las emisoras de la Radio Cubana se caracteriza por una estructuración capitular adecuada, epígrafes que reflejan apropiadamente qué, quiénes, por qué y para qué; se encuentran reflejados todos los sectores de la sociedad sin distinción de razas, sexos, grupos etarios o condiciones físicas; se sustantiva a la mayoría de los ciudadanos cubanos, jerarquizados como actores en sus relaciones con el gobierno; la participación ciudadana en la radio se encuentra atravesada por parámetros que responden al modelo transitivo cubano hacia el socialismo y favorecidos por la abundante referencia a la permisibilidad de la retroalimentación efectiva.

2. Los canales utilizados por los ciudadanos para concretar su participación son varios: tradicionales y las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

3. En los contenidos de la actual Política de Programación para la Radio Cubana se requiere la consolidación o creación de nuevos espacios dialógicos para el análisis y el debate ante el aumento de la pluralidad de los actores sociales.

4. Ante el presente estadio de la sociedad cubana actual se multiplican las funciones que debe cumplir la Radio Cubana para procurar una ciudadanía más culta, libre, preparada intelectual y físicamente y, en consecuencia, para favorecer la visibilización de sus demandas, disensos y consensos.

5. La socialización de los principios, objetivos y métodos gubernamentales y el ejercicio del control ciudadano, tanto sobre la sustantividad como sobre el control de la gestión gubernamental a través de la radio, debe continuar perfeccionándose.

6. Los contenidos de la Política de Programación de la Radio Cubana estatuyen correctamente entre sus directrices que entre los ciudadanos y el gobierno tiene que darse un proceso de interacción democrática, voluntaria, libre, igualitaria, dialógica y de participación responsable, para consensuar las decisiones que poseen alcance social, tanto a lo interno como en la proyección internacional del país.

7. Los contenidos demandan el reflejo de la vida económica y social de las localidades, así como su entorno cultural.

8. En la actualidad cubana, los contenidos de la vigente Política de Programación de las emisoras propician la retroalimentación efectiva de los ciudadanos con el gobierno a través de los indicadores establecidos y reconocidos.

* Licenciado en Comunicación Social. Realizador radial. Máster en Ciencia Política. Doctorante en Ciencias Políticas.

Autor