por Es hermoso ver que en tus primeros 85 años no tienes arrugas. Siempre estás más joven, losana, fresca y elegante como la flor de loto, esa que en las humedades se levanta cada día mirando el cielo con sus hojas flotantes, olorosas que se relacionan con la pureza del cuerpo y del alma.
Así te veo, te vemos todos, y así te queremos los seguidores de tus postulados. Cada año que pasa más motivos nos das para la celebración de tus bondades. Nos reflejamos en el brillo de tus “ojos” avizores y te acariciamos con la humildad de los acontecimientos extraordinarios.
Me sumo, nos sumanos, a lo que alguien dijo antes: “Los años quedan atrapados en tu vida misma”. Y es que, querida, en la lontananza de tus ocho décadas y media refulges, resplandeces para enseñar la señoría de siempre, a la vez que tu bravura expuesta como una sonrisa salida de labios tiernos y pulposos.
Por tu permanente juventud siempre estás con el pie en el estribo para galopar cual fino ejemplar por pasarelas de alfombras donde se cultiva el bien y se refuta el mal, donde crece la virtud y se rechaza el desenfreno. Tu sonido grandilocuente acaricia el oído. Las voces y efectos que lo nutren son la panacea del paraíso encantado e impresionante en el que creces con hermosura e hidalguía y todo porque tienes en sí misma la omnipresencia de lo ‘’real maravilloso’’, concebido y descrito por Carpentier.
¡Hemos pasado tantos años juntos! ¿Los recuerdas? Sabes que contigo hemos “reído hasta llorar y hemos llorado hasta reír”. ¡Tantos son los momentos vividos a tu lado que no hay espacio para el olvido!
En tu festejo de cumpleaños este primero de agosto te damos “… una mirada, dos pasos, tres palabras, cuatro caricias, cinco suspiros, seis emociones, siete besos, ocho sueños, nueve promesas, diez mandamientos…” y así, amada CMKO, hasta el infinito.
En tiempos lejanos me pediste que te regalara mi vida y te la entregué bajo un pacto de amor y cariño recíproco. Pocas cosas tan buenas como esta he podido hacer en favor de tan noble y amorosa solicitud.
Aprovecho para decirte lo que de por vida sabes, pero como hoy es un día de veneración y remembranza debo, debemos, reiterarte que tu timbre es una sonora clarinada que acaricia la vida y alimenta la razón existencial de tantos y tantos fieles servidores.
A la altura de tus primeros 85 años seguirás dando la hora con el acompasado latir del corazón. Este es un buen día para reiterarte que te queremos e idolatramos, Princesa Cumpleañera.
Feliz cumpleaños porque eres como la mirada del holguinero en un espejo. Felicidades porque… “Un hoy bien vivido contigo hace que cada ayer sea un recuerdo feliz y cada mañana una nueva esperanza”.
Felicidades mi todo y todo de muchos.