Voces para embellecer y crear

Más de 84 años de radio y 55 de televisión hablan de una adultez, que se reconoce hoy en el mundo entero. Y esa personalidad y vitalidad que matiza la programación de las emisoras de radio y los canales de televisión, también habla de los miles de artistas, especialistas y técnicos, que propician esa forma de hacer que trasciende las fronteras para ser motivo de admiración y un ejemplo a seguir para muchos países del área.

Ejemplos sobran para patentizar que durante estas décadas surgen las voces para imprimir belleza y crear imágenes en ese sonido, símbolo de identidad, que tiene en la locución cubana una de sus expresiones más genuinas.

Y entre todos los aportes, y son muchos, uno muy especial y que bien podemos simbolizar en el verbo culto y elocuente de alguien que debuta, cantando, a los pocos días de la inauguración de la radio, durante el primer control remoto musical, que se origina desde el teatro Campoamor, para continuar con ella hasta el momento que una irremediable enfermedad trunca su vida setenta y tres años después.

Es Germán Pinelli el dueño absoluto de la escena donde despliega su arte que lo convierte en el locutor más completo de la radio y la televisión del país. Nadie como él es capaz de hablar, improvisar, cantar, tocar el piano, redactar y animar con especial simpatía, soltura y elegancia. Méritos suficientes para recibir en dos ocasiones el Premio Ondas que lo reconoce en 1967 y 1968 como el mejor locutor de habla hispana.

Por el significado de esta profesión, que llega al mundo junto a nuestra amiga la radio y que en Cuba se aprecia a partir del 22 de agosto de 1922, cuando la señal de la 2LC de Luis Casas Romero surca el cielo habanero, se crea el Día del Locutor.

Ocasión propicia para rememorar los antecedentes, a partir de aquel julio de 1946 cuando la Revista Club publica un editorial para solicitar Un día para la Radio. Después vendrían las reuniones del Colegio Nacional de Locutores que se celebran en Camagüey entre los días 25 y 26 de enero de 1947.

En este escenario Félix Travieso, (fundador de Radio Reloj) y en aquel entonces locutor de la emisora Radio García Serra, solicita a la junta de gobierno elegida, la creación de El Día del Locutor. Esta idea se aprueba por unanimidad y comienzan las gestiones para tal fin.

Entre los compañeros que forman parte del Colegio de Locutores se encuentra uno que con sólo doce años se inicia como locutor en la CMJP de Morón. Llega a la Habana en 1938, labora en la COCO y después en la RHC Cadena Azul y se destaca por ser un amigo entrañable, magnífico locutor, animador e inspirador y lucha por unir la profesión en un sólo organismo. En el proceso de las gestiones enferma y desgraciadamente con sólo treinta y tres años de edad fallece, en noviembre de 1953.

Por sus magníficas cualidades, el Colegio Nacional de Locutores decide instituir El Día del Locutor en honor de Jorge Luis Nieto García lo cual se materializa cuando después de ingentes esfuerzos se logra la firma del decreto significando el día primero de diciembre de 1954 como fecha de creación. Fue así como surge El Día del Locutor.

Merecido homenaje a los hombres y mujeres de las voces amigas, convertidas en las voces estrellas, esas que llega generación tras generación, cada minuto, sin pedir permiso para formar parte de nuestras vidas. Y en ese deambular por la memoria traemos al presente a la pionera, Zoila Casas Rodríguez, primera locutora de iberoamérica; a Margarita Balboa, primera voz femenina que interviene en la televisión cubana. Xiomara Fernández y Bellita Borges, que tanto identifican a la CMQ y Mil Diez. Y qué decir de Consuelito Vidal, la que mantendrá viva la llama, para recordar que en los momentos tristes de la Patria no falta la alegría de la cubana auténtica para decir con la convicción de los adelantados: Hay que tener fe que todo llega. Recuerde que la fe mueve montañas.

Son esas voces las que cuentan la historia a través de la palabra… No es eso lo que hace Ibrahim Urbino a través de Mil Diez, la emisora del pueblo… Y Jorge Enrique, Violeta, Ricardo, Orestes y Guillermo, los que con un timbre familiar llevan el aliento y la esperanza cuando sus palabras saltan desde la Sierra Maestra y el Aquí Radio Rebelde logra adueñarse de la Patria.

O la voz de Noel Pérez que aquel primero de enero se atrinchera en la cabina de la CMKC, para asumir el reto de mantener en el aire la señal Rebelde cuando todavía Santiago de Cuba está en manos de la dictadura.

En otro momento es Wilfredo Rodríguez Cárdenas quién llama a la conciencia de la nación, para hacer vivir cada 9 de abril, la emoción de aquel minuto glorioso de 1958.

Cuanto dicen Manolo Ortega y Antonio Pera durante más de veinticinco años como locutores del Noticiero Nacional de Televisión y de los actos más importantes del país. Es difícil encontrar una obra económica, educacional, científica o social, y sería imposible enumerarlas, que ellos no hayan hecho ver y admirar a través de los oídos receptores.

Sobran razones para significar que es la de Manolo Ortega la voz que nos acompaña en las horas de luto, de combate y de victoria, de grandeza y de alegría del pueblo, mientras su salud le permite estar detrás de un micrófono y una cámara de televisión.

 

Autor