Pasión radiofónica en nueva dimensión

De la radio se ha dicho que tras su momento de aparición disfrutó del rango de un espectáculo de feria. La posibilidad de trasladar sonidos sin postes ni alambres se ofreció con el ropaje de la magia, sin embargo una mirada en el tiempo hace percibir un desarrollo tan veloz que hoy alcanza el ciberespacio.

La presentación del último texto de la Bracero propició una reflexión sobre el hecho artístico de la radio. Ella misma, radialista por excelencia, ofreció sus impresiones tras más de 40 años de ejecutoria, la mitad de los cuales como directiva preocupada en primer lugar por el legado para las nuevas generaciones.

Palabras, música, efectos, silencios, los cuatro componentes básicos de la radio, en arte combinativo, se han desarrollado en Cuba durante 85 años. En agradable recorrido Josefa conduce a los ávidos lectores por el surgimiento y desarrollo del medio en las distintas regiones del país, con especial atención en la Radio de Oriente, zona donde se gestó la Revolución Cubana.

Asimismo, a la autora le preocupan los tiempos de transmisión, los programas, las personas e imágenes que intervienen en ellos, los aportes del medio a la cultura nacional y deja como mejor regalo el capítulo dedicado a las páginas memorables de la radiodifusión en la Isla, en las que con certera mirada evoca la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro en la Radio Rebelde, la transmisión del Día de la Victoria, el Primero de Enero de 1959, los controles remotos, las huellas radiofónicas del personal médico cubano en las misiones en el exterior, entre otros temas de marcado interés.

Dificultades, bloqueos, agresiones y retos constantes han templado a la sociedad cubana y de ella la radio es reflejo, sentenció Josefa Bracero en la presentación de su más reciente obra, cuyas páginas renuncian a ser consideradas como la historia de la radio, a pesar del caudal que recogen.

En gesto de infinita pasión por el medio, Josefa aseveró que la historia de la radio hay que escribirla en cada provincia, en cada radioemisora, para que sea verdaderamente profunda y pueda atrapar la labor de los guionistas, periodistas, artistas y técnicos que durante años se han aplicado con amor y vehemencia como protagonistas de miles y miles de programas.

Sin estar estructurada en orden cronológico, «Silencio…se habla» aborda 66 temas relativos al medio, agrupados en 10 capítulos, los cuales abarcan las miles de horas que durante meses y años de embrujo maravilloso le hicieron pensar a la autora mientras acariciaba con su voz el micrófono.

Pasarán los años, terminará un siglo y comenzará otro, y la Radio seguirá ocupando un lugar privilegiado en nuestras vidas, para invitarnos a decir todos los días: «Silencio…se habla».

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