32 Festival de la Radio Cubana: comienzan los aplausos

En conversación con Yusimí González, Directora de Programación de la Radio Cubana y presidenta del Comité Organizador del Festival, conocimos que este año el Jurado, integrado por figuras consagradas en la radio con otras noveles que despuntan con relevantes resultados en el quehacer radial, evaluó 595 obras en la sede matancera, en representación de todas las Direcciones Provinciales de Radio del país (14) y las emisoras nacionales (6), con la excepción de Habana Radio, cuya excelente programación no pudo presentarse a concurso por una mala pasada del servidor instalado.

Un elemento distintivo es también que de las 55 categorías evaluadas, las emisoras municipales presentaron muestras en 42, lo que denota un despegue de estas plantas, más cercanas a la comunidad y de mayor audiencia en su entorno, de acuerdo con los resultados de numerosas encuestas, los cuales han sido nuevamente avalados por el más reciente estudio concluido en el país y que refleja los hábitos en el consumo de los medios de difusión por la población cubana, entre otros temas de interés.

Como en otras oportunidades, la provincia de La Habana se llevó los mayores premios, seguida de Camagüey, Holguín y Villa Clara. Son también los territorios que más obras presentaron a concurso, lo cual se corresponde con el fuerte movimiento radial que hay en ellos, de alta competencia profesional, y donde las acciones de base relacionadas con el Festival se convierten en oportunidad primordial para la creación radial, a partir del intercambio de las mejores experiencias en favor de la calidad.

Radio Güines vuelve a ser la emisora más premiadaHago un paréntesis a propósito de los resultados de La Habana. Durante el 31 Festival, que tuvo como sede a esa provincia, tuvimos la oportunidad de interactuar con uno de los directores de emisoras con resultados integrales, entre los cuales los relativos a este concurso son preponderantes. Hablamos de José Antonio Manso, Pepín, director de Radio Güines, planta con la mayor cantidad de premios nuevamente este año.

La interrogante versaba entonces alrededor de cómo articulaban de manera armoniosa la celebración del Festival en la base hasta llegar a la competencia nacional, donde siempre se destacan entre el concierto de las emisoras cubanas y desdeñan el concepto de que por ser municipales tienen un alcance menor. A ello, respondía Pepín de manera muy breve, pero convincente: “Es que en La Habana el Festival es una fiesta de pueblo, los protagonistas ya no son solo los realizadores y periodistas, sino toda la comunidad. Ello eleva el compromiso de los radialistas, pues año tras año son reconocidos entre los pobladores, la gente les expresa su admiración, lo que es el principal premio para cualquier profesional”.

Y el Festival no queda ahí, continuó Pepín, pues una vez conocidos los premios, volvemos a radiar fragmentos de los programas ganadores en la medida que por su extensión la programación lo permita, se dedican espacios para que los realizadores expliquen cómo concibieron sus obras, todo lo cual se grafica con opiniones de la población. Lo que ocurrió el año pasado en la gala de premiaciones en el cine de Güines atestigua lo que aquí se expone. Ahora mismo y gracias a la interactividad, un mensaje de Andy Duardo, uno de los radialistas güineros galardonados en la edición 32 del Festival describe en una línea su alegría por el nuevo triunfo: “estamos que bailamos en un solo pie”, y hay que imaginarse cuán difícil será poder hacerlo.

Varias son las tendencias que pueden resaltar de la evaluación del jurado en esta 32 Edición. En primer lugar, refiere Yusimí González, hay un destaque para los programas históricos en sus diferentes géneros, que mostraron un nivel de realización superior a años anteriores. Estos resultados tienen plena correspondencia con el valor que otorgamos a la difusión de la historia nacional y la universal, materias que forman parte activa en todos los planes de estudio de la enseñanza en Cuba.

La propaganda es otra especialidad que ofreció satisfacciones en esta oportunidad, sobre todo a partir de las muestras de las emisoras nacionales, con mensajes de gran oportunidad reforzados por sonorizaciones de impacto y que de alguna manera denotan apropiaciones de estilos. Alfredo Zamora, presidente de este jurado, afirmó que si algo hubiera que señalarle sería una nueva lectura en las estructuras narrativas de los mensajes cortos, pues no se puede solo confiar en un buen texto para triunfar si este no viene atemperado por los elementos sonoros necesarios. Esta vez se pudo apreciar que guiones de competencia quedaron eliminados por rupturas en la realización.

De acuerdo con evaluaciones del Comité Organizador, los programas infantiles fueron otra grata sorpresa, pues vinieron a la competencia con un buen aderezo, la contribución en el plano de los valores, elemento vital en la formación de las nuevas generaciones. Amplia fue la creatividad en estas muestras que tuvieron como centro a los niños cubanos, quienes desde tempranas edades son tomados en cuenta en procesos que edifican nuestra sociedad. Ejemplo de ello será su participación en los próximos meses, como en años anteriores, en la  custodia de las urnas en las elecciones parlamentarias que se desarrollarán en nuestro país.

La música y los deportivos difirieron en sus resultados con años precedentes. La primera, en especial en los programas de música popular y trova, se manifestó un abuso de intérpretes y géneros conocidos, lo cual hablando en términos musicales desentona con un país eminentemente musical, algunos hasta nos catalogan como la tercera potencia musical del mundo, por el potencial humano y calidad profesional de los que se dedican en la Isla a esta especialidad.

Por su parte, el deporte, otro de nuestros pilares, en opinión del jurado presentó muestras que no estuvieron a la altura de un certamen competitivo nacional como lo es el Festival de la Radio, de hecho quedó desierto el segundo lugar en la categoría de programas deportivos.

Los programas variados, que suelen ser los que apuestan más que otros a la integralidad, atendiendo a la multiplicidad de temas a que pueden recurrir, reflejaron cierta fisura en algunas especialidades, como son los programas de participación y las revistas culturales, dos cualidades intrínsecas de la radiodifusión en nuestro país. Valdría la pena analizar después de estos resultados si las muestras escogidas fueron las idóneas para una lid como esta, pues de lo que no hay dudas es de que el oyente o radioescucha es cada vez más un ente activo en nuestras programaciones, donde influye con sus opiniones y hasta traza en algunas oportunidades la agenda de trabajo.

Algo distintivo dentro de la muestra de programas variados fue la modalidad humorística, que elevó sus niveles en cantidad y calidad en relación con años anteriores, para bien de la diversidad en nuestro medio.

Los programas informativos también presentes en el festivalFinalizo este comentario con apreciaciones sobre la competencia entre los programas informativos y las categorías de géneros periodísticos. Los profesionales en ejercicio como jurado expresaron que lo más significativo fue que muchos de los géneros en concurso no estaban incluidos en los programas informativos seleccionados para el Festival. Ello no significa que deba ser siempre así, pues los géneros periodísticos dibujan los contenidos de toda la programación, sin embargo llama la atención que muy pocos comentarios, entrevistas, informaciones, documentales, crónicas y editoriales de los seleccionados para el concurso se les pudo escuchar dentro de las revistas informativas y noticieros, categorías de informativos en las que generalmente ninguna emisora deja de competir.

Por otra parte, las revistas de facilitación social concursantes, donde el componente informativo es alto, mostraron amplias similitudes con los formatos y contenidos de las revistas informativas, cuando en realidad están diseñadas para otros fines dentro del espectro radiofónico. Mientras, una especialidad como la web, que crece en nuestro entorno y también concursa, se destaca por  la contribución de las “municipales” y entrecomillo porque  ya se sabe que en el ciberespacio todos tenemos alcance internacional.

Es esta una primera mirada a los resultados del 32 Festival, un concurso al que llegaron, quizás por la premura o falta de sistematicidad en la selección, programas incompletos y otros que a ojos vista la cotidianidad no puede mantener, esos que muchos realizadores de competencia llaman “programas- probeta” y que solo un mayor rigor en los festivales de base pudiera dar al traste con este fenómeno.

Nos quedan otros muchos temas que abordar, algunos sugeridos por los radialistas que visitan este sitio. Habrá que pensar un día si en el Festival será más importante medir los contenidos de los programas que sus formas o categorías, o los dos a la par. Hoy se trabaja en base a ello, pero aún no hemos saltado la valla de los formatos y muchos, la mayoría, aún votan a favor de evaluar todos los programas por su tipo en este evento de creadores.

La oportunidad del Evento Teórico del 32 Festival, prevista para la provincia de Matanzas entre los días 22 y 26 de marzo, promete debatir sobre estas y otras cuestiones de interés.  Se adelantan como temas de ponencias “La radio no hay quien la escriba”, de Cecilia Rodríguez, escritora, asesora y directora del grupo dramático de Villa Clara; “La radio participativa”, de Alicia Sosa, periodista y subdirectora de programación de Radio Cadena Agramonte, y “Redacciones Informativas Integradas: una nueva plataforma hacia la web”, de Jorge Domínguez Morado, jefe de la redacción digital de Radio Ciudad del Mar.

El debate promete ser de altos quilates. Desde ya estas páginas están abiertas para las más diversas opiniones, siempre que tengan el signo de la ética y el respeto, como caracteriza a los consagrados radialistas de toda la Radio Cubana.

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